Andrés Soliz Rada
En medio de la sumisión a la moda intelectual francesa de sus compatriotas, Franz Tamayo escribió, en 1910, su imperecedera “Creación de la Pedagogía Nacional”, convertida en el primer hito del indianismo. En el pone el dedo en la llaga con estas palabras: “¿Qué hace el indio por el Estado? Todo. ¿Qué hace el Estado por el indio? ¡Nada! El indio se basta… vive por si… es constructor de su casa, labrador de su campo, tejedor de su estofa y cortador de su propio traje… es el único que en medio de esta chacota universal que llamamos república toma a lo serio la tarea humana por excelencia: producir”. Como contrapartida, “el blanco es diputado, ministro, juez, poeta, profesor, cura, intelectual… es decir ¡parásito!”. De aquí concluye que Bolivia es “el incomprensible Estado de una nación que vive de algo y de alguien y que, a la vez, pone empeño sensible en destruir ese algo y ese alguien”.
El segundo gran hito del indianismo lo encarna Jorge Ovando con su libro: “Sobre el problema nacional y colonial de Bolivia” (1961). Ovando, respaldado en el investigador francés, Alcide d´Orbigny, afirma que en el país existe una nación, además de 33 nacionalidades y grupos étnicos. D´Orbigny (dice Baptista) estudió con simpatía y comprensión desconocidas para la época (1830-1833) a todos los grupos étnicos en Bolivia con los que convivió… tratándolos como seres humanos con dignidad. Es un auténtico precursor del moderno concepto de “Otredad”. La actual Constitución tiene en Ovando un antecedente insoslayable.
Con Fausto Reinaga (tercer hito), el indianismo es convocado a la toma del poder. Estas sus palabras: “UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD es el mandato cósmico para el indio. Indios: aymaras, keswas, kambas, chapakos, chiriguanos, etc. Unámonos. Unidos dejaremos del ser pongos (sirvientes); seremos hombres libres… la unidad india descansa en la voluntad granítica de la conquista del Poder por el indio… nuestra divisa política es PODER O MUERTE… LA UNIDAD, UNIDAD INDIA ES PODER INDIO” (Tesis India, mayo 1971. Las mayúsculas son de FR). En la centuria pasada, el indianismo confrontó sus posiciones con el pensamiento nacional, que postula la construcción del Estado, la industrialización del país, la defensa de las fronteras, de los recursos humanos y naturales y de la soberanía frente al imperialismo y las oligarquías vecinas. Sus figuras más connotadas son Carlos Montenegro, Augusto Céspedes, Ñuflo Chávez Ortiz, Sergio Almaraz, Marcelo Quiroga, José Ortiz Mercado y René Zavaleta.
El histórico debate, que correspondía a la maduración del pensamiento político interno, se desequilibró desde finales del Siglo XX, con la ingerencia de USAID, de la Unión Europea, de cofradías religiosas, del Banco Mundial, de transnacionales y de sus cientos de ONG (cuarto hito). La OIT se apropió del indianismo, pese a que anteriormente había planteado la integración de los pueblos indígenas a sus respectivos países. Cambió de posición al advertir que, al fomentar las reivindicaciones étnicas a ultranza, el poder mundial lograría atomizar a Estados nacionales in constituidos. Así se bloqueó la construcción conceptual de lo indo mestizo, que busca articular lo mejor del indianismo y del pensamiento nacional.
Este cuarto hito debe ser neutralizado mediante la fiscalización de sus recursos económicos, ya que, al disponer de ilimitados desembolsos, ha debilitado el debate ideológico, a través de contratación de “expertos” foráneos, organización de eventos en hoteles 5 estrellas y viáticos en dólares Esa intromisión ha alejado el anhelo de una patria para todos, ha incentivado el racismo y el regionalismo y ha mezclado la política con una actividad rentada. Si se considera que, una vez más, existe importante participación de ONG en el gabinete de Evo Morales se concluirá en la urgencia de conocer el origen y destino de sus inagotables financiamientos.
