La Paz, 4 sep (ABI) - Siete meses y 5 días después de investido el gobierno progresista de Evo Morales, el mercenario boliviano-croata-húngaro Eduardo Róa ya escribía, en calidad columnista, en el periódico El Nuevo Día, gerenciado por el grupo periodístico español Prisa y de cuyo paquete accionario ya formaba parte el empresario Branco Marinkovic, de acuerdo con una investigación hemerográfica.
El 5 de agosto de ese año, el cotidiano editado en Santa Cruz, firmó un artículo sobre la situación política en Oriente Medio, envuelto en una guerra, firmado por Rózsa.
El artículo rotulado ‘Perros rabiosos asolan el Líbano’ fue publicado un día antes de la instalación de la Asamblea Constituyente de Bolivia, cuyos 245 miembros fueron elegidos en las urnas en julio de 2006.
Esta es la primera evidencia de que Rózsa, nacido en Bolivia en 1960, de padre de croata y madre boliviana, pero avecindado en Budapest, había vuelto los ojos a su país de origen en momentos en que el gobierno de Morales instrumentaba una nueva reforma agraria y buscaba repartir un quinto de la tierra cultivable entre campesinos e indígenas carenciados.
No existen más antecedentes de Rózsa en Bolivia, a excepción de una nota de opinión de la hermana de éste, Silvia Rózsa, que firma una columna en el Nuevo Día de Santa Cruz.
El artículo, cuya autoría se atribuye a Eduardo Rózsa, revela el primer contacto formal de operadores locales, cuya identidad se desconoce y se pretende establecer por conducto de una investigación judicial, trabada sistemáticamente por un juez de la jurisdicción de Santa Cruz, Luis Tapia Pachi, con la ‘Conexión Ústachas".
La ‘Conexión Ústachas’, crucial para entender, entre otros, conflictos bélicos en Europa en la última década del siglo XX, que incorporaron conceptos tales como "limpieza étnica y reliogiosa" y provocaron catástrofes humanitarias en otras latitudes del planeta, representa la unión de "fascistas con fascistas, no importa dónde hubieran nacido, qué idiomas hablaban, cuál era el color de su cabello o qué religión profesaban", escribió el intelectual boliviano Marcos Domic.
La ‘Conexión Ústachas’ guarda relación con la guerra interna que atomizó Yugoslavia a principios de la década de los ’90.
Se trata de "fascistas que de alguna manera se vincularon con Croacia post yugoslava. Es decir se trata de vinculaciones ante todo políticas", afirmó Domic.
Rózsa, de cuya presencia entre el 5 de agosto de 2006 y setiembre y octubre de 2008 no se tiene evidencia, ingresó el país subrepticiamente con un grupo de mercenarios europeos, veteranos de la guerra de Yugoslavia, para "independizar Santa Cruz, según declaró él mismo a un periodista húngaro antes de partir nuevamente a Bolivia, a fines del año pasado.
"Pasaré de Brasil a Bolivia y comenzaré a organizar una milicia, basada en la decisión de Santa Cruz" de obtener una autonomía de corte federalista, sostuvo en la entrevista que circula en la internet.
Rózsa Flores, ingresó ilegalmente a Bolivia por la extensa frontera con Brasil, confió él mismo al periodista húngaro Andreas Kepes.
"Si ellos, el gobierno (de La Paz), no permiten la autonomía de Santa Cruz, Santa Cruz está dispuesto separarse de Bolivia", declaró en húngaro el mercenario, un controvertido personaje que se desempeñó como corresponsal, poeta y escritor y que devino en la milicia ultranacionalista de Croacia.
El 16 de abril de 2009, Rózsa, que comandaba un grupo armado que buscaba detonar una guerra civil en esa región del oriente boliviano, para promover luego su separación de Bolivia, fue abatido en un intercambio de fuegos con la Policía local en un hotel de Santa Cruz.
La Policía halló ese mismo día un arsenal en una tienda de la empresaria Expoferia de Santa Cruz, en el centro de esa ciudad a 900 km al este de La Paz, del que se servía la célula de mercenarios extranjeros articulada por Rózsa en Bolivia.
