miércoles, 24 de marzo de 2010
Activistas asistirán a la Conferencia de Pueblos

Conocidos activistas de derechos humanos, científicos, académicos, organizaciones sociales de varias partes del mundo confirmaron su asistencia a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que se desarrollará en Cochabamba del 20 al 22 de abril.
Asistirán Naomi Klein, autora del libro No Logo; Eduardo Galeano, autor de la obra Las venas abiertas de América Latina; Danny Glover, actor de las películas Arma Mortal y 2012; Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz; Jim Hansen, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales y experto climático de la NASA; Bill McKibben, director del Movimiento 350; el filósofo Samir Amin, el norteamericano Jerry Mander y otros.
Asimismo, representantes de ocho países “no avanzados”, denominados así por la ONU, confirmaron su presencia, entre ellos Franck Armel, ministro de Relaciones Exteriores de la República de Benin; Idi Nadhoim, vicepresidente y ministro de Agricultura de la Unión de República de Comoros; Thant Kyaw, director de Relaciones Exteriores de Myanmar; Konte Cheikh Abdel Kader, técnico internacional del medio ambiente de la República de Senegal; Brima Munda Sowa, administrador general de los temas de medio ambiente de Sierra Leona; Abdullah Ali Fadhel Al-Saadi, ministro Plenipotenciario de la República de Yemen; y Khampadith Khammounheuang Ang, director general de Lao, además de un representante de Nepal.
Bolivia cursó invitaciones a 192 países miembros de la Organización de Naciones Unidas para que participen en el encuentro que fue convocado por el presidente Evo Morales después del fracaso de la Cumbre de Cambio Climático en Copenhague.
También confirmaron su presencia movimientos sociales internacionales que se sintieron defraudados con la firma del documento de Copenhague. Representantes de países como Bélgica, Francia, México, Malasia y EEUU asistirán al encuentro en Cochabamba.
Se instalarán varias mesas de trabajo. En la mesa Restablecer la armonía con la naturaleza estarán Frei Betto, uno de los máximos exponentes de la teología de la liberación; el canciller de Bolivia, David Choquehuanca; y la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.
En la mesa Derechos de la Madre Tierra estarán Leonardo Boff, uno de los mayores impulsores por los derechos de la Tierra; Corman Cullinan, quien en sus Wild Law proponía no sólo cambiar la jurisprudencia en el mundo, sino también crear una jurisprudencia de la Tierra.
Asistirán Naomi Klein, autora del libro No Logo; Eduardo Galeano, autor de la obra Las venas abiertas de América Latina; Danny Glover, actor de las películas Arma Mortal y 2012; Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz; Jim Hansen, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales y experto climático de la NASA; Bill McKibben, director del Movimiento 350; el filósofo Samir Amin, el norteamericano Jerry Mander y otros.
Asimismo, representantes de ocho países “no avanzados”, denominados así por la ONU, confirmaron su presencia, entre ellos Franck Armel, ministro de Relaciones Exteriores de la República de Benin; Idi Nadhoim, vicepresidente y ministro de Agricultura de la Unión de República de Comoros; Thant Kyaw, director de Relaciones Exteriores de Myanmar; Konte Cheikh Abdel Kader, técnico internacional del medio ambiente de la República de Senegal; Brima Munda Sowa, administrador general de los temas de medio ambiente de Sierra Leona; Abdullah Ali Fadhel Al-Saadi, ministro Plenipotenciario de la República de Yemen; y Khampadith Khammounheuang Ang, director general de Lao, además de un representante de Nepal.
Bolivia cursó invitaciones a 192 países miembros de la Organización de Naciones Unidas para que participen en el encuentro que fue convocado por el presidente Evo Morales después del fracaso de la Cumbre de Cambio Climático en Copenhague.
También confirmaron su presencia movimientos sociales internacionales que se sintieron defraudados con la firma del documento de Copenhague. Representantes de países como Bélgica, Francia, México, Malasia y EEUU asistirán al encuentro en Cochabamba.
Se instalarán varias mesas de trabajo. En la mesa Restablecer la armonía con la naturaleza estarán Frei Betto, uno de los máximos exponentes de la teología de la liberación; el canciller de Bolivia, David Choquehuanca; y la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.
