Xavier Albó
Ya se da por roto el Pacto de Unidad entre las cinco principales organizaciones de los movimientos sociales rurales, desde el encuentro de esos días en que sólo participaban las trillizas, es decir, la CSUTCB, las comunidades “interculturales” (ex-colonizadores) y las Bartolinas, caracterizadas por su mayor lealtad si no militancia en el MAS.Las mellizas son las otras dos que mantienen más su independencia, aunque estaban aliadas con las primeras desde 2004. Son el CIDOB y CONAMAQ.
Ya se da por roto el Pacto de Unidad entre las cinco principales organizaciones de los movimientos sociales rurales, desde el encuentro de esos días en que sólo participaban las trillizas, es decir, la CSUTCB, las comunidades “interculturales” (ex-colonizadores) y las Bartolinas, caracterizadas por su mayor lealtad si no militancia en el MAS.Las mellizas son las otras dos que mantienen más su independencia, aunque estaban aliadas con las primeras desde 2004. Son el CIDOB y CONAMAQ.
Es un rompimiento requeteanunciado y exacerbado por todas las tensiones de la larga marcha del TIPNIS en que las mellizas marcharon juntas mientras que las trillizas se marginaron.
Una de ellas, la de las comunidades interculturales, dio un paso más: organizaron incluso el bloqueo de Yucumo para que la marcha no avanzara. Por suerte no se cumplieron aquellas amenazas de que en Caranavi no dejarían pasar la marcha. Prevaleció la apertura a los distintos y el sentido común.
La CSUTCB en un primer momento hizo un pronunciamiento a favor de la marcha pero después su secretario ejecutivo tuvo aquella desafortunada declaración en que los llamó “salvajes”.
¡Qué admirables salvajes aquellos indígenas trinitarios que, escapándose de los patrones buscaban la Loma Santa y la encontraron en el hoy llamado TIPNIS! Hace poco se ha presentado en tres grandes volúmenes un bello catálogo de partituras musicales recuperadas en Moxos, mayormente ¡en las comunidades del TIPNIS! Porque al escaparse llevaban consigo sus violines y sus partituras, re-copiadas y aumentadas de generación en generación.
No por ser predecible este rompimiento deja de ser lamentable. Y en todo caso debemos seguir trabajando para recuperar el Pacto a full.
El momento más glorioso del Pacto fue durante todo el tiempo de la Asamblea Constituyente en que todos se pusieron a soñar juntos y, aunque con frecuencia discrepaban en determinadas propuestas, cedían y sumaban y fueron ellos los grandes facilitadores de muchos temas claves del nuevo texto constitucional, como muestra la sistematización que juntos publicaron el año pasado: El Pacto de Unidad y el proceso de una propuesta de Constitución. ¡No perdamos ahora este aliento por contradicciones que debemos seguir considerando secundarias!
Al interior mismo de los movimientos sociales debemos ser capaces de reconocer que siendo distintos seguimos siendo muy semejantes y complementarios. Lo que no podemos hacer es quitonearnos lo que ya es de uno o del otro o irnos serruchando el piso para ver quién gana dejando al otro humillado y derrotado.
El histórico nombre de “colonizadores” fue eliminado para resaltar que estamos ya en un Estado “descolonizador”. La nueva opción de llamarse interculturales debería convertirse en el gran lema para todos: para convivir constructivamente debemos aprender todos a ser interculturales, es decir capaces de entendernos en nuestras diferencias y, desde ellas, ayudarnos.
Por lo mismo tampoco exige que todos vistamos la misma camiseta partidaria como si fuéramos soldaditos de plomo o levanta manos que no pensamos por nosotros mismos. Este debate al interior de la unidad, también la enriquece.
Una de ellas, la de las comunidades interculturales, dio un paso más: organizaron incluso el bloqueo de Yucumo para que la marcha no avanzara. Por suerte no se cumplieron aquellas amenazas de que en Caranavi no dejarían pasar la marcha. Prevaleció la apertura a los distintos y el sentido común.
La CSUTCB en un primer momento hizo un pronunciamiento a favor de la marcha pero después su secretario ejecutivo tuvo aquella desafortunada declaración en que los llamó “salvajes”.
¡Qué admirables salvajes aquellos indígenas trinitarios que, escapándose de los patrones buscaban la Loma Santa y la encontraron en el hoy llamado TIPNIS! Hace poco se ha presentado en tres grandes volúmenes un bello catálogo de partituras musicales recuperadas en Moxos, mayormente ¡en las comunidades del TIPNIS! Porque al escaparse llevaban consigo sus violines y sus partituras, re-copiadas y aumentadas de generación en generación.
No por ser predecible este rompimiento deja de ser lamentable. Y en todo caso debemos seguir trabajando para recuperar el Pacto a full.
El momento más glorioso del Pacto fue durante todo el tiempo de la Asamblea Constituyente en que todos se pusieron a soñar juntos y, aunque con frecuencia discrepaban en determinadas propuestas, cedían y sumaban y fueron ellos los grandes facilitadores de muchos temas claves del nuevo texto constitucional, como muestra la sistematización que juntos publicaron el año pasado: El Pacto de Unidad y el proceso de una propuesta de Constitución. ¡No perdamos ahora este aliento por contradicciones que debemos seguir considerando secundarias!
Al interior mismo de los movimientos sociales debemos ser capaces de reconocer que siendo distintos seguimos siendo muy semejantes y complementarios. Lo que no podemos hacer es quitonearnos lo que ya es de uno o del otro o irnos serruchando el piso para ver quién gana dejando al otro humillado y derrotado.
El histórico nombre de “colonizadores” fue eliminado para resaltar que estamos ya en un Estado “descolonizador”. La nueva opción de llamarse interculturales debería convertirse en el gran lema para todos: para convivir constructivamente debemos aprender todos a ser interculturales, es decir capaces de entendernos en nuestras diferencias y, desde ellas, ayudarnos.
Por lo mismo tampoco exige que todos vistamos la misma camiseta partidaria como si fuéramos soldaditos de plomo o levanta manos que no pensamos por nosotros mismos. Este debate al interior de la unidad, también la enriquece.
Texto: Bolpress
Foto: yukon news
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