En medio de la sumisión a la moda intelectual francesa de sus compatriotas, Franz Tamayo escribió, en 1910, su imperecedera “Creación de la Pedagogía Nacional”, convertida en el primer hito del indianismo. En el pone el dedo en la llaga con estas palabras: “¿Qué hace el indio por el Estado? Todo. ¿Qué hace el Estado por el indio? ¡Nada! El indio se basta… vive por si… es constructor de su casa, labrador de su campo, tejedor de su estofa y cortador de su propio traje… es el único que en medio de esta chacota universal que llamamos república toma a lo serio la tarea humana por excelencia: producir”. Como contrapartida, “el blanco es diputado, ministro, juez, poeta, profesor, cura, intelectual… es decir ¡parásito!”. De aquí concluye que Bolivia es “el incomprensible Estado de una nación que vive de algo y de alguien y que, a la vez, pone empeño sensible en destruir ese algo y ese alguien”.
El segundo gran hito del indianismo lo encarna Jorge Ovando con su libro: “Sobre el problema nacional y colonial de Bolivia” (1961). Ovando, respaldado en el investigador francés, Alcide d´Orbigny, afirma que en el país existe una nación, además de 33 nacionalidades y grupos étnicos. D´Orbigny (dice Baptista) estudió con simpatía y comprensión desconocidas para la época (1830-1833) a todos los grupos étnicos en Bolivia con los que convivió… tratándolos como seres humanos con dignidad. Es un auténtico precursor del moderno concepto de “Otredad”. La actual Constitución tiene en Ovando un antecedente insoslayable.
Con Fausto Reinaga (tercer hito), el indianismo es convocado a la toma del poder. Estas sus palabras: “UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD es el mandato cósmico para el indio. Indios: aymaras, keswas, kambas, chapakos, chiriguanos, etc. Unámonos. Unidos dejaremos del ser pongos (sirvientes); seremos hombres libres… la unidad india descansa en la voluntad granítica de la conquista del Poder por el indio… nuestra divisa política es PODER O MUERTE… LA UNIDAD, UNIDAD INDIA ES PODER INDIO” (Tesis India, mayo 1971. Las mayúsculas son de FR). En la centuria pasada, el indianismo confrontó sus posiciones con el pensamiento nacional, que postula la construcción del Estado, la industrialización del país, la defensa de las fronteras, de los recursos humanos y naturales y de la soberanía frente al imperialismo y las oligarquías vecinas. Sus figuras más connotadas son Carlos Montenegro, Augusto Céspedes, Ñuflo Chávez Ortiz, Sergio Almaraz, Marcelo Quiroga, José Ortiz Mercado y René Zavaleta.
El histórico debate, que correspondía a la maduración del pensamiento político interno, se desequilibró desde finales del Siglo XX, con la ingerencia de USAID, de la Unión Europea, de cofradías religiosas, del Banco Mundial, de transnacionales y de sus cientos de ONG (cuarto hito). La OIT se apropió del indianismo, pese a que anteriormente había planteado la integración de los pueblos indígenas a sus respectivos países. Cambió de posición al advertir que, al fomentar las reivindicaciones étnicas a ultranza, el poder mundial lograría atomizar a Estados nacionales in constituidos. Así se bloqueó la construcción conceptual de lo indo mestizo, que busca articular lo mejor del indianismo y del pensamiento nacional.
Este cuarto hito debe ser neutralizado mediante la fiscalización de sus recursos económicos, ya que, al disponer de ilimitados desembolsos, ha debilitado el debate ideológico, a través de contratación de “expertos” foráneos, organización de eventos en hoteles 5 estrellas y viáticos en dólares Esa intromisión ha alejado el anhelo de una patria para todos, ha incentivado el racismo y el regionalismo y ha mezclado la política con una actividad rentada. Si se considera que, una vez más, existe importante participación de ONG en el gabinete de Evo Morales se concluirá en la urgencia de conocer el origen y destino de sus inagotables financiamientos.
Texto: Rebelión
Imagen: faustoreinaga.org
El 16 de octubre de 2013 tuvo lugar un interesante Foro Debate en la Universidad Mayor de San Andrés sobre el tema de “El Manejo del Discurso Indígena”. Una de las intervenciones más destacadas fue de Pedro Portugal Mollinedo, director del periódico digital Pukara de Bolivia, en la que hace una síntesis de los discursos históricos sobre el indio desde un enfoque descolonizador, recalcando la caducidad del nuevo discurso posmoderno. Es posible escuchar esa intervención en internet, ingresando al siguiente enlace: https://soundcloud.com/alberto-del-monte/el-manejo-del-discurso
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