En la mesa Derechos de la Madre Tierra estarán Leonardo Boff, uno de los mayores impulsores por los derechos de la Tierra; Corman Cullinan, quien en sus Wild Law proponía no sólo cambiar la jurisprudencia en el mundo, sino también crear una jurisprudencia de la Tierra.
En la mesa Tribunal de Justicia Climática estarán como panelistas el obispo sudafricano Desmond Tutu, el ex presidente de la Asamblea General de la ONU Miguel d’Escoto y el escritor Adolfo Pérez Esquivel.
En la mesa Deuda climática, ¿quién es y qué es la deuda climática? estarán el escritor Eduardo Galeano, Michael Meacher, estudioso del impacto social de la explotación del petróleo; y Andrew Sims, entre otros.
En la mesa Migraciones forzadas por el cambio climático estarán la autora del libro No Logo, Naomi Klein, y John Davidson.
En la mesa Bosques, alimentos y agua bajo el cambio climático estarán presentes Pat Money, Alberto Gómez, Hildebrando Vélez, Timothy Byakola y otros.
En la mesa ¿Necesitamos un referéndum para el cambio climático? estarán presentes Amy Goodman, el periodista Ignacio Ramonet, Joao Pedro Stedile y Antonio Hill.
Además, 10 presidentes confirmaron su participación en la Cumbre, quienes debatirán algunas alternativas para frenar el cambio climático en el planeta Tierra.
Texto: Cambio
Imagen: scylla.site90.net
Lila Downs, mestizaje y raíces profundas

Javi Álvarez
Un pequeño círculo de luz ilumina un arpa que unas manos comienzan a tocar. Son los primeros compases de La iguana, canción con la que Lila Downs arranca el concierto para el público de Leganés. Los dedos se aceleran entre las cuerdas del arpa y surge del fondo una voz perfecta. Lila Downs sale al escenario bailando, girando su cuerpo con los movimientos cortantes del reptil y el auditorio la recibe con fuertes aplausos. Somos gente entregada, que, desde que la conocimos, tras cada concierto suyo sólo pensamos en el siguiente. Nos ganó por su voz, su eterno movimiento inquieto sobre el escenario y su música que celebra la vida y se preocupa por el ser humano.
Agua de rosas le sirve para recordar a las mujeres curanderas del mundo, pues su voz contestataria es de bandera de muchas cuestiones, como ocurre con Ojo de culebra sobre las cadenas que se cargan y se penan, o con La línea para recoger las historias de los que dejan todo atrás para cruzar una frontera en busca de trabajo. Todas ellas sonaron en el concierto, donde tampoco faltó Justicia que se está convirtiendo en un himno de memoria y verdad. Ni su excelente versión de La cucaracha para la que ha construido una potente letra de denuncia social hacia los derroteros que están tomando las clases políticas, donde sus intereses han dejado de ser los mismos que los de sus votantes.
A la voz de Lila Downs en directo se suma una gran banda. Ellos son La Misteriosa, siete músicos de nacionalidades muy diferentes y que aportan una gran combinación de sonidos y ritmos. Ellos son Paul Cohen (Saxofón y clarinete), Celso Duarte (Arpa, charanga y violín), Rob Curto (Acordeón), Rafa Gomez (Guitarras), Yayo Serka (Batería), Samuel Torres (Percusión) y Carlos Henderson (Bajo).
El pretexto de su nuevo disco Lila Downs y La Misteriosa en París. Live a FIP le sirve para iniciar una gira que revisa su historia musical. En este repaso el amor a su tierra se respira y lo desgrana en canciones como La cumbia del mole y El corrido de tacha con todo el público puesto en pie y bailando. No olvida su tradición y suena entonces La llorona, La martiniana, La sandunga y Cucurrucucu Paloma. Son pequeñas historias que interpretadas por ella estremecen aún más si cabe. Y surge otro momento mágico cuando coge la guitarra para interpretar una Paloma negra llena de sentimiento a flor de piel. Escuchándola uno entiende que Chavela Vargas dijera en su concierto de despedida en la ciudad de México: "Yo ya me voy porque los años pasan, pero viene en lugar mío una señora llamada Lila Downs".
