sábado, 8 de enero de 2011

Contra la impunidad, se rinde tributo a caídos de la Harrington


Después de 30 años de la masacre, se cumplirán varias actividades durante la ‘Semana por la Memoria Viva y Vigilante’, para recordar a los mártires por la democracia.

En la calle Harrington, de la zona Sopocachi de la ciudad de La Paz, el 15 de enero de 1981 fueron asesinados Jorge Baldivieso, Gonzalo Barrón, Artemio Camargo, Arcil Menacho, José Luis Suárez, Ricardo Navarro, José Reyes y Ramiro Velasco por paramilitares de la dictadura de Luis García Meza.

Este 10 de enero a las 11.00 se inaugurará la ‘Semana por la Memoria Viva y Vigilante’ en el Montículo, que incluye varias actividades y que es organizada por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Asofamd, Central Obrera Boliviana, la Coordinadora Interinstitucional de Derechos Humanos, la Fundación Solón, la Fundación Boliviana contra la Impunidad y el municipio local.

Bolivia vivía bajo el régimen narcofascista de Luis García Meza y Luis Arce Gómez, una dictadura militar que interrumpió el proceso democrático, desplegando el terrorismo de Estado, conculcador de los derechos más elementales y sagrados del pueblo.

“Se dice que no hay amor más grande que aquel que entrega su vida por los semejantes. Sólo 30 años después puedo llegar a vislumbrar que trascendieron porque su entrega fue completa, vencieron el miedo a la muerte”, afirmó el familiar de una de las víctimas asesinadas. Los caídos y mártires por la democracia fueron ocho miembros de la Dirección Nacional del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que se reunían en la clandestinidad en Sopocachi.

La resistencia civil de este grupo de jóvenes revolucionarios a un régimen militar de dictadura concluyó en una masacre que cobró la vida de ocho personas. De aquel atentado sólo sobrevivió la doctora Gloria Ardaya, actual docente universitaria.

Se tiene programado para el martes 11 un coloquio a las 19.00 en la planta baja de la Casa de la Cultura, mientras que el miércoles 12 se inaugurará una muestra de fotografías y material impreso de denuncia en la plaza del Bicentenario a partir de las 10.00.

El jueves 13, una sesión de honor del Concejo Municipal paceño, en el Palacio Consistorial, rendirá homenaje a las víctimas. Para el viernes 14 se ha previsto la realización de un concierto, un espacio de lecturas sobre la masacre y varias puestas en escena a partir de las 19.30 en la Casa de la Cultura.

Para el cierre de esta semana conmemorativa se programó para el sábado 15, en la calle Harrington, la instalación de un escenario donde se oficiará una misa de campaña acompañada por una dramatización del grupo de Teatro Trono a partir de las 10.00. Una hora más tarde se tendrá la inauguración de un mural conmemorativo ubicado en la plaza del Bicentenario.

Transcurrieron 30 años, sin embargo, la memoria de esas ocho vidas sacrificadas junto a las de Marcelo Quiroga Santa Cruz, Carlos Flores y Gualberto Vega, que desaparecieron durante el golpe militar del 17 de julio de 1980, aún no fue reivindicada por el Estado Plurinacional.

El pueblo que no olvida la historia de la lucha por la democracia en el país ahora vive en un proceso revolucionario en un nuevo Estado democrático y pluricultural, y a las tres décadas, la población se encamina hacia el Suma Qamaña o el Vivir Bien, aunque aún se espera recuperar los restos de los revolucionarios desaparecidos.

Por la democracia

Masacre. La noche del 15 de enero de 1981, durante el gobierno dictatorial de Luis García Meza, se cometió uno de los peores genocidios que conoce nuestra historia: la ejecución de ocho mártires que luchaban por un sistema democrático para el país.

Asesinatos. El gobierno de García Meza, desde el Ministerio del Interior encabezado por Luis Arce Gómez, asesinó a alrededor de 500 personas, además hubo desapariciones forzadas y cuatro mil detenidos.

Corrupción y la dictadura militar

Entre los actos de corrupción que se atribuyen a Luis García Meza se cuenta la venta de los diarios del guerrillero cubano-argentino Ernesto Che Guevara, que fueron robados de las bóvedas del Banco Central.

El pueblo también es conocedor del robo de los vidrios Rayban de la Piscina Olímpica de La Paz y la concesión de un contrato de explotación de piedras semipreciosas en La Gaiba a una empresa brasileña por parte de los comandantes militares. Además se ha vinculado el crecimiento del narcotráfico en Bolivia a un apoyo gubernamental no oficial a la práctica de la actividad en el Chapare cochabambino, durante la dictadura militar. García Meza y Luis Arce Gómez fueron juzgados y sentenciados por sus delitos, y cumplen su condena en una cárcel de La Paz.

Texto e imagen: Cambio

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