miércoles, 31 de marzo de 2010

El albañil


Explicación de un albañil a la compañía aseguradora que no comprendía, debido a la naturaleza de sus lesiones, cómo podía haber ocurrido el accidente. Este es un caso verídico cuya transcripción fue obtenida de una copia de archivo de la aseguradora. El caso fue juzgado por el Tribunal de Primera Instancia de Pontevedra.

Excelentísimos señores:

En respuesta a su pedido de informaciones adicionales declaro: en el item nº 1 sobre mi participación en los acontecimientos, mencioné: "tratando de ejecutar la tarea y sin ayuda", como la causa del accidente. Me piden en su carta que dé una declaración más detallada, por lo que espero que lo que sigue aclare de una vez por todas sus dudas.

Soy albañil desde hace 10 años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos en una pared del sexto piso del edificio en construcción en esta ciudad. Finalizadas mis tares, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250 kilos de ladrillo. En vez de cargarlos hasta la planta baja a mano, decidí colocarlos en un barril y bajarlos con ayuda de una roldana que felizmente se hallaba fijada en una viga del texto del sexto piso. Bajé hasta la planta baja, até el barril con una soga y, con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja. Luego, subí y cargué los ladrillos en el barril.

Volví a la planta baja, desaté la soga, y la agarré con fuerza de modo que los 250 kilos de ladrillos bajasen suavemente (debo indicar que en el item 1 de mi declaración a la policía he indicado que mi peso corporal es de 80 kilos). Sorpresivamente, mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente, arrastrado por la soga. Debido al susto, perdí mi presencia de espíritu e irreflexivamente me aferré más aún a la soga, mientras ascendía a gran velocidad. En las proximidades del tercer piso me encontré con el barril que bajaba con una velocidad aproximadamente similar a la de mi subida, y me fue imposible evitar el choque. Creo que allí se produjo la fractura de cráneo. Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también las quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A esta altura (de los acontecimientos) ya había recuperado mi presencia de espíritu, y peso a los dolores continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante que el barril chocó contra el suelo, su fondo se partió, y todos los ladrillos se desparramaron. Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 kilos. Debido a un principio simplísimo comencé a descender rápidamente hacia la planta baja.

Aproximadamente al pasar por el tercer piso me encontré con el barril vacío que subía. En el choque que se produjo estoy casi seguro que se produjeron las fracturas de tobillos y de la nariz. Este choque felizmente disminuyó la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterricé sobre la montaña de ladrillos sólo me quebré tres vértebras. Lamento sin embargo informar que, cuando me encontraba caído encima de los ladrillos, con dolores insoportables, sin poder moverme y viendo encima de mí el barril, perdí nuevamente mi presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente y cayó sobre mis piernas, quebrándose las dos tibias.

Esperando haber aclarado definitivamente las causas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente.

Texto: Llegado por la web
Imagen: pkfunda.com

martes, 30 de marzo de 2010

Podemos alimentar al mundo


Esther Vivas

Vivimos un contexto de crisis sistémica múltiple: económica, ecológica, alimentaria, de los cuidados, energética… Y el sistema capitalista, lejos de dar respuesta a unas crisis que él mismo ha creado, apuesta por una huída hacia delante: mayor privatización de los servicios públicos, expolio de los recursos naturales, soluciones tecnológicas al cambio climático, ayudas a las empresas privadas y a la banca.

La crisis alimentaria muestra una de las caras más dramáticas del sistema capitalista actual con más de mil millones de personas en el mundo, una de cada seis, que pasan hambre, especialmente en los países del Sur. Paradójicamente, en los últimos veinte años mientras la población crecía a un ritmo del 1.14% anual, la producción de alimentos aumentaba en más de un 2%. Con estas cifras podemos concluir que en la actualidad se produce suficiente comida para alimentar a la población mundial. Pero, ¿cuál es el problema? Que si no se tienen suficientes ingresos para pagar su precio, no se come.

Las políticas neoliberales aplicadas a la agricultura en los últimos treinta años (revolución verde, deslocalización, libre comercio, descampesinización…), nos han conducido a una creciente inseguridad alimentaria. La comida se ha convertido en un negocio, un bien privatizado, en manos de un puñado de empresas de la industria agroalimentaria, con el beneplácito de gobiernos e instituciones internacionales.

Frente a esta situación, cumbre tras cumbre la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el G20, junto con las principales empresas del sector, nos dicen que para salir de la crisis es necesario una nueva revolución verde, más transgénicos y libre comercio. Nos quieren hacer creer que las políticas que nos han conducido a la presente situación, nos sacarán de la misma.

Agricultura local, campesina y ecológica

Pero existen alternativas. La relocalización de la agricultura en manos del campesinado, nos permitirá garantizar el acceso universal a los alimentos. Así lo constatan los resultados de una exhaustiva consulta internacional que duró cuatro años e involucró a más de 400 científicos, realizada por la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD en sus siglas en inglés), un sistema de evaluación impulsado ni más ni menos que por el Banco Mundial en partenariado con la FAO, el PNUD, la UNESCO, representantes de gobiernos, instituciones privadas, científicas, sociales, etc, tomando como modelo el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio.

Es interesante observar como, a pesar de que el informe tenía detrás a estas instituciones, concluía que la producción agroecológica proveía de ingresos alimentarios y monetarios a los más pobres, a la vez que generaba excedentes para el mercado, siendo mejor garante de la seguridad alimentaria que la producción transgénica. El informe del IAAST apostaba por la producción local, campesina y familiar y por la redistribución de las tierras a manos de las comunidades rurales. El informe fue rechazado por el agrobusiness y archivado por el Banco Mundial, aunque 61 gobiernos lo aprobaron discretamente, a excepción de Estados Unidos, Canadá y Australia, entre otros.

En la misma línea se posicionaba un estudio de la Universidad de Michigan (2007), que concluía que las granjas agroecológicas son altamente productivas y capaces de garantizar la seguridad alimentaria en todo el planeta, contrariamente a la producción agrícola industrializada y el libre comercio. Sus conclusiones indicaban, incluso las estimaciones más conservadoras, que la agricultura orgánica podía proveer al menos tanta comida de media como la que se produce en la actualidad, aunque sus investigadores consideraban, como estimación más realista, que la agricultura ecológica podía aumentar la producción global de comida hasta un 50%.

En el ámbito de la comercialización se ha demostrado fundamental, para romper con el monopolio de la gran distribución, el apostar por circuitos cortos de comercialización (mercados locales, venta directa, grupos y cooperativas de consumo agroecológico…), evitando intermediarios y estableciendo unas relaciones cercanas entre productor y consumidor, basadas en la confianza y el conocimiento mutuo, que nos conduzcan a una creciente solidaridad entre el campo y la ciudad. En la actualidad, la gran distribución (supermercados, cadenas de descuento, hipermercados, etc.) monopoliza la cadena de comercialización de los alimentos, sacando el máximo beneficio a costa de explotar a trabajadores, campesinos, medio ambiente.

La soberanía alimentaria se demuestra, de este modo, como la mejor alternativa para acabar con el hambre en el mundo. Se trata de devolver el control de las políticas agrícolas y alimentarias a los sectores populares (campesinos, trabajadores, consumidores, mujeres…), así como su acceso a la tierra y a los bienes comunes (agua, semillas…). Una soberanía alimentaria que tendrá que ser profundamente feminista, reconociendo el papel de la mujer como garante de la alimentación a escala mundial, y luchando contra la opresión no sólo de un sistema capitalista sino también patriarcal.

Texto: Rebelión
Foto: revistafusion.com

La CSUTCB exige revisión de las TCO e indígenas rechazan la propuesta


La Paz, 29 Mar (Erbol).- La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) pide a través de un ante proyecto de Ley de Tierras, la revisión de las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) para dar paso a una distribución equitativa. Los indígenas del oriente rechazan el plan y advierten que el tema podría generar fricciones.

El secretario de Tierras y Territorio de la máxima organización sindical de los trabajadores del agro, Dionicio Cabrera, dijo hoy a la Agencia de Noticias Indígenas de la Red Erbol, que a través de las TCO resurgió el latifundio en Bolivia.

“El ex Viceministro de Tierras ha saneado para las TCO, esas TCO son los nuevos latifundistas que están acaparando tierras, 50 ó 60 familias tienen 400 mil hectáreas, esa es la nueva forma de ser latifundista. Ahora nosotros queremos una distribución equitativa, que todos tengan derecho a la tierra”.

Para Cabrera, el latifundio resurgió en el país desde el oriente, El Chaco y el norte del departamento de La Paz, con “falsos indígenas” que fueron trasladados de Potosí y Oruro, respectivamente. “En el norte paceño se entregaron en el polígono 1; 260 mil hectáreas a 60 familias”.

“Nosotros no queremos anular (las TCO) queremos un estudio especial que diga cuántos indígenas tenemos en el oriente y si necesitan tierras hay que darlos. Nuestros compañeros (campesinos) están muriendo de hambre y tenemos que reclama nuestro derecho”.

Cabrera agregó que “han falsificado documentos, las titulaciones no son reales, no estamos en contra de nuestros hermano indígenas, nosotros también tenemos derechos igual que ellos. Estamos pidiendo una revisión de las TCO, para saber si justifica o no justifica la cantidad de tierras que tienen, y si no se justifica quiere decir que tenemos nuevamente tierras ociosas en Bolivia”.

La reacción de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) no se dejó esperar. Adolfo Chávez, máximo representante del sector, dijo que cualquier decisión que tome la CSUTCB será “unilateral”.

“El tema podría generar fricciones, habría un desorden total. La propuesta no es coherente. No estamos de acuerdo con el anteproyecto de la Ley de Tierras”, señaló Chávez en una escueta declaración a la Agencia de Noticias Indígenas de la Red Erbol.

La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) pidió al viceministro de Tierras, Víctor Camacho, elaborar una nueva política nacional o ley de tierras sin favorecer a los campesinos y con la participación de la población.

“Es necesario una política de tierra a nivel nacional, no sólo para un sector como el campesino, se habla de territorios campesinos (en un nuevo proyecto de ley), cuando eso no es un tema para tocar, porque solamente los indígenas hablan de sus territorios ancestrales, yo no sé de dónde se agarran, están interpretando mal el principio indígena”, manifestó Justino Zambrana, presidente del Consejo de Capitanes de la APG.

A su juicio, la demanda de los campesinos “puede traer problemas no sólo en Tarija, sino a nivel nacional”.

El tema será analizado el 8 y 9 de abril en una asamblea de los guaraníes a realizarse en la localidad cruceña de Camiri. No se descarta que la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), elabore su propio proyecto de ley. “Estamos en eso, para eso es la asamblea”, puntualizó Zambrana.

EL PROYECTO

Según un análisis de la Fundación Tierra, la CSUTCB, plantea la necesidad de rediscutir el sistema de propiedad de la tierra para otorgar títulos individuales a familias pertenecientes a una comunidad indígena.

“Este planteamiento más los avances de la CPE son los elementos más relevantes para superar la dicotomía de carácter excluyente entre derechos individuales y colectivos vigente en nuestra legislación desde 1996, concepción que según el derecho positivo puede ser la más correcta, pero que entra en contradicción abierta con los sistemas andinos de tenencia y uso de la tierra y territorio, propios del 80 por ciento de la población rural del país”, se lee en el Informe 2009 Reconfigurando territorios de la Fundación Tierra.