Es su voz envolvente la que arropa al público. Su timbre dulce crece y de su garganta van saliendo sonidos que no resultan humanos. Se cruza su voz con el arpa y parecen un mismo instrumento. Canta Los pollos como divertimento contagioso para que el público cacaree. Tampoco faltan El relámpago, Arenita azul y Vámonos, una historia de un amor entre personas de distinta condición social que hoy mismo no deja de ser un asunto pendiente de solucionar en muchas culturas.
El concierto también presenta una parte romántica con la hermosa canción de Lucinda Williams Yo envidio el viento que podría ser banda sonora de cualquier instante de una pareja enamorada. Quizá la parte más emotiva surge con el recuerdo que rinde a la gran Mercedes Sosa al cantar Tierra de luz, canción que en su anterior disco interpretaban a dúo.
Hace años que me enamoré de esta mujer, no hay otra voz como la suya. Durante todo el concierto desprende una energía inaudita para una jovencita que en septiembre cumplirá 42 años. No para de moverse, bailando, encaramándose a todo lugar elevado que encuentra, brincando… Sorprende su capacidad de irradiar alegría, de contagiar una felicidad necesaria para los que allí nos juntamos a escucharla. Se recibe mucho en sus conciertos, pues son emoción en estado puro. Hasta el año que viene, Lila.
A modo de pequeño anecdotario: Lila Downs sobre un escenario es un revoltijo de raíces, mestizaje, movimientos, buena música, voz impresionante. No es extraño, esta mezcolanza cultural la ha mamado desde niña. Su madre es la cantante de cabaret Anita Sánchez y su padre Allen Downs, un profesor de cinematografía estadounidense de Minnesota. Ha vivido tanto en México como en Estado Unidos. Se graduó en Minnesota como licenciada en antropología. Al terminar sus estudios regresó a México donde comenzó a cantar en varios clubs de Oaxaca. Luego, con la ayuda del saxofonista Paul Cohen debutó en Philadelphia y comenzó a editar sus discos. Lila Downs se casó con Paul Cohen y este se incorporó a la banda tocando el saxofón y el clarinete además de ser el director artístico.
Si musicalmente consiguió con One blood/Una Sangre el Grammy al mejor álbum latino de 2005, con su disco Ojo de Culebra ha conseguido una nueva nominación a los Premios Grammy.
En lo cinematográfico, ha participado en las bandas sonoras de Frida (con la que consiguió una nominación a los Oscars para la canción Burn it blue), Las mujeres reales tienen curvas y Tortilla Soup. En la película Fados de Carlos Saura canta en portugués Foi na travessa da palha.
Lila Downs también muestra un lado reivindicativo de causas sociales, se encargó de representar a México con Salma Hayek en la campaña de la fundación One Drop para preservar el agua. En sus conciertos reivindica las raíces de los pueblos indígenas mexicanos así como de las músicas regionales de México, en especial de Oaxaca.
Un pequeño círculo de luz ilumina un arpa que unas manos comienzan a tocar. Son los primeros compases de La iguana, canción con la que Lila Downs arranca el concierto para el público de Leganés. Los dedos se aceleran entre las cuerdas del arpa y surge del fondo una voz perfecta. Lila Downs sale al escenario bailando, girando su cuerpo con los movimientos cortantes del reptil y el auditorio la recibe con fuertes aplausos. Somos gente entregada, que, desde que la conocimos, tras cada concierto suyo sólo pensamos en el siguiente. Nos ganó por su voz, su eterno movimiento inquieto sobre el escenario y su música que celebra la vida y se preocupa por el ser humano.
Agua de rosas le sirve para recordar a las mujeres curanderas del mundo, pues su voz contestataria es de bandera de muchas cuestiones, como ocurre con Ojo de culebra sobre las cadenas que se cargan y se penan, o con La línea para recoger las historias de los que dejan todo atrás para cruzar una frontera en busca de trabajo. Todas ellas sonaron en el concierto, donde tampoco faltó Justicia que se está convirtiendo en un himno de memoria y verdad. Ni su excelente versión de La cucaracha para la que ha construido una potente letra de denuncia social hacia los derroteros que están tomando las clases políticas, donde sus intereses han dejado de ser los mismos que los de sus votantes.
