viernes, 30 de septiembre de 2011

Los papelitos del Vicepresidente



Iván Égido

Son muchas las cosas que pueden decir del mensaje del señor vicepresidente Álvaro García Linera. No obstante se prestará atención a solo dos de las muchas innovaciones propuestas en materia de funcionamiento del aparato estatal.


García Linera reafirma que la orden nunca salió del Poder Ejecutivo, pese a que las principales autoridades en la materia, Ministro de Gobierno y Ministro de Presidencia, justificaron la misma horas después de acontecer el hecho. Pero el vicepresidente va más allá pues desafía a los medios de comunicación que muestren una orden firmada por alguna autoridad del Ejecutivo, muestren papelitos decía. De esta manera, el vicepresidente redefine la manera en que las Máximas Autoridades Ejecutivas pueden ser susceptibles de responsabilidades administrativas, civiles o penales. Con esta nueva concepción cabe esperar que hoy en la mañana se liberará a Leopoldo Fernández y que se anularán todos los juicios de responsabilidad a los ministros de Gonzalo Sánchez de Lozada, obviamente incluido el juicio a esa ex autoridad, pues presumo que ninguna de estas autoridades firmó una orden de asesinato a las víctimas que murieron en esos otros conflictos.

Lo otro relevante, es que el Vicepresidente sentenció que la consulta previa, libre e informada como pertinente solo en casos de explotación de recursos naturales, leyendo un inciso del artículo 30 de la carta magna. Con ello seguramente se resuelve uno de los puntos de la plataforma de demandas de la Marcha, el caso Aguaraüe que seguramente igual que la carretera mediante orden verbal del Presidente emitida por medios de comunicación se paralizará. Felices también estarán las comunidades de CONAMAQ, que durante años han pedido que se paralicen las actividades mineras en sus territorios por no haber sido consultados para su implementación, caso Coro Coro, solo por mencionar uno.

Seguramente Alejandro Almaráz, ahora ya no le aconsejará al vicepresidente que lea la Constitución Política del Estado.Ahora, con seguridad le exigirá que la vuelva a leer pero completa. Así tal vez, encuentre el parágrafo primero del artículo 403 que reconoce la integralidad del territorio indígena originario campesino, que incluye el derecho a la tierra, al uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables en las condiciones determinadas por la ley; a la consulta previa e informada y a la participación en los beneficios por la explotación de los recursos naturales no renovables que se encuentran en sus territorios; la facultad de aplicar sus normas propias, administrados por sus estructuras de representación y la definición de su desarrollo de acuerdo a sus criterios culturales y principios de convivencia armónica con la naturaleza.

Y si todavía duda sobre la fuerza de este artículo podría volver al capítulo de derechos fundamentales y garantías y leer el parágrafo cuarto del artículo 13: Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los Estados de Excepción prevalecen en el orden interno.Los derechos y deberes consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia. Seguramente luego de que lea este artículo el ministro Romero, experto de derechos indígenas, le prestará el convenio 169 de la OIT y todos sus manuales de aplicación.

Pero siempre existe la posibilidad que para un matemático como es el vicepresindente todavía podría haber hipótesis de falsedad.Por ello, será preciso que el Ministro Delgadillo le preste todos los informes de otras consultas que el Estado boliviano realizó en gobiernos “neoliberales” en proyectos de construcción de carretera.Como ejemplo basta mencionar la Carretera Pailón – Puerto Suárez, con la consulta al pueblo chiquitano, o el más reciente realizado para el proyecto de la carretera bioceánica que afecta los territorios del Norte de La Paz, Beni y Pando.

La cobardía es asunto de los hombres y no de los amantes, canta Silvio; pero en la historia corta de Bolivia jamás presenciamos actitudes tan cobardes como la de la última semana. Por ahora queda esperar que sorpresa nos presentan en las siguientes semanas, pues seguramente se necesita algo de tiempo para construir nuevos culpables e historias de conspiración.



Texto: Bolpress

Foto: Fundación Tierra

"Ahora sí que te descalabro los cachetes"

Tomado de escombrismo

El 18 Brumario del Kananchiri



Rafael Bautista S.


Cuando Zavaleta expone la “paradoja señorial”, no sólo describe la contradicción de una casta sino de toda una subjetividad que se expande al todo social: aquella que se constituye “en contra del indio”. Por eso produce un Estado aparente, porque no tiene contenido propio, porque lo propio es aquello que niega para poder afirmarse a sí mismo; porque es antinacional, su legitimidad tiende siempre a la nulidad. Por eso necesita de una sociedad, también aparente, que se haga a imagen y semejanza de ese Estado; ambos se corresponden, pues en ambos se encuentra arraigada una cuestión de fe. Por eso señala Zavaleta, sin miramiento alguno: “la única creencia ingénita e irrenunciable fue siempre el juramento de su superioridad sobre los indios, creencia en sí no negociable, con el liberalismo o sin él y aun con el marxismo o sin él”.

Vale la pena subrayar lo último. Porque incluso la asunción de banderas revolucionarias no supone la superación de esta creencia que es, como bien dice, “ingénita e irrenunciable”. Por eso se producen las recaídas. Por eso a la revolución del 52 le sucede la contrarrevolución y al actual “Estado plurinacional” le viene sucediendo la reposición del Estado colonial. La “paradoja” consiste en que la dirigencia gubernamental del proceso no logra reunir, ni las condiciones subjetivas ni las institucionales, para auto-transformarse, y menos, para hacer posible la transformación del Estado. Esta “paradoja” se sostiene porque aquella creencia permanece inamovible.

Por eso en el mismo discurso revolucionario anida esta “paradoja”: la dominación se reconstituye bajo nuevas banderas; porque si la creencia no es posible se ser superada, entonces los propios revolucionarios producen la contra-revolución. Por eso hasta la izquierda puede ser la nueva derecha. Porque a ambos les une una creencia también irrenunciable; principio nodal de un mundo que se globaliza desde la conquista, en contra, siempre, del indio.

Pueden renunciar a todo, menos a su fe ciega en el “progreso” moderno. La riqueza del mundo moderno les enceguece, de tal modo, que ya no tienen ojos para ver lo más evidente: que esa riqueza es sólo posible por la acumulación sistemática de miseria. Para que el primer mundo sea “desarrollado” tiene que producir el subdesarrollo del tercer mundo (para que haya centro tiene que haber periferia). La conquista no cesa y, con el añadido del racismo congénito moderno, se lo racionaliza hasta como un imperativo categórico: ahora se llama “desarrollo”.

La “paradoja” aparece en el dominado, cuando aspira a ser un nuevo dominador. Por eso el socialismo fracasa: critica la dominación del trabajo humano por el capital, pero la liberación del trabajo no libera al ser humano, pues sigue inamovible la dominación de la naturaleza. Y en eso consiste la Modernidad: en dominar. La “riqueza”, el “desarrollo” y el “progreso” modernos, son sólo posibles en términos de dominación. Las mercancías modernas que nos enceguecen y seducen, chorrean sangre humana y sangre de la Madre tierra, desde hace cinco siglos. La economía que promueve este famoso “desarrollo”, sólo sabe producir riqueza, destruyendo las dos únicas fuentes de riqueza: la humanidad y la naturaleza, Marx dixit. La crisis ecológica no es una maldición divina sino consecuencia de la irracionalidad de la racionalidad económica moderna; que comparten tanto capitalistas como socialistas.

Las creencias económicas modernas son también “ingénitas e irrenunciables”, y parten de una clasificación dicotómica que se origina en el mito fundacional del mundo moderno: el racismo. Las categorías de desarrollo-subdesarrollo, son emanaciones lógicas de la dicotomía inicial que legitima la conquista del Nuevo Mundo: superior-inferior. La naturalización de esta clasificación es el racismo. Por eso el indio aparece, en el Estado señorial-moderno-colonial, como obstáculo del “progreso” y el “desarrollo”. En nombre de estos se producen los genocidios a la humanidad y a la naturaleza, desde la conquista, la colonia y la república, y en nombre también de estos, ahora, un Estado plurinacional, lejos de proponerse un contenido propio, auténtico, liberador, no hace sino volver a su forma anterior, y de modo más acabado.

Por eso la “paradoja” continúa, y recompone lo que se pretendía superar. No hay verdadera transformación: quienes pudieron convertirse en los abanderados de un proceso de liberación, no saben ni pueden entenderse al margen de un Estado al que desprecian y, sin embargo, lo restituyen; porque las estructuras de ese Estado, estructuran su propia subjetividad. Parafraseando a Zavaleta: pudieron ser los conductores de un gran acto revolucionario; pero sus cabezas mismas, no eran libres todavía de aquel Estado.

El primer mito de la subjetividad moderna es la creencia en su superioridad. Es en la conquista, donde se constituye aquel mito; necesita constituir a la víctima en “inferior”, para legitimar su dominación: donde no hay indio No hay “señor”. Por eso las repúblicas nacen formalmente “independientes”, pero siguen siendo esencialmente coloniales. No pueden siquiera constituir nación, porque lo nacional mismo es excluido. La nación es clandestina, porque el Estado es colonial. Su soberanía es pura ficción; por eso se convierte en mero administrador de intereses que, ni siquiera, son los suyos.

En este contexto, la coyuntura crítica que atravesamos, revela el carácter constitutivo de un Estado, cuyo relevo de mando, no hace sino reponer ese carácter: el Estado boliviano, incluso con wiphala, no sabe constituirse sino siempre, “en contra y a costa del indio”. El MAS reedita al MNR; por eso no es raro el movimientismo de ambos y el nacionalismo, como ideología, que une ambos fracasos: modernizarnos a toda costa, o sea, “a costa siempre del indio”. Es un aborrecimiento que no tiene fin, Zavaleta dixit.