El artículo 55 del ante proyecto de Ley de Tierras de la CSUTCB clasifica la tenencia de la tierra en: Tierras Comunitarias de Origen (TCO) y Tierras Comunitarias Campesinas (TCC).

“La Tierra Comunitaria de Origen tiene su sustento en el derecho originario de ocupación territorial, basado en sus derechos históricos, políticos, sociales y culturales de primera, tercera y cuarta generación”, se lee en el documento entregado a la Red Erbol.

El ante proyecto de Ley de Tierras, señala en su artículo 130 que todos los predios que sobrepasen las cinco mil hectáreas serán considerados como tierras objeto de reversión.

El anteproyecto de Ley está en la etapa de socialización con el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo (Conamaq) y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas, Indígenas, Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (Cnmciobbs) y técnicos del Ministerio de Desarrollo Rural. Se estima enviar el proyecto a la Asamblea Legislativa hasta agosto del presente año.

Texto: ERBOL
Imagen: cl.kalipedia.com

Gobierno condiciona titulación colectiva de tierras indígenas


El Gobierno respetará la propiedad colectiva de las tierras comunitarias de origen (TCO) de indígenas de tierras bajas si mantienen y defienden su territorio.

“No basta con que los pueblos indígenas tengan el título, tienen que demostrar su capacidad de defensa y uso correcto de su territorio. Hay casos como las TCO de Guarayos, que titularon hectáreas de manera colectiva, pero varios extranjeros, rusos y menonitas entraron a sus territorios”, cuestionó el viceministro de Tierras, Víctor Camacho.

El viceministro dijo que consolidará la propiedad colectiva de 17 millones de hectáreas. “Con el objetivo de que ningún empresario, a título de un acuerdo con el dirigente, se apropie de la tierra”.

La autoridad explicó que la condición para que se respete la propiedad colectiva que, actualmente, detentan los pueblos indígenas es que éstos demuestren la capacidad de administrar la tierra.

“Esta administración implica que los pueblos indígenas mantengan sus espacios y los distribuyan adecuadamente; si realizan un mal uso sean sancionados. No a la depredación, las concesiones forestales ni el acceso de empresas privadas”.

Con estos argumentos, Camacho aseguró que la propiedad colectiva de las TCO no estaría en riesgo si se aprueba alguna modificación a la ley INRA que, se anunció, pretendería individualizar la propiedad de la tierra a favor de los campesinos.

Texto y foto: Amazonía de Bolivia

lunes, 29 de marzo de 2010

El Buen Vivir, elemento estructural de una nueva sociedad


Katu Arkonada

Entregamos aquí la entrevista a María Eugenia Choque, realizada en Bolivia por Katu Arkonada para CAOI como parte de nuestra investigación acerca del Buen Vivir. María Eugenia Choque nació en un Ayllu de Waraya, de la Marka de Tiwanaku, provincia Ingavi, departamento de La Paz. Es licenciada en Trabajo Social y tiene una maestría en Historia Andina. Es miembro del Movimiento Universitario Julián Apaza, Indianista. Fue viceministra en el Ministerio de Asuntos Indígenas y de los Pueblos Originarios e Indígenas entre los años 2004 y 2005.

P: ¿Qué análisis haces de la crisis que estamos viviendo hoy en día? ¿Es una crisis de civilización?

R: Bolivia ha entrado en un proceso de transformación y cambio, las estructuras coloniales también entran en una crisis, es una estructura que se desmorona, porque estamos viviendo profundos procesos de cambio que llevan a la emergencia de nuevos actores que son los pueblos indígenas.

Hablar de crisis depende del espacio donde uno se coloca. ¿Crisis para quién? Para los que siempre han estado en el poder y ahora sienten que sus intereses de clase se encuentran en peligro, amenazados. Desde este espacio ellos presentan serios problemas porque piensan que el poder económico y político no son los mismos de antes. En cambio, visto desde los pueblos indígenas, con la emergencia de nuevos actores en la palestra política del país, se da un proceso de reafirmación de la identidad como pueblos. Vivimos procesos de lucha intensiva de la recuperación de derechos, económicos, sociales y políticos.

Por ello estamos caminando hacia un modelo más complejo, de reafirmación de derechos y de lucha por el respeto a la identidad como pueblos. Y, sobre todo, enfrentamos un proceso de descolonización desde los diferentes espacios. Por ejemplo en educación, somos producto de una educación que nos hizo odiar, aborrecer lo propio; los programas y la currícula responden a otra realidad que no es la nuestra. En lo económico, siempre se han realizado acciones desarrollistas, en simulación hacia lo externo, hacia Europa.

P: ¿Es una crisis del esquema occidental y moderno?

R: Sin duda, y por ello es necesaria la descolonización, aunque esto se inicia desde décadas atrás, fundamentalmente en la parte andina. Muy recientemente en el año 1973, con el primer manifiesto de Tiwanaku, donde se da un quiebre a partir de organizaciones como el Centro Cultural MINKA y la Asociación de Profesionales Campesinos.

Entonces se inicia la denuncia del tipo de educación que se imparte en el área rural y el área urbana, que es una educación desestructuradora de la identidad. Y se denuncia la intromisión de partidos políticos, que convierten a las organizaciones en pongos políticos, que únicamente se sirven de lo indígena y nunca responden a los verdaderos intereses de los indígenas.

Falta mucho por encaminar este proceso de descolonización, aún no se tiene una participación directa de los pueblos, todavía está intermediada por los partidos y las ONG que hoy se constituyen todavía en los portavoces de los pueblos.

Desde la década de 1990 iniciamos el proceso de reconstrucción de nuestros pueblos y la restitución de las autoridades tradicionales, como son los ayllus, markas y suyus, en un proceso de fortalecer nuestros espacios de organización sobre la base de nuestros usos y costumbres, como es el cargo rotativo, la institucionalidad del jaqi, el servicio a la comunidad y el cumplimiento de cargos desde lo local, regional y nacional. Como es ahora el Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) en sus distintos niveles.

P: Dentro de esta crisis, ¿qué papel jugaría el Suma Qamaña como propuesta, como forma de ver el mundo, como alternativa?

R: Yo creo que es el elemento estructural de una nueva sociedad. En el sentido que es construir lo que siempre hemos soñado. Suma Qamaña quiere decir el bienestar de tu fuerza interna.

P: ¿Cómo construyes tu Suma Qamaña? Hay que hacerlo desde tu fuerza interna e incide en lo económico, social y político. Es el bienestar en plenitud.

R: Suma Qamaña es parte de la búsqueda de lo propio, basado en la espiritualidad de los pueblos, es el encuentro con uno mismo. Es ser uno mismo, sin prejuicios ni temores. Porque ahora la gente vive con temor, es como vivir en una casa alquilada, sujeto a que en algún momento te pueden llamar la atención: es el tema colonial.

Por ejemplo, en lo económico tiene que ver con la seguridad alimentaria; en lo político tiene que ver con nuestras autoridades tradicionales, que también se constituyen en el gobierno indígena.

El Suma Qamaña es el bienestar interior, sentirte bien contigo mismo y con los demás. Es espiritual. Mi madre desde que se despertaba mascaba la coca y sabía si le iba a ir bien o mal según como estaba la coca. Y si pensaba que le iba a ir mal hacía el esfuerzo por cambiar las cosas para que le fuera bien. El Suma Qamaña en el fondo busca la liberación como pueblo, ser uno mismo, con pensamiento y destino propio. La tarea es cómo construir esto desde la cotidianidad y lo público, la plenitud del ser aymara, quechua, guaraní y todos los pueblos.

P: La Constitución de Bolivia recoge el Suma Qamaña como forma de vida. ¿Qué ejemplos prácticos podemos poner a nivel de políticas públicas?

R: Yo creo que falta muchísimo todavía. El indianismo va mucho más allá de ser gobierno, busca el verdadero Suma Qamaña. No olvidemos que el Estado boliviano tiene un carácter colonial, toda la estructura de la sociedad está montada sobre la ausencia de los pueblos. El reto, la tarea, es desmontar esa estructura colonial.

El Suma Qamaña es el inicio de la liberación de los pueblos del carácter colonial, es re-construir la sociedad sobre la existencia de los pueblos. Parte del principio del amor al pueblo, ese sentimiento que no envuelve lo económico ni el interés personal de llegar y acomodarse en el Estado. Nuestra lucha no es por ser funcionarios del Estado, el sentimiento profundo de los pueblos es el respeto a la identidad y el respecto a sus territorios. La demanda de los pueblos, desde la llegada de los españoles, pasando por la república, no ha cambiado, sigue siendo la misma: es el restablecimiento del Qullasuyu. Un inicio del Suma Qamaña es que los pueblos puedan administrar los recursos de sus territorios. Para el proceso del Suma Qamaña necesitamos de los mejores hombres y mujeres, que trabajen con ese sentimiento profundo del pueblo. Tenemos la oportunidad de alcanzar los anhelos de Tupak Katari, Bartolina Sisa, Micaela Bastidas, ese sueño y esperanza de los pueblos.

P: Si a nivel político falta pasar de la teoría a la práctica, a nivel comunitario, ¿se siguen manteniendo formas de Buen Vivir?

R: Sin duda. En el sistema de autoridades se rota por turnos. Seas pobre, rico o lo que seas, se va rotando. Se nombra a quien le tocó, te guste o no, y tienes que entregarte, hacer un servicio… es una práctica que se sigue manteniendo hasta el día de hoy.

A nivel local, desde las comunidades y ayllus, se practica el buen vivir. Por eso, después de más 500 años, aún no encontramos pobres pidiendo limosna en el campo, como sí en la ciudad. A nivel de las comunidades, con todas las dificultades, las autoridades de los ayllus continúan luchando por sus demandas, para que los externos respeten los territorios. En nuestras comunidades se practica el Suma Qamaña, pero en la ciudad es difícil, porque es mayor la crudeza de la realidad colonial, que te desprecia, te menosprecia y a veces te ignora…

P: ¿Son compatibles las formas tradicionales de Suma Qamaña con las formas capitalistas?

R: Claro. Los comerciantes tienes sus bodas modernas, sus fiestas, como la fiesta del Gran Poder, altamente moderna. Es parte de ejercitar tu búsqueda interior. Quieres apostar a vivir bien, pero necesitas tener una relación recíproca con la Pachamama, al contrario de la religión católica que te dice que es mejor ser pobre.

En el mercado de El Alto, cada martes y viernes se fuma mucho, para ahuyentar todo lo malo. El Alto entre lo tradicional y moderno practica el Suma Qamaña, tiene formas modernas y capitalistas de comercio. Pero tú construyes tu relación contigo y los demás, el estar bien es fundamental, no puedes tener envidia del que vende al lado tuyo, trabajas sin mezquindades y todo volverá bien. Es que el Suma Qamaña es actuar con sinceridad con la Madre Naturaleza.

El Suma Qamaña te toca desde esta vida: cómo construyes, desde tu vida personal hasta una vida política. ¿Quién es autoridad? La gente correcta. No puedes sancionar ni gestionar teniendo errores tú. Los códigos de hacer, del Gobierno Indígena, son distintos, ésta es la base del Suma Qamaña… El ejercicio de la autoridad tradicional tiene que ver con la construcción del Suma Qamaña, entonces debes ser persona correcta y buena persona.

