Breve reseña histórica de los acontecimientos ocurridos el sábado 20 de octubre de 1548 en la población de Laja y en días sucesivos en Chuquiyapu.
Según los datos del acta original, la ciudad de La Paz fue fundada por el capitán español Alonso de Mendoza un día sábado 20 de octubre de 1548 en la localidad de Laxa (en la actualidad Laja, en la provincia Los Andes), pero a los dos días los vecinos se movieron 25 kilómetros hacia el pueblo de Chuquiyapu (actual La Paz).
El día de la fundación, como algunas de las personas designadas para vivir en la ciudad en calidad de encomenderos (vecinos) no se hallaban presentes “por estar como estaban en la ciudad de Lima y en el asiento de Potosí y en otras partes remotas”, se procedió a elegir a las primeras autoridades, y así fueron designados alcaldes ordinarios Juan de Vargas y Gerónimo de Soria (ausente); regidores: Alonzo de Zayas, Hernando de Vargas, Antonio de Ulloa (ausente), Rodrigo Mexia (ausente), Diego Peralta (ausente) y Garci Gutiérrez de Escóbar (ausente), y Procurador: Juan de Ribas (también ausente).
En seguida Alonso de Mendoza tomó juramento a Juan de Vargas, y le entregó la vara de la justicia. Hernando de Vargas también prestó igual juramento, tras lo cual Mendoza presentó la provisión que le nombraba Justicia Mayor y Corregidor.
En señal de acatamiento, Juan de Vargas tomó la provisión y la colocó sobre su cabeza. Francisco de Barrionuevo, Martín de Olmos y Diego Alemán prestaron sucesivamente fianzas con sus personas, bienes muebles y raíces en favor de Mendoza.
No pasó mucho tiempo, quizás un día o dos, hasta que los vecinos se trasladaron al valle vecino de Chuquiabo (es decir al pueblo de Chuquiyapu), que ofrecía condiciones más benignas que el altiplánico, frío y ventoso pueblo de Laja.
Allí, en forma provisional también, en una reunión en la que Mendoza estuvo ausente, procedieron a colocar la horca y picota, símbolos de la justicia. Según el acta segunda, la Justicia y los Regidores dijeron que:
“…por cuanto el sitio de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz no está buscado y hasta el entretanto que se busque donde más convenga así para los naturales como para los vecinos, conviene hacer cuerpo del pueblo para que se ejecute la justicia real, les pareció a los dichos señores Justicia y Regidores que no había otra parte mejor donde al presente pudiesen residir hasta entretanto que se buscase asiento para edificar la dicha ciudad y para ejecutar la justicia pusieron horca y picota en este pueblo de Chuquiabo…”.
Una vez invadido el pueblo colla de Chuquiyapu, al tiempo que seguían buscando dónde asentarse definitivamente, la ciudad colonial ‘nuestra Señora de La Paz’ se estableció en forma de tablero de ajedrez, conforme al trazo del alarife Juan Gutiérrez de Paniagua, modificado únicamente por los imperativos de la caprichosa topografía de la hondonada.
El primer templo construido fue al frente del tambo del cacique Quirquincha. Al principio llevó el nombre de San Pedro, y luego tomó el de San Sebastián.
Disipada la precariedad de “pueblo nuevo”, el siguiente año de su fundación, el emperador español Carlos V le otorgó un escudo de armas.
Los primeros auténticos “paceños” fueron los hijos de Juan de la Riba y Lucrecia Sansoles, o los de Alonso de Carvajal, barbero y ‘sacamuelas’, quien se casó, para escándalo de muchos de sus coterráneos, con la hija del jilak’ata Uturuncu.
La Paz es la sede del Gobierno del Estado y del departamento de La Paz. (Con datos de George Couthbert – Adecuación, Rafael Alvis Flores – Cambio).
Un homenaje a la hermosa urbe paceña
“¡Oh linda La Paz, oh bella ciudad, quien te conoce no olvida jamás, oh linda La Paz!...”, dice el verso de un bello vals que refleja el encanto que genera esta urbe en quienes han tenido la oportunidad de conocerla o vivir en ella.
Conocida también como “cuna de valientes y tumba de tiranos”, la actual sede del Gobierno de Bolivia —desde el 20 de octubre de 1548— es una síntesis de Bolivia, por el hecho de albergar a oriundos de los demás departamentos.
Uno de los principales hechos históricos acaecidos en esta urbe fue la Revolución del 16 de julio de 1809, con la que se inició la lucha por la independencia del Alto Perú.