Incluso con marxismo, hasta con discurso de descolonización, el indio sigue siendo el obstáculo para modernizarnos. La conquista se actualiza: “siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros [indios], incultos e inhumanos, se niegan a admitir el imperio de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos; imperio que les traería grandísimas utilidades, siendo además cosa justa por derecho natural que la materia obedezca a la forma, al cuerpo al alma, el apetito a la razón, los brutos al hombre, la mujer al marido, lo imperfecto a lo perfecto, lo peor a lo mejor, para bien de todos”. Ginés de Sepúlveda resucita con rostro “plurinacional”, pero sigue diciendo lo mismo: el indio no puede ser sujeto sino objeto de la autoridad (quien es “más prudente y perfecta”). Él no puede reclamar derechos, es el Estado señorial-moderno-colonial quien se los otorga; por eso es considerado un “menor de edad”: “influenciado por ONG’s”, “usado por la derecha”, etc. Y si éste no tiene derechos, peor la naturaleza.

La modernidad mata a Dios para erigir a sus ídolos, nuevos fetiches hambrientos del sacrificio constante de la humanidad y la naturaleza. La riqueza moderna no tiene límites, por eso la economía se mide por cifras, siempre en aumento; por eso “progreso” significa, en definitiva, destrucción. La subjetividad que legitima ese “progreso”, no cree ni en su camisa, como Melgarejo. Son jacobinos. Si no creen en Dios, ¿cómo van a creen en la Pachamama? Sólo creen en su propio poder, por eso son soberbios. Por eso entienden la política como lucha por el poder: en lo único que creen es en el poder; por eso, cuando lo tienen, viven ello de modo hasta insensato. Por eso ya no escuchan, porque asaltan literalmente aquello que idolatran. El poder ya no es facultad propia del pueblo sino expropiación ilegítima de éste; por eso, cuando asaltan el poder, es un literal asalto del propio pueblo. En nombre del pueblo asaltan al propio pueblo.

Si hay alguna enfermedad infantil en la izquierda es su jacobinismo. Por eso hasta se interpretan, a sí mismos, bajo los códigos de la revolución francesa; por eso también la replican: a la revolución le sigue el reino del terror. Aquella revolución, que postula la “declaración de los derechos del hombre”, no sólo guillotina a la realeza sino también a los no considerados en tales derechos. Cuando mata a Babeuf y a Olympe de Goughes declara, que aquellos derechos, no son, en realidad, universales: los obreros y las mujeres están al margen. Son derechos exclusivos del ciudadano burgués. En consecuencia, la revolución de los “derechos del hombre”, en nombre de esos “derechos”, le hace la guerra a la primera nación de esclavos libres, Haití, y mata a su líder, Toussaint l’Overture.

El que, en este gobierno, alguien se declare jacobino y bolchevique no es casual. En abril de 2006, ya habíamos expuesto la contradicción que aparecía al interior del propio gobierno, en un artículo en internet: “El Asalto Jacobino del Gobierno del MAS”; donde decíamos: “El proyecto de nuestro vicepresidente siempre fue moderno. Su modelo de ‘capitalismo andino’ siempre buscó el desarrollo de las economías informal y tradicional desde la inocente asunción del patrón de acumulación capitalista (fiel al modelo ortodoxo de izquierda: ‘hay que cumplir las tareas que la burguesía dejó pendientes’). No dándose cuenta que tal proceso de acumulación está pensado a partir del desarrollo de los centros económicos, cuyo crecimiento depende de la postergación de las colonias; es decir, el supuesto ‘desarrollo’ está prescrito por un modelo que ha constituido al centro en eje del ‘desarrollo’, de este modo debe adoptarse un patrón de acumulación que acaba siempre postergando a la periferia, porque esa lógica consolida un sistema-mundo que ordena el mercado mundial en torno a la maximización económica del centro. Condición de la imposición de la economía capitalista en la periferia es la destrucción paulatina de sus economías tradicionales. El capitalismo no es sólo extracción de excedente; es, en primera instancia, des-estructuración de la economía tradicional y de la sociedad para re-ordenarlos en torno a la producción de excedente (exportadores de materias primas). O sea, la sociedad en torno a la producción de excedente es posible porque primeramente se destruye la base económica tradicional para hacerla dependiente de otro patrón de acumulación, en este caso, la maximización del capital. En tales condiciones no hay convivencia ‘normal’ de estas economías; una vive a costa de la otra, la competencia de capitales en la globalización es una lucha donde quien no acumula más valor muere, por ello la explotación en la periferia es más despiadada, porque la desigualdad tecnológica y la subordinación política (deuda e inversión extranjera) condena a los países pobres a transferir plusvalor extraordinario (explotación humana al infinito) al centro, siempre en ascenso. La tesis del ‘capitalismo andino’ buscaría intervenir en la economía tradicional para impulsar su ‘despegue’, o sea, a subsumirse en la lógica de acumulación capitalista. Esa es la falacia desarrollista: el único modelo a seguir es el seguido por Europa. Pero no es la economía informal y menos la economía tradicional las que imposibilitan el ‘desarrollo’. Es, más bien, el sector burgués de la economía el que arrastra a toda la sociedad al subdesarrollo; porque su existencia depende de la mantención de una estructura (nacional y mundial) que hace posible su dependencia sistemática. Por ello, el moderno-sistema-mundo corrompe a las elites de los países pobres para asegurar la estructura económica mundial; beneficia a sus elites a costa del subdesarrollo de sus sociedades, o sea, son ellas y la economía que patrocinan y ejercen la que arrastra a sus sociedades al subdesarrollo. Entonces, la intervención estructural debe hacerse a ese sector: el sector burgués. Para ello, son los principios (filosóficos, económicos y políticos) de la sociedad burguesa los que merecen el des-montaje y su re-consideración desde criterios ético-políticos de defensa de la reproducción de la vida de las víctimas (no del capital). La explotación despiadada de hombre y naturaleza es posible por una lógica que devalúa ambos a la condición de objeto. El sujeto que concibe esta lógica ha pasado del yo-conquisto al yo-pienso y al yo-domino. Se postula universal y portador absoluto de la verdad, devaluando todo pasado e imponiendo su proyecto (estar en la riqueza) como el adelante al que todos deben de someterse. Su libertad es libertad de propiedad, su propiedad es su derecho natural y su derecho es ley sobrehumana. Si estos principios no se ponen en suspenso, entonces todo proyecto, incluso los supuestamente alternativos, caerán en la reproducción de una lógica que, no en vano, lleva más de cinco siglos sofisticándose”.

Aquel “capitalismo andino”, ahora se llama “socialismo comunitario”. Pero el cambio de nombre no cambia su contenido: la fe ciega en el “progreso” moderno. En nombre del “progreso” se interpreta que toda oposición a éste es irracional, entonces, en nombre de “la razón”, se la elimina. En consecuencia, la creencia “señorial” se reafirma: el enemigo es el indio. El racismo desata una nueva “cruzada”. El Estado señorial-moderno-colonial se recompone. Que la derecha critique la represión a la marcha indígena en defensa del TIPNIS, es puro oportunismo, exclusivo cálculo político. Si ellos volviesen al poder, no sólo violarían el TIPNIS sino que lo ofrecerían, con indios y todo, de modo abierto, al capital transnacional, también en nombre del “progreso” y “la razón”; los ídolos a los cuales se postran hereditariamente.

Lo que hace el jacobinismo gubernamental es reponer la “paradoja señorial”. No logra reunir las condiciones subjetivas ni institucionales para hacer efectiva una real trasformación, porque no sabe ni puede enfrentar su propia subjetividad, presa de los prejuicios “señoriales” y modernos que le enajenan de su propia realidad. Y, en situación crítica, no halla mejor modo de descubrirse, que mostrarse en el más puro estilo colonial: la represión desnuda.

Si no hay transformación subjetiva, es imposible una transformación objetiva. Si no se produce al sujeto de la liberación, la liberación se queda como pura retórica y, de ese modo, el pueblo es reducido a la condición de objeto sumiso, apto para su dominación. Todo empieza con la segunda gestión gubernamental, cuando se arrasa con el 64% de la elección. La consigna fue ganar “como sea”; y ese “como sea”, fruto del cálculo político, empezó a carcomer una legitimidad ya contaminada (los advenedizos no tardaron en trepar y los dirigentes históricos tampoco se quedaron atrás); en las elecciones municipales, eso costó una merma electoral considerable. Ese cálculo interesado, típico en una lógica instrumental de la política, iba constatando que los nuevos actores gubernamentales no habían cambiado nada, pero pretendían dirigir el proceso de cambio.

Fundan entonces el Estado plurinacional sobre bases irreales; porque si ellos pretendían mostrarse como la dirección del proceso, presentándose como quienes ya saben el sentido de éste, entonces el pueblo estaba de más. La verdad era expropiada como patrimonio exclusivo del sector jacobino del gobierno; pues si se dice que el pueblo está equivocado, se quiere decir que el gobierno tiene la verdad. Por eso el presidente Evo ya no necesitaba escuchar. Por eso el sector jacobino podía prescindir del pueblo y direccionar el proceso de cambio al margen del propio pueblo, independiente de si le guste o no al pueblo el sentido que iba adquiriendo el proceso. Desde la visión autista y auto-referente de quien había expropiado, para sí, el ámbito de las decisiones, el proceso sería lo que su imaginación decidía.

