lunes, 15 de marzo de 2010

El mundo rememora otro mes del agua con menos acuíferos, humedales y ríos limpios


En marzo se rememoran al menos tres efemérides del agua con el objetivo de promover la preservación y el aprovechamiento racional de uno de los bienes naturales más amenazados y más preciados para los seres humanos. Sin embargo, el capital no cesa de degradar este bien común de la humanidad y las enfermedades relacionadas con la carencia o con la baja calidad del agua siguen matando a más personas que las guerras.

El 14 de marzo se rememora el Día Internacional de Acción contra las Represas y en Defensa de los Ríos, el Agua y la Vida, establecido en el Primer Congreso Internacional de Afectados por las Represas en Curitiba, Brasil, en 1997. El 22 es el Día Mundial del Agua instituido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 1993. El 31 se recuerda el Día Nacional del Agua en Argentina.

El agua es el elemento esencial que ha permitido el surgimiento de la vida en el planeta a través de un complejo mecanismo denominado ciclo hidrológico que comprende procesos de precipitación, infiltración, escorrentía, evaporación y transpiración.

En el planeta Tierra abundan los humedales, las reservas genéticas más valiosas y una fuente de agua esencial para los seres humanos. Para su conservación, varios países firmaron la Convención Internacional sobre Humedales en 1971, la cual entró en vigor en 1975 y ha sido suscrita por 150 naciones.

La Convención define los humedales como "extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres, saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros".

En los humedales el agua juega, más que en cualquier otro lugar, un papel primordial. La cantidad de líquido en tales parajes es determinante tanto en la estructura como en la especificidad de las funciones ecológicas.

Los humedales de America Latina incluyen desde los ecosistemas de páramos en Colombia y los manglares de Ecuador, hasta los remotos esteros del Gran Chaco. Desde la Patagonia hasta el norte de Colombia, grandes lagos, humedales, sabanas inundables, lagos, lagunas y salinas cubren las Pampas, la Patagonia, los bosques y el Pantanal Sudamericano.

Lagos fríos montañosos y cataratas se encuentran a lo largo de los Andes. Lagos y salinas de gran altitud cubren el altiplano de la Puna. Dentro de la cuenca del Amazonas se incluyen selvas inundables, selvas de pantanos, lagos y lagunas en cursos abandonados, así como colosales manglares.

Los humedales interfase, entre los cauces principales de los ríos y los valles de inundación, alcanzan enormes proporciones, algunos de dimensiones fantásticas, como la Varsea Amazónica, los llanos de Venezuela y Colombia y los pantanales brasileños.

Los humedales sustentan una variada y propia diversidad biológica. Dada su riqueza en nutrientes pueden albergar pródigas poblaciones de innumerables especies. Constituyen además hábitat críticos para criaturas de singular atractivo o seriamente amenazadas de extinción.

Estas reservas ecológicas proveen agua potable, previenen y regulan inundaciones, disminuyen los impactos de la erosión, actúan como sumidero global de carbón atmosférico y son fuente importante de productos minerales como la sal y el litio.

Lamentablemente, estos riquísimos ecosistemas han sufrido serios daños por la actividad pesquera, forestal, la agricultura, el pastoreo, el transporte y el turismo.

El informe del Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC en inglés) de 2008 titulado Cambio Climático y Agua concluye que el calentamiento global ha provocado cambios en gran escala en el ciclo hidrológico en lo referente a patrones de precipitación, cobertura de hielo y humedad de suelos.

Degradación de las fuentes de agua

El Informe Worldwacht de 1993 alertó que el consumo de agua en todo el mundo se ha triplicado con creces desde 1950. En la actualidad, entre 5 y 7 % del agua se destina al consumo humano (alimentación, higiene, eliminación de excretas, etc.), el 26 % al uso industrial y entre 67 y 69% al uso agrícola.

El Informe del IPCC prevé una reducción del suministro de agua almacenada en glaciares, un aumento del escurrimiento medio anual de los ríos en latitudes altas y en algunas áreas tropicales húmedas, y una disminución de fuentes en algunas regiones secas en latitudes medias y en trópicos secos. Para el año 2050, se prevé que el área de tierra sujeta al aumento del stress hídrico será más del doble.

El agua dulce para consumo es uno de los elementos más limitados y más degradados. Los niveles de la mayoría de los acuíferos están bajando, los lagos se secan, los ríos pierden caudal y las zonas húmedas van desapareciendo como consecuencia del uso irracional en la industria, en el sector urbano y sobre todo en la actividad agroindustrial.

El aumento de las áreas bajo riego para la producción de biocombustibles presiona los acuíferos de forma insostenible y contamina las fuentes con venenos agroindustriales. Las canalizaciones, terraplenes, represas y secados de esteros y lagunas para ganar terrenos cultivables acaban por inutilizar cuencas enteras.