Texto: Adital
Foto: travel.webshots.com

domingo, 28 de marzo de 2010

"Nos obligan a tragar pseudoalimentos o alimentos pseudoenvenenados"


Salvador López Arnal

Seguramente la agricultura globalizada de hoy es la mejor expresión del capitalismo: los bienes naturales disponibles para la producción de alimentos están privatizados; la alimentación deja de ser un derecho para convertirse en una mercancía que beneficia al capital, y los medios de producción están en manos de ese club elitista, afirma Gustavo Duch, licenciado en Veterinaria y director de Veterinarios sin Fronteras desde 1991 hasta 2009.

Gustavo Duch colabora con Vía Campesina y ha sido activista en campañas como "No te comas el mundo" o "Som lo que Sembrem". Duch escribe normalmente en medios como El Periódico, Público, Galixia Hoxe, El Correo Vasco, La Jornada y http://www.rebelion.org/.

Acaba de publicar en la editorial Los libros del lince, Lo que hay que tragar. Minienciclopedia de política y alimentación, con prólogo de Federico Mayor Zaragoza, libro en el que denuncia con nombre, apellidos y argumentación contrastada las prácticas de oligopolios como, entre muchos otros, Pescanova, Calvo, Monsanto y Danone.

Eduardo Galeano ha escrito en la contraportada del volumen: "El libro de Gustavo Duch retrata la maldición y la esperanza de este mundo cuyos amos están jugando a los dados. Sus páginas, siempre decidoras, nunca pesadas, cuentan muchas historias y contienen numerosa información desconocida, en un lenguaje milagrosamente capaz de convertir el plomo en pluma. Aquí hay horror y hay humor y amor. Porque esta denuncia implacable de los crímenes que el poder universal comete contra la naturaleza y la gente es también un entrañable homenaje a la tierra y a las manos que la trabajan". Vale la pena insistir: Lo que hay que tragar está escrito "en un lenguaje milagrosamente capaz de convertir el plomo en pluma".

P. Tu nuevo libro, un entrañable homenaje a la tierra y a las manos que la trabajan, en acertadísimo comentario de Eduardo Galeano, apunta en el subtítulo que es una minienciclopedia de política y alimentación. ¿Qué tienen que ver la alimentación y la política? ¿No es mezclar peras y limones?

R. Seguro que has escuchado cuando algunas personas, en sus análisis, explican que el hambre no es un problema de falta de comida, que hay alimentos para todos y todas, y por lo tanto es un problema de distribución de ésta. ¿Necesitamos más camiones para distribuir comida o un sistema más distributivo? Es claramente un problema político: de hecho defiendo que cuánto más alimentos se producen, bajo este modelo político, más hambre se genera.

P. "Lo que hay que tragar" es su título. ¿Qué hay que tragar en tu opinión? ¿Qué no deberíamos ingerir?

R. Nos quieren hacer tragar embustes, imposiciones, delitos... Así que no queda otra que recuperar nuestra soberanía. Soberanía de los productores y productoras desplazados por el modelo agrícola global, y soberanía del consumidor y consumidora. Sufrimos un ‘apartheid' del consumo y nos obligan a tragar, como si fuéramos ocas o patos con un embudo en la boca, pseudoalimentos o alimentos pseudoenvenenados. Habrá que rebelarse, ¿no?

P. También Eduardo Galeano, así reza en la contraportada, ha señalado que tu libro retrata la maldición y la esperanza de este mundo cuyos amos están jugando a los dados. ¿Quiénes son los amos de este mundo en tu opinión? ¿A qué juego están jugando?

R. A la ruleta rusa y vamos por el cuarto o quinto disparo. Como dice Mayor Zaragoza, al que agradezco el prólogo del libro, somos las fichas de una plutocracia. Los amos del mundo no se esconden y se anuncian en televisión: Carrefour, Danone, el Banco de Santander o Endesa, -y que me disculpen aquellas corporaciones que no cito-, que como una nuevo imperio ha sido el primero que ha conseguido el sueño de César o Hitler, colonizar todo el planeta. Sus soldados: cierta clase política; su estrategia: el neoliberalismo y el patriarcado; sus bombas: control del mercado, transgénicos, agrocombustibles, etc.

P. Lo que hay que tragar, en mi opinión, puede leerse como una manifiesto anticapitalista. Tú mismo afirmas que el capitalismo nos matará de hambre. ¿Qué razones fundamentan tu posición, tan opuesta a la civilización del capital?

R. Seguramente la agricultura globalizada de hoy es la mejor expresión del capitalismo: los bienes naturales disponibles para la producción de alimentos están privatizados, el mar, los ríos, las semillas, la tierra; la alimentación deja de ser un derecho para convertirse en una mercancía que beneficia al capital (hay fondos de inversión pujando por las cosechas de los próximos años o adquiriendo tierra cultivable); y los medios de producción están en manos de ese club elitista. El ejercicio de multiplicar el dinero nos ahogará, eso sí, en dinero.

P. Alguien, no es mi opinión desde luego, podría decir que tu libro es, en esencia, una reacción frente al progreso, frente a los avances científico-técnicos, un regreso al pasado. ¿Defiendes una agricultura no mecanizada, de trabajos duros, como los que realizaban nuestros padres y abuelos hace cincuenta años en España por ejemplo?

R. En agricultura no hay progreso sin regreso. O miramos atrás o caeremos por agotamiento. Los avances a los que te refieres serán brillantes tesis sobre el papel, pero sobre el campo es poner piedras en la mochila de nuestra andadura. Han significado la eliminación de muchos puestos de trabajo, han aumentado la capacidad de destrucción de los ecosistemas terrestres y marinos, son responsables de buena parte del calentamiento global y han empeorado dramáticamente la vida de millones de seres humanos que, sin ellos, podían alimentarse. Un peso muy difícil de cargar. Si miramos atrás recuperaremos saberes esenciales que podríamos adaptar a nuestros tiempos. Desde que los ángeles prohibieron a Lot mirar atrás, sólo Sara se atrevió.

¿Contra la tecnología? "Cuentan de una cooperante de una ONG que evaluó la situación de una comunidad de pesca artesanal. En la casa de aquellas familias entraba la pesca justita para su alimentación y vender en los pueblos vecinos, después de estar muchas veces faenando en la mar por más de 14h y 16h al día. Había que cambiar la situación, se propuso la muchacha, y consiguió fondos para dotar de motores las barcas de pesca. Cuando volvió al cabo de medio año, aparentemente nada había cambiado. -¿No han aumentado sus capturas, no ganan ahora más dinero, no han progresado? -preguntó afligida. -Amiga, le reconfortaron los vecinos, estamos encantados con su ayuda. Desde que tenemos esos motores antes obtenemos la pesca que necesitamos. Pasa, anda, que jugaremos una partida de dominó".

¿Contra el progreso? Sí, contra el progreso capitalista, como decía Delibes en su discurso de ingreso en la Real Academia Española hace 45 años, "de dorada apariencia pero absolutamente irracional".

P. Una de tus bestias negras son los transgénicos. Los defensores dicen que vosotros los críticos no sabéis de que habláis, que os negáis a los avances y que no usáis documentación contrastada, que sois irracionalistas o término afín y además, por si faltara algo, anticientíficos. ¿Puedes señalar algunos argumentos contrarios a los transgénicos que fundamenten tu posición crítica?

R. El argumento habitual de los críticos a los críticos, los anticríticos, es esgrimir que contribuyen contra el hambre, ¿no? Hay cuatro OGM cultivados masivamente: soja y colza toda para piensos animales, maíz mayoritariamente para lo mismo y el algodón que no se come. ¡Qué gran contribución contra el hambre! Como además son cultivos ‘a lo grande', monocultivos, no han generado ningún beneficio a los agricultores y agricultoras. Disculpa por ofrecer argumentos tan simplones.

P. No hay nada que disculpar. Lo simple concentra verdades.

R. Ahora tenemos dos nuevas contribuciones también muy significativas. Dedicar la soja y el maíz a agrocombustibles y cultivar patatas transgénicas para uso industrial.

¿Puedo seguir? Aún no lo sabemos, pero los residuos de estos OGM y sus pesticidas asociados, que de alguna forma y a poquitos entran en nuestro organismo, no son inocuos.

P. Hermanas en varios momentos la teoría o la apuesta por el decrecimiento y la filosofía del buen vivir de las comunidades indígenas de los países andinos. ¿Dónde ves el aire de familia de estas concepciones distantes aunque acaso no muy distintas?

R. Son hermanos, el caracol y la caracola, que buscan alternativas al modelo del crecimiento perpetuo, al modelo del corre corre. El caracol no quiere acelerarse para ver la vida pasar disfrutando de ella. La caracola sabe que si crece más se estrangularía a sí misma.

P. En la cuarta sección de tu libro -"Dime que es"- dedicas unas páginas muy hermosas a "Vía Campesina". ¿Qué representa para ti Vía Campesina? ¿Son soñadores? ¿No están cayendo en las bellas aguas heladas de la utopía?

R. Mejor que soñadores, son soñahacedores y soñahacedoras. El mundo rural, las gentes de los pueblos campesinos e indígenas miran al mundo con respeto y solidaridad. Se saben parte de la naturaleza. Y La Vía Campesina es la agrupación donde ellas y ellos sueñan y hacen. Nos explican alternativas que podemos adoptar, luchan por ellas con fuerza y sin temor: antes que nadie señalaron al capitalismo como él error a combatir, a la globalización como él espejismo que romper. Y mientras, resisten. Cada campesino que no cierra su finca, cada mujer que sigue en el huerto produciendo alimento, cada nueva ocupación del MST es una enseñanza.

P. ¿Qué papel juega la agricultura española, el campo español en general, en la economía de nuestro país? ¿Estamos suficientemente atentos a sus quehaceres y preocupaciones?

R. Como me explica mi amigo Eduardo Navarro, dirigente de la COAG, a los sindicatos agrarios, grandes luchadores frente al franquismo, la transición los olvidó. Se les obvió este estamento cuando se firmaron los Pactos de la Moncloa y su representatividad quedó muy mermada. Años después, cuando España traspasó las puertas de la Unión Europea dejo fuera la agricultura a pequeña escala. Y así, ‘todo para yermos' que canta Labordeta.

La Unión Europea ha puesto muchos recursos -normalmente más de la mitad del presupuesto anual- en la agricultura, consiguiendo asombrosamente que a más inversión, más despoblación, más desaparición de campesinas y campesinos, hasta quedarnos en porcentajes del 3-5% de la población activa. El saco del dinero tiene un agujero en el fondo.

P. ¿Podrías citar alguna experiencia de algún país que te parezca razonable, positiva, que en tu opinión señale senderos que deben ser transitados con urgencia?

R. Puedo citar experiencias, que hay muchas, en diferentes países. Bolivia ha iniciado entiendo que decididamente un proceso de Reforma Agraria. Venezuela muestra ejemplos de formación en agroecología y en Cuba se practica. Varios países africanos han bloqueado la entrada a los OGM en la ayuda alimentaria, al igual que países europeos se han declarado libres de OGM. Ahora falta cocinar todo en la misma cazuela.