Ya no es ningún secreto que, en esta segunda gestión, el presidente Evo había perdido la capacidad de decisión en aspectos vitales y que ésta había recaído en la segunda figura de gobierno. Por eso se entendía que, en los momentos críticos, como el gasolinazo, mientras el presidente estaba curiosamente fuera del país, quien daba la cara, era el vicepresidente. El mismo celo de los ministros, de recluir al presidente en un distanciamiento hasta penitente, mostraba que aquél acataba (no sabemos si entusiasta o resignado) lo que ya había sido dispuesto. Frente al panorama que le presentaba el círculo llamado q’ara, él no podía más que consentir todo aquello; por eso, como lección, no basta en un líder sólo la buena intención sino que precisa de una formación intelectual sostenida, para no quedar embaucado en la retórica hábil de sus interlocutores. Creía que su constitución sindical le bastaba, pero eso le está costando caer ya no sólo en los errores sino en una traición a todo aquello por lo cual había luchado. En política no puede haber inocencia.

El rechazo al gasolinazo no sirvió para la reflexión porque no se trataba de un error sino de una apuesta que, de modo consciente, había adoptado ya este gobierno, y que es la misma apuesta por la carretera que atraviesa el corazón del TIPNIS. La apuesta por el “desarrollo” moderno. Pero esa apuesta no es nuestra sino a costa nuestra. Y el indio es el testimonio viviente de lo que ocasiona esa apuesta. Humanidad y naturaleza quedan reducidas a simples medios para los fines del “progreso” moderno. Frente a aquél, nuestras culturas, tecnología, medicina, religión, conocimiento, ciencia y filosofía, no sirven, son obsoletas, atrasadas, premodernas. Lo único valioso es el “desarrollo” moderno.

La “paradoja” reafirma la tozudez colonial: asume como propio un ideal que no le corresponde y, en consecuencia, creyendo “desarrollarse”, no hace sino desarrollar a otros a costa siempre nuestra. La contradicción desarrollo-subdesarrollo, es una contradicción al interior de la lógica moderno-capitalista; si mi marco de interpretación de la realidad es sólo lo que la modernidad me muestra, entonces las transformaciones que pueda operar en ella ya no son tales sino simples reformas. Por eso el vicepresidente es etapista, porque se ha creído el cuento jacobino-bolchevique de que hay leyes fatales de la historia, a las cuales debe someterse el ser humano; por eso no sabe sino proponer metas cuantitativas a un asunto cualitativo: la transformación del mundo (los socialistas creyeron que la revolución era la culminación del “desarrollo”, cuando debieron comprenderla –si hubiesen sabido algo de la crítica de Marx–, más bien, como un freno al “desarrollo”, porque se trataba del “desarrollo” moderno-capitalista). Entonces, lo que se hace, ya no es cambiar al mundo sino afirmarlo del modo más contundente. Porque si persigo el “desarrollo” es que concibo mi realidad a partir de los criterios del “desarrollo” y, como no coinciden, entonces hago que mi realidad se comporte según los patones del “desarrollo”; es decir, de modo irreflexivo, argumento contra mí mismo, porque precisamente somos las víctimas de ese “desarrollo”, desde hace cinco siglos. El precio de ese “desarrollo” es la producción sistemática de miseria y la destrucción, cada vez más acelerada, de la naturaleza.

Ahora que las cosas, en esta coyuntura crítica, se muestran no como son en lo cotidiano sino como son verdaderamente, nos damos cuenta que la descolonización es algo mucho más que un discurso, y que el gobierno no tiene ni la más mínima idea de lo que significa descolonizar el Estado. Por eso, para pretender ser la vanguardia del proceso tienen que arrebatar ese lugar a la verdadera vanguardia. Por eso interviene el gobierno la marcha indígena en defensa del TIPNIS. Se trata de un rapto. Sólo pueden ser vanguardia, poniéndose ellos como vanguardia. El pueblo no los puso para que decidieran al margen del pueblo sino para que obedezcan las decisiones del pueblo. No viven el proceso pero pretenden dirigirlo, desde aquella “iluminación” que creen infalible.

El kananchiri había sido el sobrenombre intelectual del vicepresidente en su etapa insurgente. Desde la “guerra del agua” se puso de moda junto a otros “iluminados”, de una supuesta izquierda renovada. Esta izquierda nunca reflexionó sobre la colonialidad de sus categorías, al grado de adjetivar este proceso con una mixtura de conceptos que abrazaban sin criterio alguno, sólo porque estaban de moda o porque respondían a sus gustos estéticos. Para el vicepresidente el pueblo siempre fue “multitud”: una masa informe a la que había que dar forma. Relación sujeto-objeto. La “potencia plebeya” es sólo potencia en su sentido bruto, aristotélico digamos: es pura potencia, pero nunca acto; el objeto es pura potencia en sí, el acto es un añadido que le viene de afuera. Lo epistemológico precede a lo político. El conservadurismo ya era compromiso epistemológico, cuando se comprendía lo político desde el punto arquímedo de toda dominación: la relación sujeto-objeto deviene, en política, en la guerra por otros medios. La concepción de la cual se parte establece qué política, en definitiva, se sigue o se produce.

Por eso, cuando el vicepresidente se llamaba “el último jacobino” no era casual. Tampoco era casual que el presidente, ya en la primera gestión, decía convencido: “gobernar es hacer buenos negocios”. No en vano ambos coquetean ahora con el sector empresarial (para colmo con el más reaccionario: el ganadero y agroindustrial del oriente). La introducción de los transgénicos en la ley productiva es, entre otras cosas, una concesión al sector soyero exportador. Y el apoyo de ciertos colonizadores, cocaleros y hasta campesinos, a la nueva carretera, es una apuesta al “desarrollo”; todos ellos quieren ser empresarios privados. Por eso no les interesa afectar a la naturaleza, porque para el afán de riqueza, la tierra es puro recurso, objeto, cosa a explotar, en beneficio privado.

Por eso decíamos, la “paradoja” no es sólo de una casta sino que contamina al todo social. Por eso el nuevo “señor” no tiene necesariamente que provenir de la casta oligárquica sino hasta puede serlo un pobre y hasta un ex guerrillero insurgente. El poder no cambia a nadie, su único poder consiste en mostrar cómo uno es verdaderamente. Por eso no es nunca primero el líder, primero es siempre el pueblo; cuando éste actúa a la altura de lo que se propone, el líder emana de su propio seno. Pero actuar de ese modo, requiere que el pueblo se haga sujeto; de lo contrario, el poder delegado es raptado con la connivencia del propio pueblo. Por eso, para que exista dominación tiene que haber, también, un cierto grado de inocencia para que la dominación se haga posible.

Vaciada la legitimidad, hay que inventarla; si ya no hay hegemonía democrática, viene la dominación pura. Lo que, en codificación revolucionaria francesa quiere decir: el 18 brumario: el coup d’Etat. Si el pueblo es el equivocado entonces se justifica la represión que se le hace, y ésta es justa porque “se niegan a admitir el imperio de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos”. Ginés regresa sabiendo muy bien la lógica indígena; lo que se propone es una nueva “extirpación de idolatrías”. El respeto a la Madre tierra es la nueva “idolatría” que hay que extirpar, en nombre del verdadero ídolo: el “progreso” moderno. Si ya no hay legitimidad, el cálculo político opta por lo más funesto: generar las condiciones para la recaptura absoluta del poder.

El 18 brumario estaría precedido por la vertiginosa pérdida de legitimidad. Todavía se esperaba una última autocrítica, pero los ministros prefieren ser Pilatos y lavarse de toda responsabilidad. Hasta la wawa ministra mostró más dignidad que todos los tata ministros juntos (la renuncia de la ministra de Defensa declaraba, en un arrebato de lucidez, que es el gobierno el que posibilita un retorno de la derecha –si hay infiltrados, ¿no estarán en el propio gobierno?).

El conflicto de Caranavi y el de Potosí, ya habían mostrado no sólo la inoperancia de los ministros sino, lo más grave, la soberbia y el desprecio –que van siempre juntos– que habían ido adquiriendo en el ch’aqui del poder. Ya se creían “señores”; igual que los hidalgos, como Cortez y Pizarro. El que se cree “señor” sin serlo, sólo sabe imponer su “señorío” a la fuerza. Es lo que les queda. Por eso, la intervención a la marcha no fue algo improvisado. El último discurso del presidente ratifica la decisión gubernamental de construir la carretera, sólo que se la aplaza. Se propone una discusión nacional al respecto, pero la discusión se la quiere reducir a lo técnico, cuando lo que está en juego es nuestra propia política de Estado. Porque las razones que arguye el vicepresidente (que curiosamente no apareció para nada) para dorar de magnanimidad al proyecto de la carretera son falaces: lo que supuestamente integra, ni siquiera vincula a todas las comunidades; el “desarrollo” que promete es desarrollo inmediato de ganaderos, expansión de su mercado, no de las comunidades; y, el argumento más colonial: cuando hace una historiografía de la carretera y señala que fue hasta propuesta en tiempos del Mariscal Sucre, olvida que esos propósitos eran paralelos a los propósitos de los nuevos conquistadores, que veían en el oriente una nueva reconquista.