Abierta la investigación guiada por testimonios ofrecidos por dos mercenarios de la célula de Rózsa aprehendidos con vida, el húngaro Elöd Tóaso y el boliviano húngaro Mario Tadic, además de un contacto local, Ignacio Villa Vargas, "El Viejo", analistas locales infirieron que ese grupo de veteranos de las guerras de Yugoslavia, Croacia y Africa fue contactado en Bolivia por "fascistas croatas, vinculados con la derecha fascistizada de Santa Cruz".
Las investigaciones del Ministerio Público apuntaron a Marinkovic que en el segundo trimestre de este año se hizo del total del paquete accionario del Nuevo Día.
El fiscal boliviano Marcelo Soza, con asiento en La Paz, conduce la investigación y después de estudiar cientos de legajos e información colectada de los ordenadores confiscados a Rózsa, citó a Marinkovic para esclarecer su actuación en el financiamiento de la célula armada desarticulada en Bolivia.
Marinkovic, acusado por el gobierno de financiar y soliviantar a grupos de civiles armados que, entre agosto y setiembre de 2008 tomaron aeropuertos, volaron ductos y saquearon oficinas públicas en los distritos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, con el objetivo de derrocar a Morales, se niega a declarar sobre el caso Rózsa ante autoridades de la judicatura nacional.
Marinkovic presidió entre 2007 y 2009 el político empresarial Comité Pro Santa Cruz, radical opositor al presidente Morales.
El empresario agropecuario, acusado también por adherir ilegalmente a su propiedad tierras fiscales, se vale, para evadir las conminatorias judiciales, de un par de recursos planteado por el juez Tapia Pachi para que el caso se ventile en la jurisdicción de Santa Cruz, en desmedro de la de La Paz, donde el proceso acusa ya un desarrollo.
Tapia Pachi se ha ganado la tristemente célebre fama de archivar los procesos que se ventilan en Santa Cruz contra Marinkovic. El gobierno acusa al magistrado de responder a los intereses del poderoso empresario agroganadero. El intento de traslado de jurisdicción ha sido resuelto esta semana por un tribunal de garantías constitucional que radicó la investigación definitivamente en La Paz.
El 5 de agosto de ese año, el cotidiano editado en Santa Cruz, firmó un artículo sobre la situación política en Oriente Medio, envuelto en una guerra, firmado por Rózsa.
El artículo rotulado ‘Perros rabiosos asolan el Líbano’ fue publicado un día antes de la instalación de la Asamblea Constituyente de Bolivia, cuyos 245 miembros fueron elegidos en las urnas en julio de 2006.
Esta es la primera evidencia de que Rózsa, nacido en Bolivia en 1960, de padre de croata y madre boliviana, pero avecindado en Budapest, había vuelto los ojos a su país de origen en momentos en que el gobierno de Morales instrumentaba una nueva reforma agraria y buscaba repartir un quinto de la tierra cultivable entre campesinos e indígenas carenciados.
No existen más antecedentes de Rózsa en Bolivia, a excepción de una nota de opinión de la hermana de éste, Silvia Rózsa, que firma una columna en el Nuevo Día de Santa Cruz.
El artículo, cuya autoría se atribuye a Eduardo Rózsa, revela el primer contacto formal de operadores locales, cuya identidad se desconoce y se pretende establecer por conducto de una investigación judicial, trabada sistemáticamente por un juez de la jurisdicción de Santa Cruz, Luis Tapia Pachi, con la ‘Conexión Ústachas".
La ‘Conexión Ústachas’, crucial para entender, entre otros, conflictos bélicos en Europa en la última década del siglo XX, que incorporaron conceptos tales como "limpieza étnica y reliogiosa" y provocaron catástrofes humanitarias en otras latitudes del planeta, representa la unión de "fascistas con fascistas, no importa dónde hubieran nacido, qué idiomas hablaban, cuál era el color de su cabello o qué religión profesaban", escribió el intelectual boliviano Marcos Domic.