P. Déjeme que casi acabe con una cita, seguro que te suena. "El joven que presentó la conferencia lo explicó: "La agricultura moderna con el uso de tantos insumos es muy dañina para el planeta. Aunque se produzcan muchos alimentos, sólo las grandes corporaciones o los grandes terratenientes se benefician de ellos. Por eso, a la vez que en nuestras regiones los pueblos se han despoblado, en los países del Sur la pobreza y el hambre han aumentado gravemente y precisamente en el medio rural. La reforma agraria que nunca se dio es ahora más necesaria que nunca porque la propiedad de la tierra se concentra cada vez en menos manos. Y los pequeños productores o las mujeres campesinas que resisten en los campos no pueden vender sus productos por la competencia que suponen los alimentos que llegan subvencionados del extranjero". "Es necesario -continuaba diciendo- recuperar la agricultura de pequeña escala, como la que la practica nuestro invitado, basada en la diversidad de los cultivos y con técnicas adaptadas a cada pequeña realidad local, que no hay patrones universales para esto. Queremos aprender de su forma de entender y de su forma de hacer". ¿Cometió muchos errores este joven en su presentación?

R. Mmmm, no sé, ¿le vamos a dar un aprobado? No, creo que es una buena ponencia que seguramente no le dejarán repetirla en otras escuelas de agronomía o veterinaria donde sólo te explican cómo aumentar la producción, reduciendo costes de personal y aumentando costes ecológicos. El productivismo es un transgen que nos han insertado, así que el primer paso es depurar nuestras mentes.

P. Acabo ya. Abres el libro con un fragmento de "El niño yuntero" de Miguel Hernández. En este año del centenario, ¿qué te parece más destacable del autor de "El rayo que no cesa", del poeta campesino por excelencia?

R. Sabiendo poco de la obra de Miguel Hernández y menos de poesía, leer o escuchar sus versos me llevan de viaje por un campo que castigado y ninguneado, con niños y mujeres yunteras esclavizados, no cesa, no se rinde. Y brotan la esencia necesaria de la reivindicación, de asumir en control. ‘Jaén, levántate brava'.

Sus versos son los imperecederos lemas de la Soberanía Alimentaria: Árboles que vuestro afán/ consagró al centro del día/ eran principio de un pan/ que sólo el otro comía.

Texto: Bolpress
Foto: cccb.org

Godelier, el antropologo economista


F. Xavier Iturralde

Maurice Godelier estará en Bolivia gracias al Agregado Cultural de Francia, Eric Rousseau y a su programa de la Universidad de Todos los Saberes de la Amazonía y Los Andes, UTLSAA, iniciativa de gran impacto. El antropólogo de los economistas con su muy interesante "Racionalidad e Irracionalidad en Economía" publicado en 1966, antes de mayo 68. El investigador de lo que uno da y de lo que uno vende y de lo que uno no puede dar ni tampoco vender, lo simbólico.

Apenas ingresado a la Escuela Normal Superior de Saint Cloud, "agrégé", es decir catedrático en filosofía, estuvo entre dedicarla a la medicina, matemática o economía, terminando en la última. Se inicia con Keynes, luego con el Capital de Marx, pero siempre inmerso en los modelos matemáticos y la gran discusión sobre la economía de mercado y la planificada. La gran pregunta de la racionalidad de los sistemas económicos lo absorbe y evidentemente la irracionalidad. Más que la discusión sobre el capitalismo y socialismo, se interesó por las sociedades existentes enmarcadas en uno de esos esquemas. En tal proceso estudia ¿cómo en África el capitalismo termina actuando sobre estructuras locales? Lo que resulta en la enseñanza de la antropología económica especialista en infraestructuras por encargo de Levi-Strauss.

Es así que se interesa en las transformaciones de la economía, pero sobretodo en las transformaciones sociales relacionadas con el desarrollo, directamente conectadas con la vida cotidiana y los problemas de la gente de acumulación, explotación y dominación. En esa vía escoge al pueblo baruya por su resistencia a los blancos como temido guerreros. Por lo que mide 560 parcelas, se pregunta quién trabaja para quién, por qué, quién tiene derechos sobre la tierra, de dónde vienen los primeros cultivos, con encuestas que las sistematiza, llegando a la conclusión que lo que los organizaba en su conducta, era la dominación masculina. Para Godelier lo principal eran las relaciones sociales, especialmente el del hombre con la mujer, las relaciones religiosas y las de parientes, la super estructura. Aspectos que convierten a las relaciones en muy complejas. En las que aparece el dinero como elemento corruptor. Recuerda que Marx dijo que el capitalismo conduce todo al frío interés destruyendo las ilusiones y los ideales, en la que todo se compra y se vende, base del rompimiento de la autosubsistencia, en la que cada uno depende de todos y todos de cada uno. Quedando al margen los objetos sagrados, lo que no se venden ni se compran.

El ejemplo, señala Godelier, es una constitución que no se compra ni se vende, aunque se intente comprar los votos para su redacción, corromper a la gente por intereses económicos. Algo es claro para él, en muchas sociedades el poder no siempre está ligado al dinero, sino más bien al prestigio, al conocimiento místico, a lo inmaterial. Es un privilegio recibirlo en Bolivia, gracias al incansable Rousseau.

Texto: Bolpress
Foto: canalacademie.com

sábado, 27 de marzo de 2010

¿Tiempos de cambio?


El escándalo de "San Cristóbal"

Andrés Soliz Rada

El Ministro de Minería, José Pimentel, reveló que la empresa minera “San Cristóbal” (MSC), genera ganancias por mil millones (MM) de dólares al año y tributa 35 MM. (“La Razón”, 17-03-10). Utiliza 50.000 metros cúbicos de agua por día. MSC está en la casi desértica provincia Nor Lípez de Potosí. Los 35 MM no cubren el costo del agua para uso doméstico en el cercano norte de Chile y mucho menos para uso industrial. Por tanto, la tributación de MSC se reduce a cero, ya que no paga por el agua que utiliza. MSC es uno de los yacimientos de plata, zinc y plomo más grandes del mundo. Comenzó a ser explotado en julio de 2007, en el gobierno de Evo Morales. Es una mina a tajo abierto, es decir se usaron explosivos para abrir boquetes de 1.5 a 2 kilómetros de diámetro y 300 metros de profundidad.

En zonas áridas y desérticas, el agua es el recurso más valioso. En 20 años de contrato, lapso en el que se agotarán las reservas, MSC extraerá 240 MM de toneladas de mineral, mediante el uso de 292 MM de metros cúbicos de agua. Sólo el 18 % de esa agua es reciclada. La reposición de las aguas fósiles (depositadas hace 10.000 años) tardará seis décadas, desde que cese el bombeo, dice Jorge Molina. La contaminación ácida de aguas superficiales y subterráneas arrastra aluminio, arsénico, cadmio, cobalto, cobre, hierro, manganeso, níquel antimonio y zinc. Provoca sequía en fuentes y bojedales, además de la muerte de flamencos, pájaros y otras aves, advierte Robert E. Moran. MSC no quiso entregar a este experto, contratado por entidades campesinas de la zona, datos sobre el agua que consume. Recibió, en cambio, simulaciones computarizadas de ojos de agua que serán canalizados a futuro. MSC monitorea sus datos. La fiscalización estatal es inexistente.

Evo visitó MSC en 06-09. Indicó que se sentía feliz de lo que veía (Iturralde, 2009:1). Anotó que “Bolivia respeta a las empresas extranjeras y dijo estar sorprendido por el trabajo que realiza la empresa...”. Dio todas las garantías en temas de seguridad jurídica. (EFE, 26-06-09). Dos meses antes, El 22-04-09, la ONU declaró a Evo “Héroe y Defensor de la Madre Tierra”, por promover el “Día Mundial de Defensa de la Tierra”. El 22-03-10, recomendó que “el agua sea parte del derecho humano de los pueblos”. Gracias a su iniciativa, ahora existe el “Día Internacional del Agua”. Ha convocado en Cochabamba a la “Conferencia Mundial de los Derechos de la Madre Tierra”, para abril próximo.

El contrato con MSC se firmó con Appex Silver, compañía registrada en las Islas Caimán. Su inversionista institucional fue George Soros. La “Soros Found Management” financia la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL), para la que trabajó Juan Ramón Quintana, antes de ser el ministro más influyente de Evo. Otra ONG de Soros, “Open Society”, busca despenalizar la hoja de coca. En enero de 2009, la japonesa Sumitomo compró a la Appex su paquete accionario. La representante de la ONU en La Paz, Yoriko Yasukawa (nacida en Japón), dijo que, “en varios aspectos, Bolivia ya ejerce el liderazgo internacional en defensa del medio ambiente” (La Prensa, 23-04-09).

Pimentel indicó que no fue posible aprobar un impuesto a las utilidades mineras, ya que, si ello sucede, las empresas declaran pérdidas, como aconteció en gestión pasada. Explicó que si se aumenta la tributación se perjudicará a las cooperativas, ya que los impuestos deben ser universales (“La Razón”, 17-03-10), como si no fuera posible incluir un artículo que separare a cooperativas de compañías que ganan 1.000 MM de dólares al año y tributan, según el Ministro, 35 MM, además de recibir elevadas subvenciones por el agua, mientras destruyen el medio ambiente.

Texto: Rebelión
Foto: elpotosi.net

Comienza un ciclo de ferias agroecológicas


(SENA Fobomade).- La plaza Señor de Mayo del municipio de Achocalla del departamento de La Paz fue escenario de la primera feria de alimentos orgánicos cultivados en pequeña escala, dando inicio a un ciclo nacional de ferias agroecológicas en los nueve departamentos del país con el objetivo de fomentar el intercambio entre pequeños productores campesinos y consumidores sin intermediarios, y promocionar el consumo de frutas, verduras y otros alimentos ecológicos.

Achocalla es un valle alto situado a pocos kilómetros de la sede de gobierno, donde se produce aproximadamente el 20% de las verduras que se consumen en las ciudades de La Paz y El Alto.

La Asociación de Fruticulturas y Productoras de Hortalizas de Achocalla (AFLOPHA) y la Asociación de Carpas Solares de Hortalizas de Achocalla (ACSHA) cultivan rábano, zanahoria, nabo, acelga y apio, entre otros productos.

"Me llamó la atención ver un valle cerca de El Alto, donde se cultivan productos ecológicos en pequeña escala, con el esfuerzo de las hermanas productoras y el interés del Alcalde", destacó la ministra de Desarrollo Rural y Tierras Nemesia Achacollo en la inauguración de la feria "Bio Achocalla", en la que participaron la Nuez Amazónica, AFLOPHA, Flor de Leche y chocolates CEIBO, entre otros expositores.

La feria agroecológica fue organizada por la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), con el apoyo del municipio de la región y del gobierno nacional. La AOPEB es la principal impulsora de la Ley 3525 que regula y promociona la producción agropecuaria y forestal y no maderable ecológica en el país.

Los agricultores de Achocalla riegan sus cultivos con agua de vertiente y realizan un control orgánico de plagas, destacó Carmen Sotomayor, gerente de AOPEB. El municipio de Achocalla, en coordinación con AOPEB, está desarrollando un sistema de Certificación Participativa que permitirá al consumidor paceño identificar los productos ecológicos de la región.