El discurso no deja de ser “señorial” porque se aduce justicia social. Si una carretera fuera, en sí, sinónimo de “progreso”, entre La Paz y Oruro, todos los campesinos serían ricos. Ahora bien, que la OAS haya o no financiado al MAS, descubre que hay ciertos compromisos adquiridos que le están costando a este gobierno más de lo que suponía. Por eso no se trataba de ganar “como sea”; en ese “como sea” se estaba jugando con el diablo; por eso, el cálculo político es lo menos calculable, porque en política se trata con personas, no con cosas. Seguramente, desde la visión de gobierno, este conflicto no es más que otra de esas “tensiones creativas” que le gusta reiterar al vicepresidente, ¿cuál fase será ésta en su lectura matematizante del proceso?

Si no hay autocrítica, entonces se reafirma la posición jacobina: la revolución se hace al margen del pueblo: Robespierre condena a Dantón. Y el nuevo Saint Just que goza de más poder (pese a que su presencia influyó mucho en el fracaso de todos los “diálogos”; entre mudos –los indios– y sordos –los ministros–, porque ante la orden del sí o sí, no había razones en contra que valgan; cómplice anterior del recorte de los escaños indígenas en la nueva Asamblea plurinacional), completa el cuadro. ¿Qué decía Saint Just?: “ne pas de liberté pour les enemies de la liberté” (nada de libertad para los enemigos de la libertad). ¿Qué dijo hoy el ministro de la Presidencia?: “no hay más razón para marchas, el que lo haga, es que tiene afanes políticos”. No hace falta leer entre líneas lo que es una amenaza, secundada por el ministro de Gobierno (que sacrifica a su viceministro para quedar impune). Si los indios vuelven a la marcha, la amenaza ya ha sido clara. El cuco de la conspiración genera la reclusión en un gobierno que se vacía, paulatinamente, de opciones, y sólo opta por los llunq’us (los que trepan rápido, quienes se humillan antes para humillar después). En tales condiciones no hay mucho para escoger porque, además, quienes deciden no lo hacen ya por ética sino por puro cálculo político; los honestos son excluidos o arrinconados, viendo cómo el instrumento político reedita todo aquello que se criticaba.

Se esperaba, después de reprimir la marcha indígena, una vez más, un reencauce; lo que produjese una necesaria –y esperada– recomposición ministerial; pero si el presidente ya ha dejado de tomar la iniciativa, entonces se entiende que los ministros de la Presidencia y de Gobierno, enfrenten el conflicto desde una absoluta irresponsabilidad. A los “señores” no se les puede objetar nada. Por eso el conflicto no mengua sino se lo atiza más.

Después de dejar Cuba (para continuar la revolución en otros lados), el Che estaba escribiendo una crítica al Manual de Economía Política de la URSS; en el prólogo mencionaba que la crítica de Marx, no sólo que no fue comprendida sino que, en ese manual, se consagraban las aberraciones que condujeron al burocratismo y a la dictadura estalinista; que el sindicado de haber tergiversado el marxismo original era alguien por el cual sentía una profunda admiración, pero ello no impedía señalarle como responsable de la decadencia posterior: Vladimir Lenin. Cuando Marx decía a Engels que no vaya a pasarles a ellos lo mismo que a Hegel, indirectamente se refería a él; pues los primeros difamadores de las ideas revolucionarias son sus propios apologistas (los Judas salen siempre de entre los escogidos). Engels no comprendió a Marx y sus metidas de mano en “El Capital” son, en realidad, metidas de pata. Lenin ya es la culminación de una visión “científica positivista” del socialismo (lo mismo que Trotsky). Los marxistas rusos persiguieron a los llamados “populistas”, a quienes, curiosamente, apoyaba Marx. Hasta el maestro estaba equivocado. La “infalibilidad” jacobina no perdona nada.

Ahora los “infalibles” no perdonan disidencia alguna, les llaman “resentidos”, con ellos no habrá perdón. Por eso no queda otra; vaciada la legitimidad inicial, necesitan producir una nueva. Barrientos, siendo vicepresidente, le hace el golpe a Víctor Paz y, ¿cómo se legitima?, produciendo un nuevo pacto: el militar-campesino. Este pacto “señorial” es posible porque el campesino cooptado reniega de su condición india y se propone, como proyecto de vida, ser como el “señor”, es decir, se moderniza. Proyecto que abrazan ahora ciertos colonizadores y cocaleros, sobre todo. Por eso el MAS se recluye al Chapare. Todos ellos aspiran al famoso “desarrollo” moderno, por eso quieren la carretera, para expandir fronteras agrícolas y mercados para, en definitiva, generar más ganancias. Un nuevo pacto es posible y la sombra de Barrientos también anida en la Llajta, Cochabamba. La historia no tiene casualidades. El 18 brumario es una posibilidad que saborean los “iluminados”; por eso hasta le tienden la inocente trampa al canciller para justificar la agresión posterior (y él se presta a aquello).

Si el presidente no tiene ya iniciativa, otros la tienen. Se reproduce el síndrome Kennedy, lo que aquí sería el episodio de Siles Suazo: el propio sistema político se recompone al interior del gobierno. El “Estado señorial” cambia de forma pero no cambia en el fondo: cambia para no cambiar nada. Si ya no hay legitimidad y el propio presidente no da muestras de una recomposición urgente, entonces hay que inventarse legitimidad. El golpe ya no viene de afuera sino de adentro; así queda beatificada la misma oposición. El 18 brumario es un auto-golpe que se impone el cesarismo para preservar el orden y el sistema.

Reducir el conflicto a lo técnico es lo que no permite advertir todo lo que está en juego. Lo que destapa el TIPNIS es el proyecto tecnócrata que ha triunfado en el gobierno y ha rodeado el discurso de los derechos de la Madre tierra, haciendo imposible su realización como política de Estado. El gasolinazo fue una decisión tecnócrata que articula a los ministerios de Planificación, Economía y Hacienda, como lugar de recomposición de la estructura neoliberal. Que el vicepresidente dicte ese decreto, no es casual; como tampoco es casual que se rumoree un nuevo gasolinazo. El gobierno requiere de más ingresos, por seguir una política que le hace prisionero del capital externo (mantener la balanza fiscal también tiene que ver con equilibrar la deuda que se adquiere). La carretera por el TIPNIS es un acceso de capitales (no siempre nacionales) a la conexión bi-oceánica; la integración no es entre pueblos sino entre capitales. Pero el ingreso al corazón del TIPNIS tiene que ver con la exploración de lo que se supone hay allí. Es cierto que los cocaleros no tienen tanto poder para lograr el empecinamiento del propio presidente. Las razones hay que buscarlas en otro lado. En definitiva se trata de proyectos de vida. No dudamos que el gobierno tiene las mejores intenciones para su país; pero de buenas intenciones está lleno el camino al infierno. El petróleo, gas y otras riquezas que se hallan en el TIPNIS, supone una gran tentación; algo que la lógica instrumental ve sólo como utilidades. El asunto es: ¿cuál es el verdadero costo de esas utilidades, a la larga? Eso es algo que la racionalidad instrumental no sabe ni puede calcular; por eso suena, hasta risible, el que algún viceministro estime que el daño al TIPNIS será sólo del 0.3% (hasta por lo del efecto mariposa, la ciencia actual ya se cuida de hacer previsiones exactas).

El proyecto moderno abraza el “progreso” como una cuestión de fe. Se lanza a él sin importar los costos ni las consecuencias; en su adelante sólo existe la infinitud de un “progreso” que promete el cielo en la tierra. Es una tentación fáustica. Por eso hace del “progreso” su nuevo fetiche y le ofrece, a cambio del futuro prometido (que nunca llega), todos los sacrificios que le exige. Si el TIPNIS tiene riquezas entonces hay que conquistarlo; si los indios no lo hacen es porque son atrasados y salvajes, hay que enseñarles a ser civilizados, es decir, a aprovecharse de las riquezas, a explotarlas, para ser ricos. Pero, más allá de una visión moderna, el TIPNIS es algo más. Para ello precisamos desvelar nuestros ojos y trascender el reino de las apariencias.
Sólo habita lo espiritual en una relación armónica entre ser humano y naturaleza. Si toda la naturaleza es conquistada (violentada) entonces lo espiritual no tiene lugar. Así como el amanecer necesita de la oscuridad para nacer, así también necesitamos de lo desconocido para conocer; hay que preservar el misterio, la pachaMama es sujeto, es persona, necesita preservar su intimidad, como ser femenino que es. Lo otro es pura violación. No en vano Francis Bacon, describe así el método de la ciencia moderna: “debemos extraerle sus secretos a la naturaleza, así como el verdugo le saca la verdad a la víctima”. La Madre tiene lugares donde se recompone, adonde se retrae. Esos lugares se llaman sagrados y contienen el núcleo de espiritualidad desde donde el ser humano se recompone espiritualmente. Si desaparece eso, lo que desaparece, en última instancia, es el ser humano. Son lugares de energía ancestral, milenaria, que están allí, no para saquearlos sino para honrarlos. La medicina qulla conoce los efectos benéficos de un sinnúmero de plantas que se originan en lugares como el TIPNIS; hasta se dice que hay plantas medicinales aun no descubiertas y hasta alimentos nuevos (cosa que la tecnología moderna no puede hacer, sólo sabe alterar los alimentos, para generar ganancias, produciendo muerte). El TIPNIS es un lugar rico, no por lo que piensa la mentalidad moderna, sino por la vida que contiene.

Los guaraníes, cuando sienten que han empezado a producir relaciones de dominación, abandonan lo que han construido y se lanzan a un nuevo éxodo, en busca de “la tierra sin mal”; el concepto de “tierra sin mal” quiere decir: tierra no mellada por el hombre. Es decir, necesitan saber que hay una tierra virgen para saber que hay un mundo mejor. ¿Qué pasa si ya no hay más tierra virgen, que todo ya ha sido colonizado? Es el fin de la cultura (mito que comparten casi todas las culturas y naciones de Tierras Bajas y hasta de todo el continente; ¿será por eso que abandonan su civilización los tiwanakotas y los mayas?). Si se mata al TIPNIS, se mata también la cultura, es decir, la humanidad. El TIPNIS es sagrado porque la espiritualidad indígena encuentra allí uno de los núcleos de su emanación.