A la voz de Lila Downs en directo se suma una gran banda. Ellos son La Misteriosa, siete músicos de nacionalidades muy diferentes y que aportan una gran combinación de sonidos y ritmos. Ellos son Paul Cohen (Saxofón y clarinete), Celso Duarte (Arpa, charanga y violín), Rob Curto (Acordeón), Rafa Gomez (Guitarras), Yayo Serka (Batería), Samuel Torres (Percusión) y Carlos Henderson (Bajo).
El pretexto de su nuevo disco Lila Downs y La Misteriosa en París. Live a FIP le sirve para iniciar una gira que revisa su historia musical. En este repaso el amor a su tierra se respira y lo desgrana en canciones como La cumbia del mole y El corrido de tacha con todo el público puesto en pie y bailando. No olvida su tradición y suena entonces La llorona, La martiniana, La sandunga y Cucurrucucu Paloma. Son pequeñas historias que interpretadas por ella estremecen aún más si cabe. Y surge otro momento mágico cuando coge la guitarra para interpretar una Paloma negra llena de sentimiento a flor de piel. Escuchándola uno entiende que Chavela Vargas dijera en su concierto de despedida en la ciudad de México: "Yo ya me voy porque los años pasan, pero viene en lugar mío una señora llamada Lila Downs".
Es su voz envolvente la que arropa al público. Su timbre dulce crece y de su garganta van saliendo sonidos que no resultan humanos. Se cruza su voz con el arpa y parecen un mismo instrumento. Canta Los pollos como divertimento contagioso para que el público cacaree. Tampoco faltan El relámpago, Arenita azul y Vámonos, una historia de un amor entre personas de distinta condición social que hoy mismo no deja de ser un asunto pendiente de solucionar en muchas culturas.
El concierto también presenta una parte romántica con la hermosa canción de Lucinda Williams Yo envidio el viento que podría ser banda sonora de cualquier instante de una pareja enamorada. Quizá la parte más emotiva surge con el recuerdo que rinde a la gran Mercedes Sosa al cantar Tierra de luz, canción que en su anterior disco interpretaban a dúo.
Hace años que me enamoré de esta mujer, no hay otra voz como la suya. Durante todo el concierto desprende una energía inaudita para una jovencita que en septiembre cumplirá 42 años. No para de moverse, bailando, encaramándose a todo lugar elevado que encuentra, brincando… Sorprende su capacidad de irradiar alegría, de contagiar una felicidad necesaria para los que allí nos juntamos a escucharla. Se recibe mucho en sus conciertos, pues son emoción en estado puro. Hasta el año que viene, Lila.
A modo de pequeño anecdotario: Lila Downs sobre un escenario es un revoltijo de raíces, mestizaje, movimientos, buena música, voz impresionante. No es extraño, esta mezcolanza cultural la ha mamado desde niña. Su madre es la cantante de cabaret Anita Sánchez y su padre Allen Downs, un profesor de cinematografía estadounidense de Minnesota. Ha vivido tanto en México como en Estado Unidos. Se graduó en Minnesota como licenciada en antropología. Al terminar sus estudios regresó a México donde comenzó a cantar en varios clubs de Oaxaca. Luego, con la ayuda del saxofonista Paul Cohen debutó en Philadelphia y comenzó a editar sus discos. Lila Downs se casó con Paul Cohen y este se incorporó a la banda tocando el saxofón y el clarinete además de ser el director artístico.
Si musicalmente consiguió con One blood/Una Sangre el Grammy al mejor álbum latino de 2005, con su disco Ojo de Culebra ha conseguido una nueva nominación a los Premios Grammy.
En lo cinematográfico, ha participado en las bandas sonoras de Frida (con la que consiguió una nominación a los Oscars para la canción Burn it blue), Las mujeres reales tienen curvas y Tortilla Soup. En la película Fados de Carlos Saura canta en portugués Foi na travessa da palha.
Lila Downs también muestra un lado reivindicativo de causas sociales, se encargó de representar a México con Salma Hayek en la campaña de la fundación One Drop para preservar el agua. En sus conciertos reivindica las raíces de los pueblos indígenas mexicanos así como de las músicas regionales de México, en especial de Oaxaca.