"Como municipio estamos apoyando a los productores y productoras ecológicas, además pronto tendremos un camino asfaltado hacia Achocalla que permitirá a los paceños llegar en 15 minutos a estos centros de producción", informó el Alcalde de Achocalla Carlos Torrez. "El propósito es convertir a Achocalla en un municipio ecológico", agregó Sotomayor.

"Producimos lechuga, rabanito, acelga y apio para vender en El Alto, y también consumimos mucha ensalada", comentó orgullosa Nieves Mamani, quien hace cuatro años se dedica a la producción de hortalizas. "Necesitamos el apoyo de las autoridades para vender nuestros productos directamente a los consumidores", dijo la representante de AFLOPHA "Ajjawir Imilla", Teodora Quispe.

No es conveniente producir alimentos lejos de los centros de consumo y tampoco comercializarlos a través intermediarios: "Ganamos mucho más cuando el consumidor se traslada a las zonas productoras y obtiene productos frescos, ahorra en precios y fomenta la relación directa productor consumidor", aseguró la integrante de AOPEB María Julia.

La ministra Achacollo anunció que los Ministerios de Desarrollo Productivo, de Salud y Desarrollo Rural y Tierras trabajarán de manera conjunta en la promoción de los valores nutritivos de los productos ecológicos para que la gente "poco a poco deje de consumir productos que dañan su salud".

"Nuestro compromiso es promover la producción de alimentos orgánicos y ecológicos para que la población coma productos sanos, nutritivos y netamente orgánicos", dijo la ministra Achacollo y se comprometió a apoyar a los pequeños productores a través de las unidades descentralizadas del Ministerio a su cargo.

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras dispone de ocho millones de dólares para financiar programas y proyectos de pequeños productores en municipios y prefecturas con el fin de garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria nacional.

Según Achacollo, se instalarán ferias estatales permanentes en las nueve capitales de departamentos, en ciudades intermedias y en localidades fronterizas, en alianza con prefecturas y municipios, en el marco de las políticas nacionales destinadas a garantizar la soberanía alimentaria.

La Constitución Política del Estado (CPE) establece que la seguridad y la soberanía alimentaria de la población es uno de los objetivos prioritarios de la forma de organización económica estatal (Artículo 309); es una acción prioritaria de la política de desarrollo rural integral sustentable (Artículos 405 y 407), y es uno de los principios que rigen la negociación, suscripción y ratificación de tratados internacionales (Artículo 255).

La Ministra Achacollo reconoció que es obligación del Estado fortalecer a las asociaciones productivas ya existentes; rearticular a comunidades de tierras altas y bajas; buscar la complementariedad entre estructuras agropecuarias tradicionales y agroindustriales, y desarrollar el mercado interno con la creación de un sistema de información de precios, márgenes de intermediación, proveedores, servicios financieros, insumos, demanda, oferta, compras estatales, tecnología, formación, oportunidades de trabajo y de inversión.

El potencial de la agricultura en pequeña escala

Hasta hace poco se creía que las pequeñas fincas familiares eran improductivas en comparación con los cultivos agroindustriales a gran escala. Sin embargo, decenas de investigaciones y estudios científicos recientes demuestran que las pequeñas unidades productivas son menos depredadoras y más rentables que los monocultivos a gran escala, porque utilizan de manera más eficiente la tierra, el agua, la biodiversidad y otros recursos agrícolas.

El Informe Evaluación Internacional 2009 del Papel del Conocimiento, Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD), elaborado por más de 400 expertos de 15 países, concluye que las granjas pequeñas son las más adecuadas para aliviar el hambre en el mundo y garantizar el desarrollo sostenible.

La pequeña producción agroecológica usa compost u otras materias orgánicas (estiércol, abonos verdes, cultivos de cobertura) en lugar de fertilizantes químicos; realiza controles biológicos de plagas, evitando pesticidas químicos; practica la "cosecha" de agua para conservar la humedad del suelo y prevenir la erosión y lixiviación de nutrientes; y cultiva una variedad amplia de especies adaptadas al clima local en agroecosistemas diversificados menos vulnerables a los eventos climáticos extremos.

El Estado Plurinacional de Bolivia y la política de desarrollo rural integral sustentable protegen, fortalecen y fomentan la economía familiar y comunitaria de pequeños productores agropecuarios como alternativas solidarias y recíprocas en el área rural y urbana para que contribuyan al desarrollo económico y social del país. (Artículos 334, 255 y 311, 405 y 406 de la CPE)

El Estado Plurinacional reconoce, respeta, protege, fortalece y promueve la forma de organización económica comunitaria que comprende sistemas de producción y reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y pueblos indígena originario y campesinos. (Artículos 47 y 307)

La nueva Constitución manda apoyar a las organizaciones de economía comunitaria para que sean sujetos de crédito y accedan al financiamiento; y les otorga preferencias en las compras del Estado. (Artículos 255, 334 y 336)

La pequeña agricultura campesina e indígena comunitaria sustenta varios proyectos de industrialización, comercialización y encadenamientos productivos previstos en el Plan quinquenal de desarrollo agrícola del gobierno boliviano, todos ellos diseñados para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria y la producción agroecológica.

El gobierno diseña un Plan de Fomento a la Producción Ecológica/orgánica para asistir a iniciativas productivas mediante varios programas destinados a concretar todas las políticas, estrategias y acciones en pos de la seguridad y soberanía alimentaria.

El programa CRIAR (Creación de Iniciativas Alimentarias Rurales) fomenta la producción de alimentos para consumo local; el programa EMPODERAR (Emprendimientos Organizados para el Desarrollo Rural Autogestionario) desarrolla capacidades productivas agropecuarias, agroforestales y otras; y el Programa Alimentación y Nutrición Escolar busca efectivizar el Derecho Humano a la Alimentación en zonas urbanas, periurbanas y rurales pobres.

Texto: Bolpress

viernes, 26 de marzo de 2010

Los Quiebres de Jessica Jordan


Ismael Guzmán

Estamos hablando de rupturas sociopolíticas en el departamento del Beni, podría decirse, un efecto JJ (Jessica Jordan). El irle bien o mal a la candidata a gobernadora por el MAS, Jessica Jordan, está supeditado al punto de vista de quien lo vea: para muchos el merecimiento de este calificativo tendrá lugar sólo si la referida candidata gana la elección este 4 de abril; pero otros otorgarán tal calificativo incluso si queda en segundo lugar, puesto que ello implicaría superar a uno de los dos partidos que tradicionalmente controlaron el poder político en la región, es decir, o al MNR (que probablemente tenga al Beni como único enclave nacional), o a lo que antes fue la ADN, luego derivada en PODEMOS y hoy aglutinada en la agrupación ciudadana Primero el Beni, cuyo candidato es, Ernesto Suárez Satori.

En cuanto a lo que en realidad nos ocupa en esta nota; las rupturas…, una de ellas está referida al efecto generado por la candidatura de Jessica Jordan. Su postulación y las expectativas sociopolíticas generadas en torno a este hecho, conlleva implícitamente un impacto desestructurante en el círculo de familias que desde el sistema al que podríamos denominar “oligopolio político”, han manejado patrimonialmente el poder en el departamento.

Corresponde indicar que Jessica Jordan no es ajena a las élites económicas de la región, sin embargo no forma parte de ese entorno interfamiliar que tradicionalmente detenta el poder. Subrayamos este efecto político debido a que su candidatura, pese a ser postulada por un partido no tradicional entre un electorado tradicionalmente conservador, al parecer no es un simple intento por perturbar el brillo de victorias tradicionales, por el contrario, pareciera estar disputando adhesiones y legitimidad de representación incluso al interior del sector de poder económico que tradicionalmente fue la base de sustento del señalado círculo interfamiliar que retuvo para sí el control político.

Por tanto, la sola presencia de esta candidata en la terna electoral, constituye un principio de ruptura del orden político que no pasará desapercibido, puesto que en los hechos puede implicar el inicio de un proceso de insubordinación de otras familias de la élite regional, o incluso, puede desembocar en la desestructuración definitiva del referido oligopolio político imperante en la región, y ello sí que constituiría un quiebre de las estructuras de poder en el Beni. La experiencia pasada de elección de prefecto fue distinta debido a que el candidato del MAS de entonces fue un actor ajeno a esta trama de poder y los resultados electorales más o menos reflejó lo tradicional.

Una derivación del sistema de ejercicio de poder en el Beni, son los liderazgos prefabricados tan típicos en la región, donde la postulación de Jessica no constituye ruptura alguna, puesto que ella misma es el resultado de estrategias políticas ajenas a sus méritos personales, de modo que su candidatura no conlleva la construcción sistemática de un liderazgo político propio, sin desmerecer desde luego algunas dotes propias observadas en su campaña. En contraposición, desde el movimiento indígena en el Beni, sí existen liderazgos en emergencia cuya proyección es una construcción lenta y esforzada, porque responden a procesos relativamente lentos y porque los espacios de participación política aún están protegidos por barreras sociales, institucionales e ideológicas.

Una segunda ruptura estructural en las relaciones sociopolíticas de la región generadas a través de la candidatura de Jessica, lo constituye su condición de mujer. Si colocamos esta situación en el escenario de una sociedad profundamente patriarcal como es la del Beni en todos sus extractos sociales, la incorporación de una candidata mujer al más alto cargo político a nivel departamental, constituye un acontecimiento que probablemente esté generando un fuerte impacto en la estructura sociocultural de la sociedad regional y por tanto representará en ese sentido una ruptura fundamental. Obviamente que una sola experiencia de este tipo no necesariamente representa un indicador de cambio consumado, pero sí constituye un germen que dependiendo de los acontecimientos, decisiones y estrategias posteriores, puede dar continuidad a un proceso en este sentido.

Aun quedan pendientes muchas rupturas, sin embargo actualmente la región está inmersa en un proceso de ruptura relacionado con la histórica exclusión política de sectores sociales significativos como los indígenas y campesinos, pero este no es un quiebre de Jessica, al contrario, ella misma es beneficiaria de este proceso. Por tanto es justo esperar que, independientemente si gana o no la elección a la gobernación este 4 de abril, desde el rol que le toque jugar en lo posterior, ella contribuya en la ruptura de los mecanismos de exclusión sociopolítica históricamente desarrollados por la sociedad oficial a través del patrimonialismo político establecido en el Beni.

Texto: CIPCANOTAS
Foto: mirabolivia.com

Se rifa la madre tierra en la oferta electoral


Alicia Tejada Soruco

Ascensión de Guarayos.- El ruido de las campañas y referéndums que abarcaron los últimos cuatro años, tienen ahora en los pueblos vida propia: Con sus personajes locales y problemas cotidianos y con la recurrencia de idénticas promesas, el cuatro de abril Guarayos elegirá a sus alcaldes. Las caravanas de cinco diferentes tiendas partidarias elevan a su paso el polvo rojizo de las calles, y los vehículos que las componen, algunos cuestan hasta sesenta mil dólares, marcan los contrastes entre los pueblos que tienen que morir para que el "progreso" nazca.