La ‘Conexión Ústachas’ guarda relación con la guerra interna que atomizó Yugoslavia a principios de la década de los ’90.
Se trata de "fascistas que de alguna manera se vincularon con Croacia post yugoslava. Es decir se trata de vinculaciones ante todo políticas", afirmó Domic.
Rózsa, de cuya presencia entre el 5 de agosto de 2006 y setiembre y octubre de 2008 no se tiene evidencia, ingresó el país subrepticiamente con un grupo de mercenarios europeos, veteranos de la guerra de Yugoslavia, para "independizar Santa Cruz, según declaró él mismo a un periodista húngaro antes de partir nuevamente a Bolivia, a fines del año pasado.
"Pasaré de Brasil a Bolivia y comenzaré a organizar una milicia, basada en la decisión de Santa Cruz" de obtener una autonomía de corte federalista, sostuvo en la entrevista que circula en la internet.
Rózsa Flores, ingresó ilegalmente a Bolivia por la extensa frontera con Brasil, confió él mismo al periodista húngaro Andreas Kepes.
"Si ellos, el gobierno (de La Paz), no permiten la autonomía de Santa Cruz, Santa Cruz está dispuesto separarse de Bolivia", declaró en húngaro el mercenario, un controvertido personaje que se desempeñó como corresponsal, poeta y escritor y que devino en la milicia ultranacionalista de Croacia.
El 16 de abril de 2009, Rózsa, que comandaba un grupo armado que buscaba detonar una guerra civil en esa región del oriente boliviano, para promover luego su separación de Bolivia, fue abatido en un intercambio de fuegos con la Policía local en un hotel de Santa Cruz.
La Policía halló ese mismo día un arsenal en una tienda de la empresaria Expoferia de Santa Cruz, en el centro de esa ciudad a 900 km al este de La Paz, del que se servía la célula de mercenarios extranjeros articulada por Rózsa en Bolivia.
Abierta la investigación guiada por testimonios ofrecidos por dos mercenarios de la célula de Rózsa aprehendidos con vida, el húngaro Elöd Tóaso y el boliviano húngaro Mario Tadic, además de un contacto local, Ignacio Villa Vargas, "El Viejo", analistas locales infirieron que ese grupo de veteranos de las guerras de Yugoslavia, Croacia y Africa fue contactado en Bolivia por "fascistas croatas, vinculados con la derecha fascistizada de Santa Cruz".
Las investigaciones del Ministerio Público apuntaron a Marinkovic que en el segundo trimestre de este año se hizo del total del paquete accionario del Nuevo Día.
El fiscal boliviano Marcelo Soza, con asiento en La Paz, conduce la investigación y después de estudiar cientos de legajos e información colectada de los ordenadores confiscados a Rózsa, citó a Marinkovic para esclarecer su actuación en el financiamiento de la célula armada desarticulada en Bolivia.
Marinkovic, acusado por el gobierno de financiar y soliviantar a grupos de civiles armados que, entre agosto y setiembre de 2008 tomaron aeropuertos, volaron ductos y saquearon oficinas públicas en los distritos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, con el objetivo de derrocar a Morales, se niega a declarar sobre el caso Rózsa ante autoridades de la judicatura nacional.
Marinkovic presidió entre 2007 y 2009 el político empresarial Comité Pro Santa Cruz, radical opositor al presidente Morales.
El empresario agropecuario, acusado también por adherir ilegalmente a su propiedad tierras fiscales, se vale, para evadir las conminatorias judiciales, de un par de recursos planteado por el juez Tapia Pachi para que el caso se ventile en la jurisdicción de Santa Cruz, en desmedro de la de La Paz, donde el proceso acusa ya un desarrollo.
Tapia Pachi se ha ganado la tristemente célebre fama de archivar los procesos que se ventilan en Santa Cruz contra Marinkovic. El gobierno acusa al magistrado de responder a los intereses del poderoso empresario agroganadero. El intento de traslado de jurisdicción ha sido resuelto esta semana por un tribunal de garantías constitucional que radicó la investigación definitivamente en La Paz.
Texto y foto: ABI
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