Texto: La República
Imagen: topticketline.es
martes, 23 de marzo de 2010
Fiscal emite orden para aprehender a Gary Prado Medel por caso terrorismo

La Paz, 22 Mar (Erbol/PL).- El fiscal Marcelo Soza informó hoy que extendió una orden de aprehensión para Gary Prado Medel, hijo del general al mando de la tropa que intervino en el combate final contra Ernesto Che Guevara.
“Hay mandamiento de aprensión porque ha sido notificado personalmente y no se presentó”, dijo Soza.
En cuanto al general jubilado Gary Prado Salmón, quien comandó al ejército en la Quebrada del Yuro, hace 43 años, el representante del Ministerio Público explicó que la situación es distinta por su estado de salud.
“Estamos viendo la posibilidad de trasladarnos hasta Santa Cruz para que el mismo preste declaraciones teniendo en cuenta que ha justificado su impedimento”, señaló Sosa.
Ambos se encuentran implicados por presuntos vínculos con una banda de mercenarios paramilitares que pretendían separar a Santa Cruz de Bolivia mediante una guerra civil.
El vínculo del militar retirado con el líder del grupo, el boliviano-croata Eduardo Rózsa Flores, lo aportó otro de los involucrados en el plan, el ex gerente del Comité Pro Santa Cruz, Lorgio Balcázar.
Balcázar declaró que los Prado brindaron su casa en octubre de 2008 para una reunión con Rózsa Flores y otros tres involucrados en la investigación del caso, y luego hubo varios encuentros posteriores.
El 16 de abril de 2009 el líder mercenario fue abatido junto a sus colaboradores Arpád Magyarosi (húngaro-croata) y Michael Martin Dwyer (irlandés) en el hotel Las Américas de Santa Cruz, y de esta manera fue desarticulada la banda.
No obstante, las investigaciones prosiguen y desde entonces han sido detenidos varios empresarios cruceños que apoyaban al grupo paramilitar.
“Hay mandamiento de aprensión porque ha sido notificado personalmente y no se presentó”, dijo Soza.
En cuanto al general jubilado Gary Prado Salmón, quien comandó al ejército en la Quebrada del Yuro, hace 43 años, el representante del Ministerio Público explicó que la situación es distinta por su estado de salud.
“Estamos viendo la posibilidad de trasladarnos hasta Santa Cruz para que el mismo preste declaraciones teniendo en cuenta que ha justificado su impedimento”, señaló Sosa.
Ambos se encuentran implicados por presuntos vínculos con una banda de mercenarios paramilitares que pretendían separar a Santa Cruz de Bolivia mediante una guerra civil.
El vínculo del militar retirado con el líder del grupo, el boliviano-croata Eduardo Rózsa Flores, lo aportó otro de los involucrados en el plan, el ex gerente del Comité Pro Santa Cruz, Lorgio Balcázar.
Balcázar declaró que los Prado brindaron su casa en octubre de 2008 para una reunión con Rózsa Flores y otros tres involucrados en la investigación del caso, y luego hubo varios encuentros posteriores.
El 16 de abril de 2009 el líder mercenario fue abatido junto a sus colaboradores Arpád Magyarosi (húngaro-croata) y Michael Martin Dwyer (irlandés) en el hotel Las Américas de Santa Cruz, y de esta manera fue desarticulada la banda.
No obstante, las investigaciones prosiguen y desde entonces han sido detenidos varios empresarios cruceños que apoyaban al grupo paramilitar.
Texto: ERBOL
Foto: revistalex.com
lunes, 22 de marzo de 2010
Indígenas piden lomas artificiales para contrarrestar las aguas

La Central de Pueblos Indígenas de Beni (CPIB) propone, ante las constantes inundaciones que sufre ese departamento amazónico, levantar lomas artificiales en las comunidades que se ven anegadas de agua. El Gobierno admite que ésa es la única solución posible ante un problema recurrente, incluso propone acudir a la tecnología del Gran Moxos, que hace miles de años no sólo levantó colinas artificiales, sino que también formó lagunas.