Personajes políticos conduciendo sus 4X4; gigantescos "banner" que reemplazan a los afiches tamaño oficio de otrora; shows en los que se despliegan fuegos artificiales, danzas, rifas de ovinos, alcohol y promesas de igualdad, convocan a multitudes; a esas multitudes pequeñas de los pueblos chicos, alrededor de la plaza.

Hay fiesta en el pueblo mientras que en los bosques se cierne la amenaza de la muerte; las moto sierras no han dejado de rugir, ni se han detenido un solo instante los gigantescos engranajes en su tarea de echar abajo la "Casa Grande" de los Gwarayú.

De seis candidaturas, dos únicamente no han incorporado a los llamados "madereros", "pirateros" o "consultores forestales" en franja de seguridad o como alcaldes. Esto también es una repetición de la misma historia sobre los poderes locales vinculados a capacidades económicas y a la tierra en oferta. Nada en política es diferente hoy.

En los últimos cincuenta años el sector maderero en Guarayos se encargó de la extracción de la mara, el cedro y de otras especies valiosas hasta extinguirlas en su valor económico; incentivo de la debilidad estatal del ex CDF, que le dio al sector la posibilidad de capitalizarse e industrializarse.

Las condiciones de intervención del bosque, después de medio siglo, continúan siendo las mismas aunque multiplicadas en número: Aserraderos, moto sierras, skyders; máximos exponentes de la intervención primaria, continúan como los dinosaurios del siglo XXI, sin una sola industria forestal instalada.

Hay treinta aserraderos registrados en la provincia Guarayos. Una inspección realizada el mes de marzo del presente año a 16 de éstos con la finalidad de recabar sus registros de abastecimiento de materia prima del año 2009, dio como resultado que, los 16, han cometido irregularidades por la que la Autoridad Boliviana de Bosques y Tierras (ABT) les ha impuesto multas que ya han sido impugnadas por los infractores locales.

La ausencia de políticas sectoriales de valoración del bosque y de prevención sobre los efectos del mercado informal ante recursos de extraordinaria plus-valía en éste, ha derivado la última década no solo en una presión mayor sobre otras especies de madera sino en el avance de la frontera agrícola sobre tierras forestales: La ABT en Guarayos encara también hoy 38 sumarios administrativos por desmontes ilegales que en el año 2009 ascendieron a 27000 hectáreas, superficie que se suma a las 45.000 hectáreas acumuladas en las pasadas gestiones.

Frente a ello, el Estado sólo se limita a multar y a "defenderse" de los procesos de quienes incurren en ilegalidad forestal. El reino del procedimiento alambicado en los bosques de Guarayos se ha instaurado. La capacidad de prevención y fiscalización es casi nula.

Para Rudy Guzmán, actual ejecutivo de CADEFOR y autor de estudios sobre bosques en Bolivia, la incapacidad de detener estos atentados contra los bosques de Guarayos desde instituciones estatales, tiene varias causas y una de ellas es la vocación recaudadora de la ABT: "El desmonte y el correspondiente pago de una patente que lave y purifique el pecado y la infracción que implica el cambio de uso de suelo, se ha exacerbado, por tanto, cuanto más desmonte, más posibilidades de recaudación, más posibilidades y más sencillas formas de obtención de madera a través de aprobaciones de exagerados e inexistentes volúmenes de madera, más posibilidades de emisiones de CFO como cheques en blanco que pueden ser comercializados en el mercado negro para legalizar adera proveniente de otros lugares no autorizados, etc.", argumenta Guzmán.

El Régimen forestal de la Nación que se diseñó durante casi una década de consultas con todos los actores y movimientos sociales de las Tierras Bajas de Bolivia (1990-1997), dio por sentado que por los bosques ya transitaba y transitaría el mercado y para prevenir sus distorsiones incorporó algunos mecanismos preventivos y de control, incluyendo los referidos a la aplicación de los derechos indígenas y al derecho administrativo evitando así se diluya la responsabilidad por el control.

Uno de los mecanismos de control en el bosque son los CFO; (certificados Forestales de Origen): Quienes poseen áreas de aprovechamiento forestal otorgadas por el Estado los utilizan para registrar y así demostrar al Estado (a todos nosotros) qué madera, en qué volúmenes, y en qué estado están extrayendo. Estos registros son firmados por los ingenieros forestales del país, que tienen la fe pública, otorgada a través de la ley 1700. La no utilización o la falsedad en la utilización de estos se entiende entonces como un procedimiento que atenta contra la conservación de los bosques de Guarayos porque nos impide conocer lo que está pasando al interior de los mismos.

Para Guzmán los CFO cumplieron su ciclo hace un buen tiempo porque la ilegalidad no descansa y ha buscado la forma de vulnerar esta herramienta, explica: "Hay otras herramientas que han sido desarrolladas en otras partes del mundo porque la extracción ilegal de madera no es únicamente patrimonio boliviano, esta en todas partes. Para ello, el uso de código de barras para hacer el seguimiento o trazabilidad de las trozas, amarrado a códigos específicos del área geo referenciada autorizada, es una de las opciones".

Según el Ingeniero Franklin Caro, responsable de la Autoridad de Fiscalización de Bosques y Tierras, (ABT) en Guarayos, toda la confianza de esta institución se basa en la fe pública otorgada a los ingenieros forestales que ejercen dicha profesión en el área: "A ellos el Estado les ha confiado esta responsabilidad y en su firma que ponen en ese Registro (CFO), tenemos el mandato legal de confiar", aseguró.

Madereros de la zona que solicitaron mantener su nombre en reserva nos aseguraron que una visita a las operaciones forestales de manejo indígena y elegidas al azar daría como resultado que en el 70% de éstas no ocurre aprovechamiento forestal por lo que los certificados forestales de origen (CFO), firmados por los ingenieros forestales y propietarios del área, se estarían vendiendo, para extraer madera de otros lugares, no autorizados o para desmontes ilegales, incluso fuera de Guarayos. Esta información no fue confirmada ni desmentida por el responsable de la ABT en Guarayos quien argumentó la duda explicando que no se han realizado inspecciones de campo, ni a las comunidades de estas áreas para confirmarlo, debido a la falta de presupuesto y de personal de un área tan crítica como la que le cabe gestionar. "Los procesos nos pisan y apenas tenemos un abogado en Santa Cruz", afirmó como ejemplo de ello.

El negocio de venta de CFO ya no es tan bueno, nos relató un joven vinculado a la actividad en Guarayos, hasta hace dos años los vendían a $us 800 pero desde que los indígenas manejan CFO, los regalan, relató. Este supuesto implica que, aún con el bajo precio actual de los CFO, ($us 200 a $us 400), cualquier individuo que posea autorización de manejo forestal o desmonte, si tiene la posibilidad de acceder a 100 CFO, sin moverse de su escritorio y sin mover un solo hombre para custodiar el bosque bajo su responsabilidad, habrá obtenido ingresos que oscilan entre 20000 y 40000 dólares americanos.

"Mas de 4400 Certificados Forestales de Origen (CFO), herramientas de control forestal que respaldan el transporte de madera en troza y aserrada fueron entregados a cargo de instrumentos de gestión forestal o planes de manejo aprobados por la ABT, la mayoría para superficies relativamente pequeñas pero que reportan entre 25 y 50 m3 de madera extraíble/ha. Volúmenes absurdos, niveles de extracción impensables para los bosques de Bolivia, pero aprobados por la institución encargada de los bosques.

Dichos CFOs fueron emitidos en dos meses, es decir noviembre y diciembre (mas de 270 mm de precipitación en los dos meses) del año pasado, durante un periodo de mucha lluvia donde la extracción y transporte de trozas es extremamente limitada. Entonces, lo primero que hay que hacer es una investigación profunda a los funcionarios que aprueban este tipo de instrumentos con esos volúmenes irreales de extracción, porque de ahí parte el problema, aseguró Ruddy Guzmán.

Ovidio Roca Ávila, quien fuera responsable del Desarrollo Institucional de la extinta superintendencia forestal de Bolivia coincide con señalar que existen señales preocupantes de que la informalidad paga bien pero analiza también otra dimensión: "El problema central hoy es el ambiente de inseguridad que se ha creado, Manejo requiere seguridad en el largo plazo, treinta o cuarenta años al menos, y si eso no se da, no es posible invertir en manejo (...) Ellos, primero no tienen seguridad para sus concesiones forestales y segundo no necesitan demostrar manejo como antes para que les compren su madera, existe un mercado informal, chino y otros, que no les interesa el manejo, ni la certificación, el resto de los compradores formales han disminuido radicalmente su demanda, opinó Roca.

El responsable de la ABT, afirma que "Los indígenas son considerados por sus superiores como el pilar de la conservación de los bosques en Guarayos". Sin embargo para éstos "Los bosques de Guarayos se han convertido en un espacio habitado por otros actores: Veinticuatro horas al día entran y salen de allí, cientos de "motosierristas", maquinistas, camiones, "comercializadores" según afirmó el profesor Severiano Abacai, presidente de la CEPIG quien junto a Ambrosio Yaboo, presidente de la CCC además concluyó en que la única solución posible ahora es suspender todas las autorizaciones de manejo forestal indígena en la TCO, puesto que a los que menos benefician éstas es precisamente a ese sector. Sobre otro de los pilares en los que se basó el régimen forestal de la Nación, la empresa, Roca reflexiona que, frente a la inseguridad, seguramente muchos empresarios también se ven obligados a participar en el mercado informal para recuperar sus inversiones, antes que otros entren y "pirateen" sus concesiones.

Lo cierto es que se consideren o no pilares del régimen ambos actores, hay también un área de más de un millón de hectáreas de bosques otorgadas a éstos y con operaciones basadas en la fe pública de sus ingenieros forestales, éstos últimos sin sanción ejemplarizadora alguna, a pesar de tantas y probadas irregularidades.

Doña Trinidad Vaca, dirigente de la federación de Trabajadores Campesinos complementa la expresión de un malestar generalizado en todos los sectores vinculados al área forestal afirmando que los trabajadores de campo de los madereros nunca tuvieron ninguna protección laboral ni seguro contra accidentes; "ellos son jornaleros, moto sierristas y chóferes, aquí no hay empresa forestal que les asegure mejores condiciones ni de los Karai ni de los indígenas, y además algunos trabajadores son muy jóvenes, 13 o 14 años, y se auto explotan y aturden con alcohol y con sus rostros hinchadas por la coca que les introducen hasta con un ítem que cobra como "vicio" en las comunidades, afirmó Vaca.

Como contraparte, una nueva generación de comerciantes forestales (de madera, de CEFO, de prestación de servicios con maquinarias, de consultoras forestales), en menos de cinco años de "ejercicio honesto de sus cargos", tienen casas, vehículos, maquinaria y hasta propiedades ganaderas con valores económicos que exceden en cientos de miles a sus ingresos normales.

El 4 de abril se elegirán a las "autoridades" de Guarayos. La autoridad deviene del cumplimiento a la ley es un principio que no parece estar claro para muchos de quienes participan en estos nuevos comicios y en estas tierras. Líderes del cambio Departamentales y nacionales, de todos los colores políticos eligen precisamente como sus pares locales a los que puedan "pagarse" una campaña a costa de la destrucción de los bosques y la cuenta la pagamos los bolivianos y la humanidad toda. ATS,marzo 2010,Guarayos, Bolivia.