Pero a los jacobinos no les importa aquello; como no creen ni en su madre, menos van a creen en la pachaMama y menos que el Gran Espíritu habite en su interior. Sólo creen lo que ven y lo que ven son cifras: economía de los negocios, de la rentabilidad, de las ganancias. La vida les es algo demasiado abstracto para tomarlo siquiera en cuenta. Pero no se levanta impunemente lo sagrado. A los neoliberales no se les podía reclamar la defensa de la Madre, porque nunca se comprometieron con ella; pero el actual gobierno no sólo hace bandera de la pachaMama sino que se declara, frente al mundo, defensor de sus derechos. Entonces, dónde radica la aporía.

Volvemos a la “paradoja señorial”. El cacique Seattle decía que, para comprender al hombre blanco había que entrar en sus sueños y ver de qué están hechos. Los sueños del “señor” son lo que le impide una real liberación; si el siervo adopta esos sueños como suyos, entonces aprende a dominar, porque quiere ser también “señor”. No es una cuestión teórica sino existencial: pensar un nuevo proyecto no es tasar sus magnitudes o describir sus etapas; pensar un nuevo proyecto es producir al sujeto de ese proyecto, es decir, transformarse en sujeto. Pero no me hago sujeto haciendo objeto al otro. Sólo se es sujeto en relación a otro sujeto. Y si todo tiene alma, todo tiene vida. Por eso este nuestro momento es revolucionario, porque en el grito del sujeto están presentes los gritos de la pachaMama y de los achachilas, de las huacas y de los ajayus. Del Gran Espíritu, del Wirakocha. Por eso el “cambio” no podía adjetivarse con lo viejo sino que su propio lenguaje debe ser un lenguaje nuevo: sólo un nacido de nuevo puede proponer un lenguaje nuevo. Lo viejo es ahora lo moderno, lo que hay que dejar atrás y proponernos un nuevo mundo; no desde la nada sino desde lo nuestro. Por eso el pueblo no podía dormirse en sus laureles. Ahora que despierta, debe de reconocer que la vanguardia no está en los intelectuales, la vanguardia está en las naciones originarias, en lo indio que todos llevamos dentro, pero de manera negada y despreciada. Necesitamos preservar el TIPNIS, ya no sólo por razones ecologistas sino espirituales. Así como hay que preservar las apachetas, así hay que preservar el TIPNIS.

Cuando se dice que el enemigo está adentro, se dice que todavía no somos sujeto; porque seguimos escindidos, separados de lo más propio, desequilibrados, por eso hay conflicto al interior de uno mismo. Las contradicciones en el gobierno son también contradicciones en el propio pueblo; mientras nos proponemos un nuevo proyecto de vida, seguimos volteando la mirada para acabar como estatuas de sal. Quienes pretenden dirigir el proceso son los que se voltean y van sólo a lo conocido; se vuelven conservadores. El gobierno quiere, otra vez, salir de un nuevo fracaso del modo más inmaculado; el único cálculo que hacen, es que tienen que ganar, a como dé lugar. No están dispuestos a abandonar sus posiciones; por el contrario, ahora nos dicen, que son las condiciones y el propio pueblo, los que tienen que madurar, para estar a la altura de ellos. Por eso el 18 brumario es una carta que acarician. Ya hay tres renuncias; si fuera cierto de que el canciller se hace a un lado, ¿con quién se queda el presidente? ¿O es que el canciller ya estaba desplazado por el mismo Evo?


Texto: Bolpress

Foto: fortinmapocho

martes, 27 de septiembre de 2011

Evo da marcha atrás



Evo Morales ha decidido dar marcha atrás para evitar males mayores. La represión por la fuerza de la marcha indígena que protesta desde hace semanas contra la carretera a través del parque nacional TIPNIS había provocado protestas en todo el país y renuncias en el seno del Gobierno. Morales dijo no haber dado la orden a la policía y cambió drásticamente su discurso.

“Lamentamos, repudiamos, los excesos realizados a la marcha. No comparto, no compartimos, una violencia, un exceso, un abuso hacia los hermanos indígenas que estaban en la marcha”. Con estas palabras Evo Morales, presidente boliviano, rompía ayer en la noche (hora boliviana) el silencio de algo más de 24 horas sobre la brutal represión de la Marcha Indígena que protestaba desde hace 41 días por la construcción de la carretera a través del Territorio Indígena y Parque Natural Isiboro Sécure (TIPNIS).

Esas palabras eran el preámbulo de un aparente paso atrás en el proyecto carretero que uniría Villa Tunari con San Ignacio de Moxos. Aunque Morales no dejó cvlaro si ‘congela’ todo el proyecto o sólo un tramo, sí anuncio que dejara la decisión final en manos de los gobiernos departamentales de Beni y Cochabamba.

La reacción de Morales se produce después del desalojo violento del campamento de los marchistas en la tarde del domingo. Aunque sigue habiendo datos contradictorios sobre el número de heridos o sobre la muerte de algunos manifestantes, lo que sí está claro es que el uso de la fuerza fue desproporcionado. Los hechos hicieron que la Central Obrera Boliviana (COB) convocara un paro nacional para este miércoles, que se produjeran ayer marchas universitarias en La Paz, y provocó una crisis interna con la dimisión de la Ministra de Defensa, Cecilia Chacón, quien aseguró en su carta que no podía compartir la acción policial.

En Rurrenabaque, los pobladores liberaron a los 300 marchistas trasladados allí por la policía después de tomarse el aeropuerto de la localidad amazónica.

Evo Morales aclaró ayer que la orden no procedió de la presidencia y que abrirá una investigación, con participación internacional, para aclarar los hechos y buscar a los “culpables”.

Las vigilias populares en la capital, La Paz, y en varios puntos de Beni y Cochabamba, recibieron las palabras del presidente con escepticismo. Hay que recordar que días antes Evo Morales había afirmado que la carretera se hacía “sí o sí” y había acusado a los marchistas de estar financiados por Estados Unidos. El Gobierno también había provocado choques entre los manifestantes y colonos cocaleros que son, precisamente, a quien los indígenas tienen miedo en caso de que la carretera atraviese el TIPNIS.

"Ver para creer, mientras no veamos las acciones no vamos a estar tranquilos. Estamos todos los dirigentes para tomar todas la decisiones la gente debe tranquilizarse y descansar, hemos pasado momentos difíciles”, declaraba uno de los dirigentes indígenas respecto al anuncio presidencial. La Marcha cuenta con el apoyo de amplios sectores sociales del país y a ella se han incorporado al menos cinco diputados indígenas y el ex viceministro de Tierras, Alejandro Al.



Texto: Rebelión

Foto: El Deber

Coraje Luis Rico

Primera carta a las izquierdas



Por Boaventura de Sousa Santos

No pongo en cuestión que exista un futuro para las izquierdas, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir lo que tienen en común equivale a responder la pregunta: ¿qué es la izquierda? La izquierda es un conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que los seres humanos tienen todos el mismo valor, y que son el valor más alto. Ese ideal es puesto en cuestión siempre que hay relaciones sociales de poder de-sigual, esto es, de dominación. En este caso, algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros individuos o grupos en medios para sus fines. El capitalismo no es la única fuente de dominación, pero es una fuente importante.

Las diferentes comprensiones de este ideal produjeron diversas fracturas. Las principales fueron respuestas opuestas a las siguientes preguntas. ¿Puede el capitalismo ser reformado para mejorar la suerte de los dominados, o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Debe ser conducida dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado es, en sí mismo, una relación de dominación, o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?

Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el origen de violentas fracturas. En nombre de la izquierda se cometieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las izquierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igualitario gracias a ellas. Este siglo corto de las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años fueron marcados, por un lado, por una gestión de ruinas y de inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y otros lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.

Mientras tanto, liberado de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial. Ahora vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie. ¿Cómo recomenzar? Con la aceptación de las siguientes ideas:

Primero, el mundo se diversificó y la diversidad se instaló en el interior de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay internacionalismo sin interculturalismo.

Segundo, el capitalismo concibe a la democracia como un instrumento de acumulación; si es preciso, la reduce a la irrelevancia y, si encuentra otro instrumento más eficiente, prescinde de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad debe ser la gran bandera de las izquierdas.

Tercero, el capitalismo es amoral y no entiende el concepto de dignidad humana; defender esta dignidad es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, incluso las limosnas sólo existen como relaciones públicas).

Cuarto, la experiencia del mundo muestra que hay inmensas realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativismo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.

Quinto, el siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la cual hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.

Sexto, la propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y si todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).

Séptimo, el siglo corto de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que sobresale en todas las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas han estado dilapidando.

Octavo, el capitalismo precisa otras formas de dominación para florecer, del racismo al sexismo y la guerra, y todas deben ser combatidas.

Noveno, el Estado es un animal extraño, mitad ángel y mitad monstruo, pero, sin él, muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables, a la caza de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.

Con estas ideas, las izquierdas seguirán siendo varias, aunque ya no es probable que se maten unas a otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.