Según los datos del acta original, la ciudad de La Paz fue fundada por el capitán español Alonso de Mendoza un día sábado 20 de octubre de 1548 en la localidad de Laxa (en la actualidad Laja, en la provincia Los Andes), pero a los dos días los vecinos se movieron 25 kilómetros hacia el pueblo de Chuquiyapu (actual La Paz).
El día de la fundación, como algunas de las personas designadas para vivir en la ciudad en calidad de encomenderos (vecinos) no se hallaban presentes “por estar como estaban en la ciudad de Lima y en el asiento de Potosí y en otras partes remotas”, se procedió a elegir a las primeras autoridades, y así fueron designados alcaldes ordinarios Juan de Vargas y Gerónimo de Soria (ausente); regidores: Alonzo de Zayas, Hernando de Vargas, Antonio de Ulloa (ausente), Rodrigo Mexia (ausente), Diego Peralta (ausente) y Garci Gutiérrez de Escóbar (ausente), y Procurador: Juan de Ribas (también ausente).
En seguida Alonso de Mendoza tomó juramento a Juan de Vargas, y le entregó la vara de la justicia. Hernando de Vargas también prestó igual juramento, tras lo cual Mendoza presentó la provisión que le nombraba Justicia Mayor y Corregidor.
En señal de acatamiento, Juan de Vargas tomó la provisión y la colocó sobre su cabeza. Francisco de Barrionuevo, Martín de Olmos y Diego Alemán prestaron sucesivamente fianzas con sus personas, bienes muebles y raíces en favor de Mendoza.
No pasó mucho tiempo, quizás un día o dos, hasta que los vecinos se trasladaron al valle vecino de Chuquiabo (es decir al pueblo de Chuquiyapu), que ofrecía condiciones más benignas que el altiplánico, frío y ventoso pueblo de Laja.
Allí, en forma provisional también, en una reunión en la que Mendoza estuvo ausente, procedieron a colocar la horca y picota, símbolos de la justicia. Según el acta segunda, la Justicia y los Regidores dijeron que:
“…por cuanto el sitio de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz no está buscado y hasta el entretanto que se busque donde más convenga así para los naturales como para los vecinos, conviene hacer cuerpo del pueblo para que se ejecute la justicia real, les pareció a los dichos señores Justicia y Regidores que no había otra parte mejor donde al presente pudiesen residir hasta entretanto que se buscase asiento para edificar la dicha ciudad y para ejecutar la justicia pusieron horca y picota en este pueblo de Chuquiabo…”.
Una vez invadido el pueblo colla de Chuquiyapu, al tiempo que seguían buscando dónde asentarse definitivamente, la ciudad colonial ‘nuestra Señora de La Paz’ se estableció en forma de tablero de ajedrez, conforme al trazo del alarife Juan Gutiérrez de Paniagua, modificado únicamente por los imperativos de la caprichosa topografía de la hondonada.
El primer templo construido fue al frente del tambo del cacique Quirquincha. Al principio llevó el nombre de San Pedro, y luego tomó el de San Sebastián.
Disipada la precariedad de “pueblo nuevo”, el siguiente año de su fundación, el emperador español Carlos V le otorgó un escudo de armas.
Los primeros auténticos “paceños” fueron los hijos de Juan de la Riba y Lucrecia Sansoles, o los de Alonso de Carvajal, barbero y ‘sacamuelas’, quien se casó, para escándalo de muchos de sus coterráneos, con la hija del jilak’ata Uturuncu.
La Paz es la sede del Gobierno del Estado y del departamento de La Paz. (Con datos de George Couthbert – Adecuación, Rafael Alvis Flores – Cambio).
Un homenaje a la hermosa urbe paceña
“¡Oh linda La Paz, oh bella ciudad, quien te conoce no olvida jamás, oh linda La Paz!...”, dice el verso de un bello vals que refleja el encanto que genera esta urbe en quienes han tenido la oportunidad de conocerla o vivir en ella.
Conocida también como “cuna de valientes y tumba de tiranos”, la actual sede del Gobierno de Bolivia —desde el 20 de octubre de 1548— es una síntesis de Bolivia, por el hecho de albergar a oriundos de los demás departamentos.
Uno de los principales hechos históricos acaecidos en esta urbe fue la Revolución del 16 de julio de 1809, con la que se inició la lucha por la independencia del Alto Perú.
Texto e imagen: Cambio
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