Tiawanaku, La Paz (BOLIVIA), 21 ene (ABI) – El presidente boliviano Evo Morales recibió el jueves en las ruinas de la civilización Tiawanaku, a 71 km de La Paz, los poderes espirituales para conducir el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia, en la antesala de su segundo mandato en que se propone sacar al país andino amazónico de la pobreza y la inequidad sociales.
Enfundado en una túnica blanca tejida a mano con lana de camélido en obrajes indígenas y coronado por un gorro de cuatro puntas, que simbolizan la integración de todas las regiones Bolivia y de los cuatro suyos, en alusión al precolombino Tawantinsuyo, que se expandió sobre gran parte de Sudamérica, Morales anunció una nueva era de progreso para su país y un Pachacuti, un nuevo tiempo para la humanidad marcado por un respeto supremo a la Madre Naturaleza.
"Desde este lugar milenario nace una nueva luz, una luz de esperanza para el pueblo boliviano y para la humanidad", remarcó en medio de una ceremonia de contornos esotéricos en la cuna de la civilización más longeva del continente y en presencia de alrededor de 50.000 personas.
En su vestimenta, el líder indígena boliviano, mandatado para un segundo gobierno de un lustro hasta 2015, enarboló símbolos de los pueblos originarios de Bolivia, tales como la Cruz andina.
Antes de ser empoderado, Morales recorrió los cuatro puntos cardinales de la mítica Pirámide Akapana en compañía de una mujer aymara centenaria, que simboliza el poder diárquico en la cosmovisión andina.
El gobernante reverenció a la "sagrada Tierra, el Agua sagrado, el Aire sagrado ante la presencia omnipotente del Cielo".
El rito desarrollaba mientras el sonar ininterrumpido de pututus (cuernos de vacuno) mediatizaba el ritual.
"Gracias abuelas, abuelos. Mira a tu hijo, Evo Morales, que en este momento retoma nuevamente el poder para gobernar esta nación", que de la mano de su primer presidente indígena intenta superar un estado de postración secular, dijo un chamán andino que invocó a los Achachilas, titanes reinantes en la cumbres andinas, mientras guiaba los pasos del gobernante.
Ahora, con Morales en el poder, los indígenas "tenemos una oportunidad de hablar, de ser escuchados y de poder buscar una vida digna, una existencia justa, un futuro", proclamó el amauta (sabio) andino.
Hacia mediodía del jueves, el cielo se cargó de coloraciones crepusculares surcadas por la luminosidad de los rayos solares, lo que acentuó la sensación mítica y telúrica de la ceremonia seguida por representantes diplomáticos, también ataviados con vestidos vernaculares indígenas, de 30 países y de una diversidad de pueblos indígenas de América.
"Y ojalá que ninguno, hermanos y hermanas, caiga en la corrupción, para la justa gobernanza del hermano Evo", postuló el chaman mientras una mesa, un ritual ancestral, ofrecida para alimentar a la Pachamama (Madre Tierra), lanzaba llameradas y chisporoteos, emplazada en el centro ceremonial de Tiawanaku.
"Jallalla Tata Evo" proclamó un amauta, mientras otro sacerdote indígena invocaba: "Madre Tierra, Padre Sol, invocamos fuerza y sabiduría para nuestro gran jefe".
"Jallalla (viva) el Collasuyo (una de las cuatro jurisdicciones del Tawantinsuyo precolombino, donde se asienta el actual territorio de Bolivia), jallalla el Tawantinsuyo", dijo el chamán que ejercitó un ritual con las manos para alejar los malos espíritus y las imprecaciones contra Morales y su gobierno.
Luego, Morales besó una estructura lítica, una roca perfectamente cortada al hielo hace 1.500 años, antes de emplazarse en el portal del sagrado templete del Kalasasaya, donde recibió el reconocimiento de los representantes de los pueblos indígenas de América.
La Premio Nobel de la Paz, la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, destacó le reelección de Morales, antes de tributarle el saludo de los pueblos originarios de su país.
"En un precedente histórico, es una marcha hacia adelante y nada para atrás, es un paradigma, yo creo que nos marca una pauta de la necesidad del poder para los pueblos indígenas vista desde los pueblo indígenas", dijo Menchú.
Antes que dos niños indígenas le impusieran los bastones de mando, suerte de alabardas fabricadas de metal y madera, Morales recibió el saludo de líderes de los indios mapuches de Chile, de los quechuas de Ecuador y Perú, de los aymaras peruanos.