Texto: Página 12



Foto: democraciaglobal

Renuncia la Ministra de Defensa en protesta por la represión a la VIII Marcha Indígena



La ministra de Defensa María Cecilia Chacón renunció hoy al gabinete del Presidente Evo Morales, en rechazo a la brutal represión de la que fueron víctimas los indígenas marchistas que se oponen a la construcción de una carretera por medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).



En una carta enviada hoy al Presidente Morales, Chacón comunicó su renuncia "irrevocable" como ministra de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia. "Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo defender o justificar la misma en tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo, respeto a los derechos Humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra", argumenta la ex autoridad.

"Las medidas asumidas, lejos de aislar a la derecha fortalecen su a y manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos. Las medidas asumidas, lejos de aislar a la derecha, fortalecen su accionar y manipulación dentro de la Octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos. ¡No Así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera”, explica Chacón en su carta de renuncia como Ministra de Defensa.

"Esperamos que su liderazgo, tantas veces probado, sirva para retomar el camino histórico que decidió seguir nuestro país", precisa Chacón en su carta entregada a primera hora de este lunes en el Palacio de Gobierno.

El ministro de Gobierno Sacha Llorenti justificó la intervención policial afirmando fue consecuencia de una petición fiscal y que con ella se buscaba evitar enfrentamientos entre civiles, y confirmó la renuncia de Chacón.

"Entiendo que la Ministra ha enviado una carta, por lo menos eso se ha conocido también públicamente. Esa carta está dirigida, entiendo, al Presidente del Estado", sostuvo Llorenti al confirmar su lealtad a Morales. Mientras que el titular de Comunicación Iván Canelas confirmó la renuncia de Chacón.


Texto: Bolpress

Foto: Infodefensa

TERRORISMO I: se reanuda hoy audiencia conclusiva



El juez quinto de Instrucción en lo Penal-Cautelar, Rolando Sarmiento, oficializó ayer la instalación de la audiencia conclusiva en el caso Terrorismo I, a partir de este martes, en la ciudad de Cochabamba.

El administrador de justicia explicó que todo se ha dispuesto para que los detenidos preventivos sean trasladados a la capital del valle y asistan a la audiencia respectiva. En el caso de los acusados que están con detención domiciliaria, el juez Sarmiento mencionó que ellos deben estar presentes en Cochabamba para participar del caso, de lo contrario serán declarados en rebeldía.

En la Corte de Distrito de Cochabamba, las autoridades ya dispusieron de ambientes adecuados para albergar a la gran cantidad de personas que se harán presentes en el marco del proceso investigativo del caso terrorismo I.

El Ministerio Público investiga desde el 16 de abril de 2009 el caso terrorismo y separatismo en el país, luego de que una operación de élite de la Policía Boliviana desbaratara en el céntrico hotel Las Américas, de la capital oriental, a un grupo irregular que estaba liderado por el húngaro-boliviano, Eduardo Rózsa Flores.

Tras ser descubiertos por los efectivos de la entidad verde olivo, los miembros de la célula terrorista abrieron fuego y tras un enfrentamiento resultaron muertos Eduardo Rózsa Flores, Arpad Magyarosi; Michael Dwyer, y fueron capturados con vida los mercenarios Elod Toazo y Mario Tadic.

El Ministerio Público, tras un proceso investigativo, presentó acusación formal contra 39 personas por el delito de terrorismo y alzamiento armado.

Justamente estos acusados deben hacerse presentes en la audiencia conclusiva que tendrá lugar, desde hoy, en la ciudad de Cochabamba.

Entretanto, en el caso terrorismo II, el Ministerio Público procedió a la aprehensión y posterior imputación del ex gerente de la Fundación América Fernando Paz Serrano.

La Fiscalía sospecha que Paz, mediante la Fundación que dirigía, financió las actividades separatistas de Eduardo Rózsa Flores, quien pretendía armar una guerra civil en Bolivia.






Texto y foto: Cambio

lunes, 26 de septiembre de 2011

Fotos de la intervención























El Deber

El gobierno de Evo Morales gasifica la VIII Marcha Indígena y encarcela a los dirigentes

SENA-Fobomade

San Borja y La Paz.- El gobierno de Evo Morales ordenó hoy la intervención violenta de la VIII Marcha Indígena en inmediaciones del puente San Lorenzo, a unos 6 kilómetros de la población de Yucumo. Ni siquiera los periodistas se salvaron de la represión, constató el Servicio de Noticias Ambientales (SENA) del Foro Boliviano sobre Medioambiente y Desarrollo (FOBOMADE). La ciudadanía del país está consternada por la brutal represión a los pueblos indígenas, nada menos que por instrucción del “primer presidente indígena” de Bolivia.

La marcha indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) partió el 15 de agosto de Trinidad y fue desbaratada este domingo 25 de septiembre a pocos metros del puente San Lorenzo de Yucumo con el uso de la fuerza bruta.

En más de un mes de movilización, el gobierno no había podido detener el avance de entre mil y 1.500 marchistas de tierras bajas, los cuales soportaron estoicamente un descomunal matonaje mediático y decenas de innobles estrategias planificadas en Palacio de Gobierno.

En principio el Ejecutivo pretendió desprestigiar a la movilización; luego corrompió a ciertos sectores para que abandonen la marcha, y finalmente consumó la división de los originarios escenificando "consultas públicas" paralelas en las comunidades de Santo Domingo y San Antonio. Y ahora Evo quiere hacer lo mismo el 1 de octubre en las poblaciones Aroma y Villa Bolívar. (ABI)

Además de la guerra sucia, el masismo fue endureciendo su política represiva, al punto de organizar un bloqueo anti indígena en Yucumo con el concurso de un minúsculo grupo de la burocracia sindical campesina.

Día que pasa el “gobierno indígena” se desprestigia más, mientras aumentan en progresión geométrica el apoyo a los pueblos indígenas en las principales ciudades del país, y el repudio al "mal gobierno" de Morales.

El gobierno estaba consciente de que la indignación ciudadana se desbordaría en cualquier momento, y por esa razón prefirió cortar el seco la movilización indígena, a pesar del enorme costo político que implica vulnerar de manera flagrante el derecho a la protesta.

El operativo represivo de este domingo fue cuidadosamente planificado y precedido por una intensa campaña propagandística que tuvo como clímax el presunto “secuestro” del canciller Choquehuanca el sábado, cuando un grupo de mujeres indígenas lo obligó a marchar junto a ellas, logrando así romper el cerco policial en inmediaciones del arroyo Chaparina.

Semejante acto de valor de las mujeres indígenas tuvo un enorme impacto mediático y envalentonó a los marchistas; al mismo tiempo, fue una sonora cachetada a las fuerzas represivas. El gobierno no estaba dispuesto a perdonar la “humillación”.

El canciller fue “atropellado y humillado ante el pueblo boliviano y el mundo” por los marchistas que pusieron en peligro su vida al utilizarlo como escudo humano para romper una barrera policial... “el canciller fue atropellado y literalmente estuvo prisionero por un grupo de activistas radicales… fue un secuestro sin precedentes”, graficó el ministro de la Presidencia Carlos Romero.

El gobierno se desquitó este domingo ordenando una sañuda represión abundante en gases lacrimógenos y balines de goma, con el objetivo de abortar definitivamente la marcha indígena pacífica al promediar las 17 horas.

Según la versión de la Policía,los indígenas rodearon a los efectivos que bloqueaban la ruta y un grupo de flecheros les conminó a replegarse en un plazo de media hora, y10 minutos después los policías lanzaron gases lacrimógenos de manera indiscriminada precautelando su integridad física.

La prensa y varios testigos presenciales aseguraron que la tropa policial se entremezcló entre los indígenas sigilosamente y desató de improviso la represión provocando confusión y pánico entre las familias indígenas.La corresponsal del periódico Página Siete informó a Erbol que la Policía retiró a todos los trabajadores de la prensa de la zona antes de intervenir el campamento.

Medio millar de efectivos policiales intervinieron sorpresivamente el campamento indígena improvisado a la vera del camino. Las mujeres indígenas agredidas relataron que los policías irrumpieron sin previo aviso, detuvieron a los líderes de la marcha, entre ellos el presidente de la Subcentral TIPNIS Fernando Vargas, y los trasladaron a la localidad de San Borja.

El Servicio de Noticias Ambientales (SENA) del Foro Boliviano sobre Medioambiente y Desarrollo (FOBOMADE) constató que los efectivos entorpecieron el trabajo de la prensa, impidieron el libre tránsito de los periodistas y este domingo arrebataron las cámaras de algunos reporteros.

La represión policial frenó temporalmente la movilización indígena, pero todo indica que ésta continuará en los próximos días. El ex viceministro de Tierras Alejando Almaraz que se encuentra en la zona de conflicto confirmó a la Red Erbol que los marchistas continuarán avanzando por el monte hacia la ciudad de La Paz.

Esta semana arreciarán las protestas urbanas en diferentes puntos del país en apoyo a la VIII Marcha Indígena. La Central Obrera Boliviana (COB) convocó a un paro nacional movilizado el miércoles. En la semana que pasa se registraron masivas movilizaciones de maestros urbanos y rurales, trabajadores de la Caja de Seguridad Social, universitarios, indígenas de Conamaq y grupos de activistas en Cochabamba, La Paz, Trinidad y Oruro, mientras que se generalizan los bloqueos de caminos en varias zonas del departamento amazónico de Pando.

Brutal e inhumana represión a la VIII Marcha Indígena

(Comisión de Comunicación de la Marcha).- Hoy 25 de septiembre a horas 16:30 se inició un operativo policial y/o militar de cerco sobre el campamento del puente San Miguel a 5 Km de Yucumo, donde estaban descansando alrededor de 800 marchistas, incluyendo más de dos centenares de niños y bebés.