Las industrias extractivas de minerales e hidrocarburos están directamente involucradas en la degradación de fuentes de agua en todo el mundo. Las empresas extractivas contribuyen directa o indirectamente a la violación de los derechos cuando no generan procesos de consultas adecuados a las comunidades, las desalojan de las tierras reclamadas por las empresas y contaminan los recursos de las comunidades fundamentales para la vida como son el agua y la tierra, afirmó Keith Slack, director del Programa Global de Industrias Extractivas de Oxfam.

El Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos y Empresas Transnacionales informó que de los 320 casos de violación a los derechos humanos, el sector más denunciado fue el de las industrias extractivas con un 28 por ciento de menciones.

Las denuncias se concentran geográficamente en Asia/Pacífico en un 28 por ciento, África en un 22 por ciento y América Latina en un 18 por ciento. Muchas empresas mineras y petroleras han sido demandadas ante los tribunales en Estados Unidos y otros lugares por su participación en la violación a los derechos humanos. Tal es el caso de Chevron en Ecuador, Nigeria y Burma; Rio Tinto en Papua Nueva Guinea; Shell en Nigeria; Drummond Coal en Colombia y Freeport McMoran y ExxonMobil en Indonesia.

Casos concretos

En Estados Unidos, miles de contaminadores de agua son inmunes a la llamada Ley de Agua Limpia, aprobada por el Congreso en 1972 con una limitada jurisdicción. Hace poco, la Corte Suprema emitió un veredicto que limita aún más la legislación al especificar que está circunscrita sólo a "la descarga de contaminantes en las aguas navegables", reveló el The New York Times.

Durante décadas, "aguas navegables" fue interpretado de manera extensiva para incluir muchos humedales y ríos; sin embargo, otras reservas fueron desestimadas de esa ley, entre ellas algunas vinculadas a las utilizadas por la población.

Según James M. Tierney, comisionado de Nueva York para los recursos hídricos, hay otro tipo "de cuencas que desaguan en el suministro de agua potable del estado que a partir de ahora quedan sin protección".

En el país existen compañías que vierten petróleo, sustancias cancerígenas y bacterias en sitios que tienen nexos con el líquido para el consumo y no son procesadas, alega la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).

La entidad afirma que más de 1.500 investigaciones sobre graves problemas de contaminación fueron desechadas en los últimos cuatro años a nivel nacional. Se estima que casi 117 millones de estadounidenses obtienen su agua potable de fuentes que son vulnerables a las excepciones de la Ley de Agua Limpia.

El periodista del New York Times Charles Duhigg, autor de su serie de artículos de investigación "Aguas Tóxicas", denunció que las centrales eléctricas a carbón y las grandes granjas y empresas químicas incumplieron la Ley del Agua Limpia más de 500 mil veces durante los últimos cinco años, sin ser sancionadas por ello.

Por otro lado, el gobierno de la India admitió que un tercio de su manto freático está contaminado. Según un informe del Ministerio de Recursos Hidráulicos, el agua subterránea extraída en un 33 por ciento de los distritos del país no es apta para beber.

El reporte alerta que los niveles de hierro, fluoruro, arsénico encontrados en esos lugares están muy por encima de los límites permitidos para el consumo humano.

La salinidad también es demasiado alta en 162 de los 626 distritos en los que está dividido el país, mientras que los estados de Rajastán, Karnataka y Gujarat se cuentan entre los más afectados por la contaminación de sus mantos acuíferos.

La India es el mayor consumidor de agua subterránea del mundo, con un uso estimado de 230 kilómetros cúbicos anuales, de acuerdo con un estudio del Banco Mundial. El manto freático representa la única fuente de suministro del líquido vital en el 80 por ciento de los asentamientos urbanos y rurales, mientras que la agricultura consume otro 60 por ciento en regadíos.

De continuar los niveles de sobreexplotación actuales, más de la mitad de los acuíferos de la India estarán secos o en condiciones críticas dentro de 20 años, alertó la entidad financiera internacional.

En China, las capas freáticas acuíferas del norte del país han descendido 37 metros en 30 años. En Asia, el lago Chad, el sexto más grande del mundo, ha perdido casi 90% de su superficie.

En Bolivia, el sector agrícola consume más del 80% del agua disponible; el consumo humano es de un 12% y el consumo industrial y minero representa un 8% aproximadamente, según el Inventario Nacional de riego del PRONAR.

El Ministerio de Medio Ambiente y Agua estimó que entre el 30 al 50 por ciento de las aguas residuales de la actividad minera en el occidente del país son descargadas sin tratamiento de ninguna especie. Los ríos más afectados por la explotación minera se encuentran en las cuencas del Pilcomayo, del Caine-Grande y del lago Poopó.

Anualmente, se depositan en el ambiente más de 526 kg de plaguicidas por cada kilómetro cuadrado cultivado en Santa Cruz. En total, se aplican anualmente 6.763 toneladas métricas en 1.217.145 hectáreas de cultivos de soya, arroz, trigo, algodón, maíz, girasol, caña, tomate y papa. Es muy posible que estos químicos contaminen estanques, atajados acequias y aguas subterráneas.

Texto: Bolpress
Imagen: elagua09.wordpress.com

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