Iconos de pueblos indígenas de Argentina y Canadá también le presentaron sus reverencias, entre otros.
El gobernante, primero entre sus pares de los indios aymaras, quechuas, guaraníes y tupiguaraníes de Bolivia, se plantó en las escalinatas del templete Kalasayaya, un centro ceremonial, religioso y político de Tiawanaku construido en el período de mayor expansión de esta cultura milenaria, entre los siglos VI y VIII después de Cristo, y esgrimió, otra vez, como pautas de conducta pública que regirá su segundo gobierno consecutivo y que inaugurará el viernes, la trilogía de ancestral del buen comportamiento.
El Presidente boliviano anunció que su administración se fundará en los heraldos morales de los pueblos indígenas de su país: Ama Sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso), Ama Qhella (no seas flojo).
Al tiempo de garantizar que el Estado Plurinacional que ayudó a instalar, asegurará la igualdad entre hombres y mujeres, Morales parafraseó al ex presidente boliviano Gualberto Villarroel, inmolado por una turba en 1946, y se dijo "más amigo de los pobres sin ser enemigo de los ricos".
"Hoy, hay un Estado colonial que se va y un Estado plurinacional que llega", proclamó, interrumpido con una salva de aplausos proveniente de los cuatro costados del histórico emplazamiento arqueológico.
Evo Morales "despide al Estado colonial en su segunda investidura indígena", reseñó un despacho del País de España.
Morales enunció su discurso en tres idiomas aimara y quechua, posteriormente en castellano.
"Un Estado que murió y un Estado que nació, un Estado colonial que se va y un Estado Plurinacional que llega, un Estado colonial que permitió el saqueo de los recursos de la madre tierra, un Estado discriminador, un Estado colonial que siempre nos han visto a los pueblos indígenas como salvajes. La mejor forma de defender los Derechos Humanos es defender a la madre tierra, si los movimientos sociales no asumimos la responsabilidad seremos cómplices del capitalismo", aseveró la autoridad que volvió a declararse opuesto al capitalismo.
Medio millar de periodistas bolivianos y extranjeros cubrió la ceremonia.
Luego que el dignatario abandonara, tomado de la mano por la longeva y encorvada "warmi", Tiawanaku se entregó a una fiesta de sesgo costumbristas en la que miles de indígenas en traje de fiesta bailaron y cantaron en homenaje a su líder que será investido con los novísimos símbolos plurinacionales, el viernes en La Paz.
Enfundado en una túnica blanca tejida a mano con lana de camélido en obrajes indígenas y coronado por un gorro de cuatro puntas, que simbolizan la integración de todas las regiones Bolivia y de los cuatro suyos, en alusión al precolombino Tawantinsuyo, que se expandió sobre gran parte de Sudamérica, Morales anunció una nueva era de progreso para su país y un Pachacuti, un nuevo tiempo para la humanidad marcado por un respeto supremo a la Madre Naturaleza.
"Desde este lugar milenario nace una nueva luz, una luz de esperanza para el pueblo boliviano y para la humanidad", remarcó en medio de una ceremonia de contornos esotéricos en la cuna de la civilización más longeva del continente y en presencia de alrededor de 50.000 personas.
En su vestimenta, el líder indígena boliviano, mandatado para un segundo gobierno de un lustro hasta 2015, enarboló símbolos de los pueblos originarios de Bolivia, tales como la Cruz andina.
Antes de ser empoderado, Morales recorrió los cuatro puntos cardinales de la mítica Pirámide Akapana en compañía de una mujer aymara centenaria, que simboliza el poder diárquico en la cosmovisión andina.
El gobernante reverenció a la "sagrada Tierra, el Agua sagrado, el Aire sagrado ante la presencia omnipotente del Cielo".
El rito desarrollaba mientras el sonar ininterrumpido de pututus (cuernos de vacuno) mediatizaba el ritual.
"Gracias abuelas, abuelos. Mira a tu hijo, Evo Morales, que en este momento retoma nuevamente el poder para gobernar esta nación", que de la mano de su primer presidente indígena intenta superar un estado de postración secular, dijo un chamán andino que invocó a los Achachilas, titanes reinantes en la cumbres andinas, mientras guiaba los pasos del gobernante.
Ahora, con Morales en el poder, los indígenas "tenemos una oportunidad de hablar, de ser escuchados y de poder buscar una vida digna, una existencia justa, un futuro", proclamó el amauta (sabio) andino.