Alrededor de las 17 horas empezó una despiadada gasificación contra la gente indefensa, lo que provocó una confusión total y por ese motivo empezaron a extraviarse y desaparecer muchos de los niños que estaban ahí acampados junto a sus madres.

Posteriormente efectivos de la policía procedieron a perseguir a la gente, a acorralarlos, golpearlos, quemando el campamento, gasificando mujeres embarazadas y deteniendo enseres personales de la prensa, obligaron a la gente a subir a camionetas para de esta manera, digna de la peor de las dictaduras, intervenir y acabar con la marcha.

Posteriormente estas personas fueron obligadas a subir a buses que en número de 8 partieron con dirección a Yucumo, obligados por el bloqueo de caminos que ya esta efectuándose en San Borja, donde la población salió a la calle enardecida una vez que circuló la noticia de la intervención a la marcha.

A la vez, tenemos información que son muchos los dirigentes y comunarios que se han refugiado en el monte, así como los que se encuentran detenidos amarrados en los buses, en el camino, hay madres desesperadas buscando a los niños. Algunos compañeros lograron escapar y llegaron a San Borja para refugiarse como el presidente de la CIDOB Adolfo Chávez.

Frente a esta situación urge que la ONU, la Defensoría del Pueblo, la Asamblea Nacional Permanente de Derechos Humanos y otros organismos nacionales e internacionales presentes en el país, GARANTICEN LA VIDA DE TODOS Y CADA UNO DE LOS MARCHISTAS, ESPECIALMENTE DE LAS MUJERES NIÑOS Y BEBES, ante la brutal represión que sufrieron por parte del gobierno de Evo Morales, a la vez, deben exigir la inmediata libertad de detenidos en buses policiales , cuyo destino en estos momentos sigue siendo incierto.

Último momento: por confirmar la muerte de un bebé de 3 meses NN.

Lista Preliminar de niños y adultos Desaparecidos:

REGIONAL CIPOAP: Pamela Monje (niña), Eolita Monje (niña), Thieri Paz (niño), Carmen Rosa Vargas (bebé), Cleise Vargas (niña), Yusara Malala (niña), Kareli Chupinavi (niña), Hugo Camama, Marcelo Matias, Raúl Antelo, Edilberto Duri, Ariel Duri, Kelly Padilla, Clever Vargas, Ricardo Vargas, Gustado Maeda, Betsabé Mariaca, Norberto Tuno, María Rodriguez, Juana Avellaneda, Manuel Rodriguez, Silvia Flores, Guido Monje, Robert Cepa, Arminda Ortiz, Henry Paz, Silencia Parada, Condor Monje, Ester Monje, Jaño Game, Roxana Humaday, Jesus Michiguene, Regis Ojopi, Santiago Barroso y Antonio Barroso.

Dirigentes desaparecidos

Alberto Ortiz Alvares (presidente de la CIRABO)

Durimar Merelis (Presidente de la CIPOAP)

Heridos confirmados

Cinthya Sabené (CIRABO)

viernes, 23 de septiembre de 2011

Los afrobolivianos celebran hoy su día



En el país hay unos 35.000 afrobolivianos. Se trata de la primera etnia en Bolivia que tiene una jornada de celebración, tras la aprobación del proyecto de Ley 521 que declara el 23 de septiembre como Día Nacional del Pueblo Afroboliviano.

“Isidoro Belzu bandera ganó, ganó la bandera del altar mayor”, dice el estribillo de una popular saya afroboliviana. Es una remembranza a la abolición de la esclavitud, el 23 de septiembre de 1851, por el entonces presidente Manuel Isidoro Belzu.

Pasaron 160 años de ese hecho histórico y ahora la comunidad reconocida en la Constitución Política del Estado (CPE) demanda un mayor reconocimiento e inclusión social.

“Aquella saya que habla de Belzu expresa espontaneidad, pero no vemos al expresidente como el libertador del pueblo afroboliviano. Esa abolición no se materializó y se quedó en un buen gesto. Tuvimos que esperar otros largos años para que por fin se reconozcan nuestros derechos y se visibilice al pueblo afroboliviano”, afirmó Juan Carlos Ballivián, representante del Consejo Nacional Afroboliviano (Conafro).

En la actualidad, los afros del Conafro demandan al Estado el reconocimiento de sus derechos constituidos en el artículo 32 de la CPE, además de los tratados internacionales de la Organización Internacional del Trabajo y las Naciones Unidas.

“Con esta celebración, consideramos que tenemos la posibilidad de que todos los años el pueblo afroboliviano se visibilice desde el Estado y estamos pensando que el presidente Evo Morales debería dar un mensaje al pueblo afroboliviano el 23 porque somos parte del Estado”, dijo Ballivián.

Según los datos del Conafro, en el país existen aproximadamente 35.000 afrobolivianos, cifra que consideran ínfima en cuanto a la población que creen tener. La mayoría está en Nor y Sud Yungas de La Paz (Coroico, Chulumani, Coripata, Arapata, Tocaña, Caranavi, principalmente). También en la provincia Inquisivi y en las ciudades de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Chuquisaca. Pero también tienen presencia en Potosí, Oruro y otras regiones.

Los afrodescendientes están representados en la Asamblea Plurinacional por el diputado Jorge Medina. Él también es presidente de la Comisión de Naciones y Pueblos Indígenas Cultura e Interculturalidad y propuso el proyecto de Ley 521. Pero no es la única propuesta del asambleísta.

Medina plantea crear la Casa de la Cultura Afroboliviana para promocionar, estudiar y proponer los acontecimientos y lugares emblemáticos de la historia de ese pueblo. También se busca promover la construcción de monumentos de los héroes y víctimas de la esclavitud.

“Queremos incentivar medidas para superar la discriminación y el racismo, fomentar espacios en igualdad de condiciones. Ya no hay barreras para avanzar, ahora nos respetan y nos tratan bien”, indicó el asambleísta.
La chicalomeña Yancarla sabe de aquello. Es más, se siente orgullosa de sus raíces y logros conseguidos.

Hitos de la historia de los afros

-Los afrobolivianos llegaron al país traídos desde distintos lugares de África por los españoles. Fueron esclavizados en las minas de Potosí. También trabajaron la tierra en las distintas poblaciones de los Yungas.

-Los afros no se encuentran reconocidos en el Estado Plurinacional como pueblo indígena originario; sin embargo, el artículo 32 de la Constitución Política del Estado (CPE) establece que los afrobolivianos gozan de todos los derechos económicos sociales, políticos y culturales, reconocidos para las naciones y pueblos indígenas.

La cultura afro será parte del currículo educativo

La cultura afroboliviana (historia, usos y costumbres) de la comunidad afroboliviana será incorporada en el currículo educativo en los municipios donde habita la comunidad, informó Juan Carlos Ballivián, representante del Consejo Nacional Afroboliviano.

“Con ese propósito se creó el Consejo Educativo que ayudará a profundizar en el currículo de primaria y secundaria para que nuestros hijos conozcan su identidad cultural”, dijo.

Entre el 2 y 3 de septiembre, el pueblo afroboliviano se reunió por primera vez en un congreso nacional que dio nacimiento al Consejo Educativo Nacional que garantice la puesta en marcha de las políticas educativas a favor de esta raza. Se pretende garantizar su inclusión en la sociedad.

Datos del Ministerio de Educación, señalan que en Sud Yungas existe un promedio de 15 mil estudiantes afros. La misma fuente indica que desde el 2009 se da una interacción con el pueblo afroboliviano.

El censo del próximo año incluirá a esta raza

El Censo Nacional de Población y Vivienda previsto para el 2012 incluirá el reconocimiento a la identidad del afroboliviano, informó el diputado Jorge Medina, representante de ese pueblo originario.

Explicó que la boleta censal del 2001 no incluyó la variable afroboliviano en la consulta referida a la identificación racial. Por eso no hay un registro sobre la cantidad de afrodescendientes en Bolivia.

“Sólo había para quechuas, aymaras y tupiguaraníes, no así para los afros. Por lo tanto, se tiene que garantizar que esta boleta nos permita tener una estadística objetiva de nuestra población”, informó. Según Medina, se desconoce cuál es el número exacto de ciudadanos afros que habitan en el país. Sólo existen cifras preliminares al respecto.

La inclusión de los afros responde a la recomendación del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas. “El Estado debe tener estadísticas confiables (de identidades)”, sostuvo el diputado.



Texto y foto: La Razón

Aprehenden al ex gerente de Amérida por caso terrorismo



Aproximadamente a las 13.00 de ayer fue aprehendido el ex gerente de la Fundación Amérida Fernando Paz Serrano, en el marco de la investigación del caso Terrorismo II, que tiene que ver con los financiadores de las actividades separatistas del grupo de Eduardo Rózsa Flores.

De acuerdo con la investigación, esta entidad financió económicamente a Rózsa en sus afanes terroristas en el país.

Paz Serrano fue aprehendido por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) a dos cuadras de su domicilio, en la capital oriental, y fue conducido a celdas policiales.

Un informe de la Unidad de Investigaciones Forenses (UIF), remitido al Ministerio Público, en el marco de la investigación del caso Terrorismo, estableció movimientos y traspasos económicos sospechosos de la Fundación Amérida, entre otras, a personas vinculadas con el grupo separatista.

Tras la detención del ex gerente de la Fundación Amérida, quien es hijo del actual gerente de la Cooperativa Rural de Electrificación (CRE), Carmelo Paz, sus familiares manifestaron que el Ministerio Público no ha presentado ninguna prueba que incrimine al detenido en las acciones separatistas.