Texto: Bolpress
Foto: El Nuevo Día

jueves, 25 de marzo de 2010

miércoles, 24 de marzo de 2010

“Pocas ONG se atreven a cuestionar su rol en el desarrollo de los países pobres”

Entrevista: Sol Ortega / Intermón Oxfam a Antonio Rodríguez Carmona
Octubre de 2008

Rodríguez Carmona es autor de El proyectorado, donde sostiene que la concesión de ayuda, la principal respuesta del Norte al problema de la pobreza en el Sur, ha socavado la institucionalidad de los países empobrecidos agudizando su dependencia externa. Y pone a Bolivia como mejor ejemplo para ilustrar este fenómeno.

Cuéntenos un poco sobre la génesis del libro: ¿cómo nació la idea de hacer un libro sobre la cooperación para el desarrollo en Bolivia? ¿Cómo surgió esta relación tan estrecha con el país latinoamericano?

La idea surgió tras más de ocho años como cooperante en Bolivia, un periodo en el que el país cambió radicalmente. Cuando llegué, estaba en el poder Hugo Banzer. Luego, tras la Guerra del Gas, en octubre de 2003, asumió Carlos Mesa. Finalmente, Evo Morales ganó las elecciones de 2005. En todos esos años, me fue cambiando la mirada. Fui viendo cosas que, al principio, no percibía. Por ejemplo, la estructura social de las comunidades, la lógica de la reciprocidad andina, la dignidad que subyace en muchas muestras de pobreza.

Empecé también a ser más consciente del papel que la cooperación desempeñaba realmente en el país, de los errores repetidos una y mil veces, de los proyectos convertidos en “elefantes blancos”, de los informes que rinden cuentas de actividades realizadas pero no son capaces de probar resultados reales, de la montaña de cosas que no se cuentan. Y tuve la sensación de que los proyectos de cooperación eran no más “parches”, que no arreglan los problemas de fondo, pero mantienen todo un sistema de pegas (empleos) de coordinadores, contables, técnicos de campo, evaluadores, consultores. El cooperante extranjero goza además de múltiples privilegios en Bolivia en medio de la pobreza. Al final, uno se pregunta: ¿Quién es el principal “beneficiario” de la ayuda? ¿Ellos o nosotros? Inevitable compartir estas inquietudes con los colegas de profesión.

Cuando estalló la Guerra del Gas en octubre de 2003, participé en las marchas como un vecino más de Sopocachi, el barrio donde vivía en La Paz. Salimos a la calle para protestar por la represión del gobierno de Sánchez de Lozada, por los más de sesenta muertos, y sentí que, por primera vez, estaba haciendo algo de verdad por cambiar las injusticias estructurales del país. Es decir, el problema de la pobreza es un asunto más bien político y no tan técnico como creí al llegar en 1998. Entonces, ¿cuál debería ser el papel de la cooperación? Creo que el libro sistematiza muchas de esas charlas y reflexiones compartidas con varios compañeros en La Paz.

En su libro afirma que la ayuda para el desarrollo fomentó la dependencia y una gobernabilidad débil en Bolivia hasta mediados de esta década. ¿Percibe una autocrítica de las ONG al respecto?

Creo que las ONG y los cooperantes son conscientes de las enormes limitaciones que tiene su trabajo. Todos. Lo que varía es la actitud ante esa realidad y la capacidad de autocrítica. Hay chavales jóvenes que llegan con buenas intenciones y cometen errores sin darse cuenta. Hay veteranos que saben mucho y aprovechan el margen para apoyar procesos interesantes. Pero también hay cooperantes prepotentes que refugian su inseguridad en el poder formal del marco lógico. Nunca reconocerán sus errores. Otros trabajan como mercenarios, saltando de un país a otro, sin un compromiso con la realidad. Cuando pasan los años y ves con tus ojos que la cooperación no cambia las cosas, es muy fácil caer en el conformismo o incluso en cinismo.

Hay de todo, pero predomina un tipo de cooperante-funcionario, que prefiere no hacerse demasiadas preguntas. Porque si uno se cuestiona las cosas, se plantea seriamente dejar la cooperación.

A nivel institucional, las ONG tienen aún menos margen de autocrítica. Criticar el sistema de la cooperación significa cuestionar la máquina de hacer proyectos y apalancar fondos para subsistir. Más madera, como dirían los hermanos Marx. Son pocas las ONG que tienen la valentía de cuestionar su rol en el desarrollo de los países pobres, o de plantear relaciones horizontales con sus contrapartes. De reconocer, por ejemplo, que han sustituido al Estado en la prestación de servicios básicos. O que han creado estructuras paralelas que deterioraron los gobiernos municipales. Más fácil resulta defender el discurso de que, gracias a ellas, las poblaciones rurales y marginales cuentan con agua potable o posta sanitaria. ¿Pero qué pasa cuando el proyecto se va? ¿Por qué nunca se cuenta esa parte? Si no hay institucionalidad pública del Estado, ¿cómo se mantienen? El poder de las ONG reside en la intermediación, y no es tan fácil ponerse al servicio de las necesidades y procesos de las instituciones locales. Creo que muchas ONG están atrapadas en la trampa de la supervivencia. Por no decir la mayoría. No hay que olvidar que el proceso de cambio ha sido protagonizado en Bolivia por los movimientos sociales. Las ONG han ido a remolque del proceso.

En su libro se desprende que el trabajo de las ONG ha sido muy funcional a los gobiernos neoliberales anteriores a Morales, ¿Cuál cree que es la percepción que tiene el gobierno actual sobre la labor de las ONG en Bolivia?

Desde que Evo Morales llegó al poder, la relación del país con la cooperación ha cambiado. El discurso anti-neoliberal y descolonizador del Movimiento al Socialismo (MAS) sumió en el temor y la incertidumbre a muchas agencias de cooperación bilateral ¿Afectaba ese discurso también a las ONG? ¿Eran las ONG parte del problema o parte de la solución a la pobreza? Hubo un debate muy intenso en el seno del gobierno entre partidarios y detractores de las ONG. Al final, triunfó la vía pragmática que las consideró organizaciones que podían ser también instrumentalizadas, reconducidas, por el proceso de cambio. De hecho, varios de los miembros del actual gabinete proceden de CEJIS, una ONG especializada en temas de tierra y territorio. Pero no se puede hablar de las ONG como un todo. Las ONG que desempeñan un trabajo político de acompañamiento de movimientos sociales han tenido un papel importante con este gobierno, en temas como asamblea constituyente, tierra y territorio, defensa de recursos naturales (hidrocarburos, agua, bosques, biodiversidad), organizaciones indígenas. Las ONG vinculadas a fondos norteamericanos que han apoyado un trabajo de oposición ideológica, fortaleciendo los intereses políticos de los dirigentes de la Media Luna, han sido muy cuestionadas por el gobierno e incluso expulsadas de sus áreas de intervención. Ahí están los dos extremos.

¿Y cuál es la percepción actual de la sociedad civil boliviana sobre las ONG?

Lo primero que habría que preguntarse es qué es sociedad civil. Tengo la sensación de que no es un concepto que se use en Bolivia. Si hablamos mejor de movimientos sociales, ellos ven a las ONG como un mal necesario. Una importante fuente de ingresos, capaz de cooptar a líderes o de convertirlos en funcionarios desligados de las bases. De algún modo, eso ha podido pasar en organizaciones como la Central de Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) o la Comisión de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (CIOEC-B), entre otras. Siguen cumpliendo un rol político, pero sus estructuras se han “oenegizado”.

Si hablamos de sociedad civil desde la óptica de la clase media, entonces las ONG (y a la cooperación en general) siguen representando una estupenda fuente de empleo estable, bien remunerado. En un país con una tasa tan elevada de subempleo, precariedad e informalidad laboral, tener un trabajo estable es un lujo. En este sentido, el “proyectorado” sigue vigente. Aunque también hay que señalar que el gobierno del MAS está introduciendo algunas cambios culturales para terminar con ese fenómeno. Por ejemplo, las tarifas de las consultorías de la cooperación han bajado notablemente y se acercan más al estándar nacional. Pero son varias generaciones de profesionales acostumbradas a hacer proyectos con fondos de ayuda extranjera. Eso no se cambia en dos días, ni en una legislatura.

¿Cuál es el rol que deberían cumplir las ONG ante el escenario actual del país andino? ¿Mantienen un rol de actores políticos dentro del orden social?

Es una buena pregunta. Ojala se la planteen a fondo muchos responsables de ONG. En el nuevo contexto nacional, con una agenda política más nítida y mayor dotación de recursos públicos, la cooperación debería jugar un papel de acompañamiento. Volver a su papel natural: cooperar. No definir, protagonizar ni inducir procesos, como hizo en el pasado. Hoy en día la ayuda al desarrollo significa un 6% del PIB boliviano, frente a un 15% de la renta petrolera o un 6,5% de las remesas. Ése debe ser su lugar, ser una fuente complementaria de financiación del desarrollo. Si la cooperación se somete a las políticas públicas y a la institucionalidad del país, podría dar su mejor talla.

En cuanto a las ONG, deberían apoyar la inserción política, social y económica de los sectores desfavorecidos. Es decir, campesinos, indígenas, trabajadores/as informales de zonas periurbanas, desempleados/as, personas sin techo, sin tierra, y todos los otros colectivos excluidos del sistema. Esa tarea cuenta con un gobierno sensible y favorable a las luchas de los pobres, un gobierno con un discurso ambicioso pero que adolece también de capacidades técnicas. Hacen falta técnicos comprometidos con el “proceso de cambio”. En este contexto, las ONG deberían redefinir su rol estratégico y ponerse al servicio de las organizaciones sociales.

Texto Intermón

La “última cena” de Monseñor Romero, un mártir incómodo


Braulio Hernández

“¡Y dígales a los padres de la UCA que lo que monseñor dijo ayer en la homilía es un delito!”, advirtió, amenazante, el oficial militar a la persona que había ido por la mañana a recoger el parte sobre los incidentes de la toma de la UCA por la policía nacional. Era lunes, 24 de marzo de 1980. Monseñor Romero amaneció con su sotana blanca. Cuando se vestía de blanco, las hermanas del hospitalito, donde vivía, sabían que él iba a salir hacia el mar. “A saber a dónde va…”, “A saber qué tiene por ahí…”, le decían las hermanas, tomándole el pelo. “Llévenos, monseñor…”, le suplicó otra, en son de broma. “A donde yo voy, ustedes no pueden ir…”, respondió, mientras tomaba un bocado.

Ese lunes, 24 de marzo, monseñor dijo su misa matutina. Después de desayunar se dio una vuelta por el arzobispado. Y, con un grupo de sacerdotes, partió hacia el mar. Llevaban, para reflexionar, un documento papal, sobre el sacerdocio. Comieron, haciéndose bromas, a la sombra de los cocoteros. Regresaron antes de las tres de la tarde. Monseñor tenía una misa en el hospitalito a las seis. Se duchó, atendió a una visita y después fue a visitar a su médico para que le mirara los oídos. A las cuatro y treinta, se dirigió a Santa Tecla, a la casa de los jesuitas, para ver a su confesor: “Vengo, padre, porque quiero estar limpio delante de Dios”. A las seis y veintiséis (“él cenaba habitualmente a las seis y media”), monseñor Romero caía, asesinado, en el altar, en el ofertorio de la misa. Como santo Thomas Beckett. “Monseñor Romero: un mártir del siglo XX. Asesinado por predicar el evangelio” recogía, en la portada, el ABC de Sevilla (27/03/1980).