Hacia mediodía del jueves, el cielo se cargó de coloraciones crepusculares surcadas por la luminosidad de los rayos solares, lo que acentuó la sensación mítica y telúrica de la ceremonia seguida por representantes diplomáticos, también ataviados con vestidos vernaculares indígenas, de 30 países y de una diversidad de pueblos indígenas de América.
"Y ojalá que ninguno, hermanos y hermanas, caiga en la corrupción, para la justa gobernanza del hermano Evo", postuló el chaman mientras una mesa, un ritual ancestral, ofrecida para alimentar a la Pachamama (Madre Tierra), lanzaba llameradas y chisporoteos, emplazada en el centro ceremonial de Tiawanaku.
"Jallalla Tata Evo" proclamó un amauta, mientras otro sacerdote indígena invocaba: "Madre Tierra, Padre Sol, invocamos fuerza y sabiduría para nuestro gran jefe".
"Jallalla (viva) el Collasuyo (una de las cuatro jurisdicciones del Tawantinsuyo precolombino, donde se asienta el actual territorio de Bolivia), jallalla el Tawantinsuyo", dijo el chamán que ejercitó un ritual con las manos para alejar los malos espíritus y las imprecaciones contra Morales y su gobierno.
Luego, Morales besó una estructura lítica, una roca perfectamente cortada al hielo hace 1.500 años, antes de emplazarse en el portal del sagrado templete del Kalasasaya, donde recibió el reconocimiento de los representantes de los pueblos indígenas de América.
La Premio Nobel de la Paz, la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, destacó le reelección de Morales, antes de tributarle el saludo de los pueblos originarios de su país.
"En un precedente histórico, es una marcha hacia adelante y nada para atrás, es un paradigma, yo creo que nos marca una pauta de la necesidad del poder para los pueblos indígenas vista desde los pueblo indígenas", dijo Menchú.
Antes que dos niños indígenas le impusieran los bastones de mando, suerte de alabardas fabricadas de metal y madera, Morales recibió el saludo de líderes de los indios mapuches de Chile, de los quechuas de Ecuador y Perú, de los aymaras peruanos.
Iconos de pueblos indígenas de Argentina y Canadá también le presentaron sus reverencias, entre otros.
El gobernante, primero entre sus pares de los indios aymaras, quechuas, guaraníes y tupiguaraníes de Bolivia, se plantó en las escalinatas del templete Kalasayaya, un centro ceremonial, religioso y político de Tiawanaku construido en el período de mayor expansión de esta cultura milenaria, entre los siglos VI y VIII después de Cristo, y esgrimió, otra vez, como pautas de conducta pública que regirá su segundo gobierno consecutivo y que inaugurará el viernes, la trilogía de ancestral del buen comportamiento.
El Presidente boliviano anunció que su administración se fundará en los heraldos morales de los pueblos indígenas de su país: Ama Sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso), Ama Qhella (no seas flojo).
Al tiempo de garantizar que el Estado Plurinacional que ayudó a instalar, asegurará la igualdad entre hombres y mujeres, Morales parafraseó al ex presidente boliviano Gualberto Villarroel, inmolado por una turba en 1946, y se dijo "más amigo de los pobres sin ser enemigo de los ricos".
"Hoy, hay un Estado colonial que se va y un Estado plurinacional que llega", proclamó, interrumpido con una salva de aplausos proveniente de los cuatro costados del histórico emplazamiento arqueológico.
Evo Morales "despide al Estado colonial en su segunda investidura indígena", reseñó un despacho del País de España.
Morales enunció su discurso en tres idiomas aimara y quechua, posteriormente en castellano.
"Un Estado que murió y un Estado que nació, un Estado colonial que se va y un Estado Plurinacional que llega, un Estado colonial que permitió el saqueo de los recursos de la madre tierra, un Estado discriminador, un Estado colonial que siempre nos han visto a los pueblos indígenas como salvajes. La mejor forma de defender los Derechos Humanos es defender a la madre tierra, si los movimientos sociales no asumimos la responsabilidad seremos cómplices del capitalismo", aseveró la autoridad que volvió a declararse opuesto al capitalismo.
Medio millar de periodistas bolivianos y extranjeros cubrió la ceremonia.
Luego que el dignatario abandonara, tomado de la mano por la longeva y encorvada "warmi", Tiawanaku se entregó a una fiesta de sesgo costumbristas en la que miles de indígenas en traje de fiesta bailaron y cantaron en homenaje a su líder que será investido con los novísimos símbolos plurinacionales, el viernes en La Paz.
Texto y foto:ABI
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