Asimismo, montaron una vigilia en puertas de la FELCC cruceña para impedir que sea trasladado a la ciudad de La Paz.

Audiencia conclusiva

La Corte Superior de Justicia del Distrito de Cochabamba inició los preparativos de los ambientes para la realización de las audiencias conclusivas correspondientes al caso Terrorismo I.

El juez quinto de Instrucción en lo Penal-Cautelar de La Paz, Ricardo Maldonado, fijó la realización de las audiencias en la capital valluna a partir del 27 de septiembre.

En abril de 2009, una operación de élite de la Policía Boliviana desarticuló, en el hotel Las Américas, de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, a la célula terrorista liderada por Rózsa Flores, quien tenía como objetivo armar una guerra civil en Bolivia e independizar a Santa Cruz.

Hasta la fecha hay 39 personas formalmente acusadas por terrorismo y alzamiento armado.



Texto: Cambio

Foto: El Deber

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Evo escucha..........

LOS BOSQUES Y EL TIPNIS: ¿Una pugna entre modelos de desarrollo?



Ricardo Cox Aranibar



El conflicto entre el Gobierno Nacional, las Naciones Indígenas del Oriente, y ahora las Comunidades Interculturales, ha sido detonado por la controvertida construcción de la carretera Villa Tunari a San Ignacio de Moxos. El fondo de la disputa denota la existencia de muchos intereses encontrados, al menos dos visiones y modelos de desarrollo que tienen sus orígenes mucho más allá de la coyuntura actual.

Por una parte, es innegable que las actuales Naciones Indígenas del Oriente (antes solamente pueblos indígenas) han habitado ancestralmente en los bosques más pródigos, diversos y bellos del planeta; que por cierto, ocupan más de la mitad de nuestro territorio nacional. Cada una de las 36 Naciones Indígenas incluyendo a los Quechuas, Aymaras y Kallawayas, poseen sus territorios (muchos de ellos reconocidos con título propietario) en medio de los bosques, y ellos son parte intrínseca de su vida, su cultura y su futuro. Por otra parte, es innegable la existencia y vigencia de un modelo económico-productivo agropecuario y forestal, occidental y capitalista, que ha reducido a la Madre Tierra a una simple mercancía; y que al estar inspirado en la revolución verde agroindustrial para los ricos y en la agricultura de subsistencia para los pobres; ha reducido en los últimos 60 años, a menos de la mitad, los bosques de nuestro planeta, y han convertido a Bolivia en el subcampeón de piromanía de los bosques y sabanas del continente sudamericano (para el cambio de uso del suelo), luego de Brasil (Gaianoticias 2010). Para convencerse de ello, basta respirar el humo criminal de estos meses secos alimentado por los 20.000 focos de calor en el país.

Este modelo agro capitalista comienza con políticas como la “Marcha al Oriente” y antes, el “Plan Bohan” de 1942 (inspiradas y financiadas por los Estados Unidos). Dichas políticas públicas, desde hace seis décadas, han promovido el avance de la frontera agropecuaria a costa de nuestros bosques, bajo las formas de agroindustria, colonización, y la explotación forestal selectiva causante de la degradación del valor económico de los bosques con a manos de empresas madereras, que pese a su actual certificación, siguen traficando las maderas más preciosas del planeta.


Cabe señalar que la Primera Marcha Indígena de los Pueblos del Oriente por el “Territorio y la Dignidad” de 1990, fue detonada por el avasallamiento, abuso y depredación que venían ejerciendo impunemente las empresas madereras y las haciendas ganaderas, sobre los espacios de vida de los pueblos indígenas benianos, que fueron históricamente arrinconados a las tierras marginales para la agropecuaria. Lo difiere de aquella importante marcha con la de hoy, es que los gobiernos neoliberales, dejaban que la marcha llegue hasta La Paz.


Debe quedar claro, que estas políticas que anunciaban de inicio de la denominada colonización planificada, no hicieron otra cosa que arrojar a su suerte (colonización espontánea sin asistencia técnica, financiera y social) a nuestros compañeros colonizadores venidos de tierras altas en medio de los bosques tropicales, que por cierto, lo único que aprendieron es a batallar tozudamente contra la selva y su incómoda biodiversidad, a fuerza de fuego, hacha y machete, con la conocida tecnología arcaica de la “roza, tumba quema”, más comúnmente conocida como “chaqueo”, para hacer sus parcelas en las que producir alimentos para la subsistencia y en el mejor de los casos recibir las migajas económicas que derrama el narcotráfico y la exportación. Lamentablemente, el peligro del avance de este sistema insostenible de colonización sobre los bosques del TIPNIS, propiciado como siempre por las carreteras que se han abierto en el país (como impacto inducido a futuro), es el que hace que los indígenas se opongan a la construcción de la misma, pese a que su posición geográfica es estratégica: justo al centro del país. Otra cosa es y ha sido, la depredación agroindustrial y forestal que ha sido instrumentada conscientemente por la oligarquía y con amparo, apoyo y financiamiento del
Estado, desde hace unas cuatro décadas.


En este momento, el asunto más preocupante es que el conflicto está derivando en un enfrentamiento entre dos sectores populares: las naciones indígenas del oriente en su marcha legítima y las comunidades interculturales con su bloqueo en Yucumo, y en medio el Gobierno Nacional que es el principal actor llamado a evitar que las cosas vayan a más. Creo que en los términos arriba expuestos, el problema no ha de resolverse con un simple diálogo entre el Gobierno y las Naciones Indígenas del Oriente, sobre un tema tan puntual como, si va o no va la más famosa carretera; sino que este conflicto ha develado raíces estructurales que tienen que ver con un necesario y pendiente debate nacional, que sea lo más sincero, profundo y participativo posible, sobre “los modelos de desarrollo del país” que este “proceso de cambio” debe asumir de inmediato, para desmontar y descolonizar en el país, lo que el Presidente Morales en muchos foros internacionales ha calificado como la causa de la crisis ambiental y la pobreza en el planeta: el modelo capitalista en el agro boliviano.


Este debate nacional, no puede resolverse -por cierto- en unas cuantas horas de diálogo en el camino, ni siquiera meses, sino que debe ser parte de una agenda permanente y de años; porque un cambio de paradigma y de modelo económico-productivo, nos ha de llevar muchos años, y debe ser más o menos gradual, como para no estresar nuestra vulnerable y dependiente economía. En estos momentos no podemos ser irresponsables rompiendo radicalmente con el patrón de desarrollo cuasi mono-productor de la minería y los hidrocarburos (aunque son los mayores contaminantes del orbe); pero creo que podemos ser creativos y buscar nuevas alternativas económicas y sociales que además sean limpias, equitativas y eficientes, tal como versa el Plan Nacional de Desarrollo y nuestra posición planetaria: diversificar la matriz productiva y respetar los Derechos Humanos, Indígenas y de la Madre Tierra. Personalmente, estoy convencido de que esta conjunción es posible y deseable, no solamente por el país sino por este nuestro mundo sumido en una profunda crisis del paradigma civilizatorio.


Algunas pautas para un debate nacional surgen de estas preguntas: ¿es posible que como país y como planeta nos reconciliemos con nuestros bosques?; ¿cuidar los bosques es lo mismo que cuidar a la Madre Tierra?; ¿los Derechos Humanos coinciden también con los Derechos de la Madre Tierra?; ¿los bosques en pie son económicamente más rentables en el largo plazo, frente a la agroindustria de biocombustibles y la colonización?; ¿será verdad que es mejor vender un árbol, un millón de veces como turismo que una sola vez como madera?; ¿Cuáles deben ser los valores supremos del desarrollo?; ¿es posible combinar armónicamente la agricultura, la ganadería, y la producción forestal?; ¿nuestras ventajas comparativas según el contexto del mercado internacional y la soberanía alimentaria, son los hidrocarburos, la minería y la agroindustria, o la producción ecológica agro-silvo-pastoril artesanal, industrial y/o familiar?, ¿es posible democratizar la participación en la planificación y gestión de las políticas forestales y agropecuarias?, ¿es realmente beneficiosa para el país la compensación económica por los beneficios que brindan nuestros ecosistemas al planeta?; más concretamente ¿podemos pensar en otra alternativa de conectividad que no sea una carretera por medio del TIPNIS?; ¿posiblemente una vía férrea, que no tenga impacto inducido y pueda conectarse con la red bi-oceánica de trenes, que su mejor trazo de interconexión pasa por el Chapare?; etc. Mientras respondemos como país a éstas, y muchísimas otras preguntas más; se me ocurre proponer concretamente, que para salir del conflicto el Gobierno ordene paralizar todas las obras de la carretera Villa Turari - San Ignacio de Moxos en todos sus tramos, y realizar la consulta previa, informada y de buena fe a las naciones indígenas; y con ello se podría lograr la desmovilización de la sacrificada y decidida marcha de los compañeros indígenas de oriente y occidente; porque, en caso contrario, parece que vamos como país a un despeñadero, en el que todos hemos de perder. Finalmente, rescatemos lo que nos dejó escrito el gran pensador boliviano René Zabaleta Mercado, “la crisis como el mejor momento para aprender”, entender y proyectar el desarrollo de nuestro país, respetando ahora la dimensión de la plurinacionalidad de nuestro Estado, y compartiendo entre todos lo que necesitamos saber sobre la convivencia en armonía con nuestros bosques y nuestros ecosistemas naturalmente arreglados para la vida por nuestra Pachamama.


Aporte JE
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