Sin embargo, cuenta el periodista Juan Arias, en el primer viaje de Juan Pablo II a América latina, el Papa Wojtyla se irritó con él porque le mencionó el martirio de monseñor Romero. “Eso aún había que probarlo”, le cortó el pontífice. En el mundo Romano, monseñor Romero no tenía muchos forofos. Entre sus amigos, estaban el padre Arrupe, General de los jesuitas, y el cardenal argentino Eduardo Pironio (amigo, y confidente, del malogrado Juan Pablo I). Juan Pablo II condenó el asesinato de monseñor Óscar Arnulfo Romero como “un crimen execrable”. Pero se refirió al arzobispo salvadoreño como ‘celoso pastor’, nunca lo elogiaba como mártir, escribe el sacerdote Jesús López Sáez en “El día de la cuenta” (comayala.es).

Un mes antes de morir asesinado, monseñor Romero había denunciado, el 24 de febrero, una nueva amenaza de muerte. “Desde 1979, cuando se dirigía en su ‘jeep’ a los cantones, empezaron a cachear su automóvil -y también a él, con los brazos en alto, como si fuera un subversivo- por las fuerzas de seguridad”. Hasta que “acallaron su voz para no tener que oír la llamada a la conversión”, escribe el P. Jesús Delgado: “Óscar A. Romero. Biografía”, UCA Editores.

Treinta años después, “San Romero de América” no tiene sitio en el Santoral oficial. Pero su nombre figura inscrito en el Martirologio latinoamericano, el “rincón de la Memoria de los Mártires de América”, se lee en el “calendario litúrgico” de Koinonía. Son cientos, entre sacerdotes, religiosas, religiosos, diáconos, seminaristas, catequistas, campesinos,… víctimas de las dictaduras latinoamericanas (de derechas). Entre ellos Ignacio Ellacuría, asesinado en 1989 junto a cinco jesuitas (cuatro españoles) y dos mujeres. Pero “no son el modelo de santos que promueve el Vaticano”. Ellacuría y Jon Sobrino, jesuitas vascos, tuvieron mucho que ver en la conversión de Romero.

Óscar Romero, aunque “siempre samaritano”, era un sacerdote de perfil conservador, defensor de la pastoral sacramentalista, de la piedad personal, y de la pureza del magisterio. Su receta, más piedad y oración, y menos cantos de protesta social, chocaba con la praxis de los sacerdotes más jóvenes, especialmente los jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA). Ellos eran el blanco de los ataques de su pluma; primero en San Miguel. Y después, siendo obispo auxiliar, cuando el arzobispo (como mal menor) lo puso al frente de Orientación, semanario de información religiosa. Su falta de sintonía con la línea pastoral de la archidiócesis (especialmente con el otro obispo auxiliar, A. Rivera Damas, “cien por cien medellinista”), llevó a Romero a dejar de asistir a las reuniones del clero. El arzobispo, Chávez y González, sabedor de que Romero hacía piña con el nuncio, tuvo que consentir aquellas ausencias.

Cuando fue nombrado obispo titular de la diócesis de Santiago de María, monseñor Romero tuvo que hacer frente a un experimento piloto de pastoral popular, “Los Naranjos”, juzgado como peligroso por el Gobierno. Nacido del espíritu de Medellín, era “una experiencia de evangelización, adaptada al campesinado, donde se impartía la palabra de Dios en clave de concienciación política, para un pueblo oprimido, sin voz”. Monseñor Romero, lo canceló, temporalmente, comprometiéndose a estudiarlo. Tras corregir algún exceso en la interpretación del Documento de Medellín, propuso implantarlo en cada parroquia, bajo la supervisión de los párrocos y del obispo. Romero empezaba a abrirse al espíritu de Medellín (origen de la Teología de la Liberación). Años después, en una carta a Juan Pablo II, le escribirá: “Creo en conciencia que Dios pide una fuerza pastoral en contraste con las inclinaciones ‘conservadoras’ que me son tan propias, según mi temperamento”.

En junio de 1975, un mes muy sangriento, un grupo de campesinos que regresaban de una celebración litúrgica, fue ametrallado, premeditadamente, por la Guardia Nacional en el cantón Las tres Calles. El gobierno lo justificó, alegando que portaban armas subversivas. Sus únicas armas eran sus biblias. Monseñor Romero consoló a los familiares de las víctimas; pero no condenó públicamente la masacre, desoyendo el clamor popular. Se limitó a enviar una carta de queja al presidente Molina, su amigo. El funeral derivó en un acto de protesta.

Su tibia reacción en la condena, hizo creer al Gobierno (y a la oligarquía que lo sustentaba) que Romero era un obispo a su medida, que no interfería en sus cruzadas contra la subversiva pastoral medellinista (a la que acusaban de marxista). De forma unánime –cuando llegó la jubilación del arzobispo Chávez– el Gobierno, y las clases influyentes y adineradas, dieron su aprobación al nuncio cuando éste, que había apostado por Romero, les pidió su opinión para nombrarlo como arzobispo de la capital. Lo “natural” hubiera sido nombrar sucesor al otro auxiliar, A. Rivera Damas, con mucha más antigüedad, y que aseguraba la continuación de la línea pastoral de la archidiócesis. El problema del nuncio fue convencer al sector más influyente del clero para que arroparan al nuevo arzobispo (tan crítico con la pastoral archidiocesana cuando estuvo de auxiliar). Para el grueso del clero, la noticia del nombramiento de Romero, el 3 de febrero de 1977, fue una mala noticia.

Sólo 20 días después de tomar posesión, asesinaban, el 12 de marzo de 1977, al jesuita Rutilio Grande, y a dos campesinos colaboradores, que venían de celebrar un matrimonio. El asesinato de su amigo Rutilio (había sido el maestro de ceremonias en su consagración episcopal) provocó en el arzobispo Romero un milagro. Como el ciego de nacimiento, en la piscina de Siloé, monseñor Romero pudo confesar (para escándalo de algunos): “Rutilio me ha abierto los ojos”.

Para reprobar aquel vil asesinato, que afectaba a todos los católicos, los sacerdotes, religiosos y religiosas decidieron, en asamblea, no tomar parte en los actos públicos del Gobierno (hasta que éste no aclarase aquel asesinato) y convocar a una gran misa en la catedral, única para toda la archidiócesis: eximiendo de la misa dominical en las parroquias. “Dejaban, por supuesto, la decisión final en manos de su arzobispo”. Monseñor Romero decidió sumarse: era la oportunidad para sellar la unidad del clero. Pero tenía que informarle al nuncio. Y “recibió de éste una dura reprimenda”. Sus amigos católicos de la alta sociedad también intentaron disuadirlo. Ante su firme decisión, protestaron por verse privados del cumplimiento del precepto dominical. La eucaristía reunió a casi 100.000 salvadoreños, llegados de todos los rincones del país. El nuncio, para no verse comprometido, se ausentó a Guatemala. Monseñor Romero había optado, en conciencia, por estar al lado de sus curas, y del pueblo sin voz, antes que agradar al nuncio y a los poderosos.

Quienes le habían dado su apoyo, sin reservas, el 3 de febrero de 1977, ahora se sentían defraudados. “Nos hemos equivocado”, lamentaban. El 10 de mayo de 1977 -en la misa funeral por un ministro del gobierno asesinado-, en la misma catedral empezaron a escucharse “cuchicheos de muerte”, más sonoros entre las damas católicas: “Ay, que Dios me perdone, pero ¡yo deseo la muerte de ese obispo!”…

A Roma empezaron a llegar “informes”, de algunos obispos compañeros. Y Roma enviaba a Romero “visitadores apostólicos”. Monseñor Romero decidió viajar a Roma, para aclarar malentendidos y desmontar maquinaciones. “¡Ánimo!, no todos comprenden, pero no desfallezca”, “Usted es el que manda”, le consolaba Pablo VI. Un apoyo que, en la Prefectura para los Obispos, se diluía, transmutándose en duras reprimendas. Romero palpó la incompatibilidad de la diplomacia vaticana con la verdad evangélica. “Las curias no podían entenderte: ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo”, escribe el obispo Pedro Casaldáliga en su poema “San Romero de América, Pastor y Mártir nuestro”.

Su primer encuentro con Juan Pablo II, en mayo de 1979, fue desolador. “Compañeros y gentes malintencionadas le habían entregado al Papa informes muy negativos” sobre Romero. Él le llevaba un dossier con las sistemáticas violaciones de derechos humanos en su país, algunos muy calientes, como la matanza del sacerdote Octavio Ortiz y de cuatro jóvenes menores de 15 años, en el recinto “Despertar”, en un cursillo de iniciación cristiana. Tras días de espera, Juan Pablo II le concedió una breve audiencia: “No me traiga muchas hojas, que no tengo tiempo de leerlas... Y además, procure ir de acuerdo con el gobierno”. Romero, se cuenta, salió llorando: “El papa no me ha entendido, no puede entender, porque El Salvador no es Polonia”.

El 1 de diciembre de 1979 (le quedaban menos de cuatro meses de vida), monseñor Romero fue homenajeado en su antigua diócesis, Santiago de María. En uno de los actos programados para ese día, sacerdotes y amigos suyos le tenían preparado una sorpresa. El acto consistió en una escenificación teatral: el martirio de santo Tomás Moro.

En enero de 1980, monseñor Romero tuvo su segundo encuentro con Juan Pablo II, mucho más cálido. El papa lo recibió enseguida y le felicitó por su defensa de la justicia social, pero advirtiéndole de los peligros de un marxismo incrustado en el pueblo cristiano. Romero, “con su habitual espíritu de obediencia, le respondió que el anticomunismo de las derechas no defendía a la religión, sino al capitalismo”. Ya lo había denunciado, el 15 de septiembre de 1978: “Hay un ‘ateísmo’ más cercano y más peligroso para nuestra Iglesia: el ateísmo de capitalismo cuando los bienes materiales se erigen en ídolos y sustituyen a Dios”.

Las palabras que monseñor Romero pronunció el domingo 23 de marzo de 1980 en la catedral -“no matarás”, “¡les suplico, les ordeno en nombre de Dios, que cese la represión, que no obedezcan si les ordenan matar!”-, el gobierno las calificó de “subversivas”: una provocación. Ese día, durante la comida, monseñor “se quitó los anteojos, cosa que nunca hacía, y permaneció en silencio… Eugenia, mi mujer, que estaba a su lado en la mesa, se quedó sobresaltada por la mirada larga y profunda que le dirigió… Lágrimas brotaron de sus ojos. Lupita le reprendió: ‘qué eran esas cosas de estar llorando’. Fue un almuerzo triste, desconcertante. De repente, monseñor repasó, uno a uno, a todos sus buenos amigos, sacerdotes y laicos”. Doce años antes, apunta el P. Jesús Delgado, monseñor Romero, en unas meditaciones sobre la muerte, había escrito en un cuaderno estas palabras, proféticas, del Apocalipsis (3,20): “Y cenaré con él”. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Texto: kaosenlared
Imagen : migenteinforma.org
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