El presidente de la CPIB, Remberto Justiniano, informó a Cambio que ante las constantes inundaciones que sufren las comunidades ribereñas afectadas por los desbordes de los ríos Mamoré, Madre de Dios e Ibare, entre otros, se propuso al Gobierno levantar lomas artificiales en aquellos pueblos que cuentan con 30 a 50 familias, las cuales no tienen capacidad económica para recuperarse de los flagelos de la naturaleza.
“Lo que amerita es que tengamos lomas artificiales con el fin de reconstruir las comunidades y que la gente no esté en carpas y no tenga que habituarse a formas diferentes de vida cuando se producen estos desastres”, sostuvo.
Justiniano dijo que por lo pronto se requerirían de cinco a 10 lomas artificiales en una extensión de dos a cinco hectáreas para los casos de emergencias, las cuales deberían ser levantadas en las provincias Yacuma, Mamoré y parte de Moxos.
“Eso posibilitaría a las personas seguir viviendo en su hábitat y luego retornar a sus lugares de origen, se quedan y comienzan a reconstruir su trabajo cotidiano”, manifestó. El proyecto no queda ahí, pues Justiniano dijo que las lomas no sólo deben cumplir una función de cobijo, sino también de recreación y trabajo, de tal forma de contar en el lugar con “una plazuelita o una canchita”.
Ante los costos que implicaría levantar las lomas, Justiniano señaló que los comunarios están dispuestos a poner la mano de obra, siempre y cuando se les dote de maquinaria e insumos para realizar el proyecto.
El jefe de la Unidad de Contingencia Rural, Lucio Tito, no ve la propuesta imposible y, es más, dio la razón a los pueblos indígenas en su pedido. “Las lomas son la única estrategia real para proteger al ganado, no hay otra posibilidad”, aseguró. El técnico advirtió que con cada año que se inunda el sector ganadero de Beni, la capacidad económica de las población disminuye, así como la cantidad misma de ganado, de la que los pequeños ganaderos y productores son los más afectados.
“El pequeño ganadero no tiene la posibilidad de movilizar recursos, insumos veterinarios, atención inmediata, por eso nuestra mirada debe ser para ayudar a los pequeños productores”, manifestó. Insistió en que las respuestas que se deben dar frente a los desastres naturales prevenibles son medidas estructurales de largo alcance, con impacto real en los pobladores.
Se debe recuperar la tecnología del Gran Moxos
La directora del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), Elva Terceros, afirmó que el levantar lomas artificiales en las tierras bajas significa recuperar la tecnología del Gran Moxos y aplicarla como una respuesta de largo plazo.
“Es necesario pensar en aquello (lomas artificiales), se han hecho estudios de esta tecnología, se están aplicando los proyectos, hay algunas ONG, algunas instituciones de Beni que han hecho varios estudios que demuestran el valor de esta tecnología y lo importante que sería revisarla con cuidado”, manifestó. La autoridad dijo que es hora de empezar a mirar al país con respuestas estructurales a los problemas, pues “si mira las llanuras benianas y si se utilizaría esa tecnología (milenaria) podríamos evitar ver tanta gente perder sus cultivos, sus casas y tener que reempezar siempre”.
Destacó la gran sabiduría de los pueblos milenarios que vivieron en el mismo periodo tiwanacota en tierras bajas y que sin conocer la rueda pudieron no sólo levantar lomas artificiales, sino también hacer lagunas artificiales y plataformas.
“De sofisticado sistema hidráulico”
En los “llanos de Moxos”, hábitat tradicional del pueblo mojeño, se han encontrado considerables extensiones de trabajos en tierras que datan del periodo precolonial: lomas, terraplenes, canales y camellones que constituían un sofisticado sistema de control hidráulico, tanto en la pampa como en el bosque, que permitió jugar con las limitantes ambientales de la región para la agricultura, a saber las inundaciones estacionales y la pobreza en nutrientes de los suelos. (Extracto de Pueblos indígenas de Bolivia).
El presidente de la CPIB, Remberto Justiniano, informó a Cambio que ante las constantes inundaciones que sufren las comunidades ribereñas afectadas por los desbordes de los ríos Mamoré, Madre de Dios e Ibare, entre otros, se propuso al Gobierno levantar lomas artificiales en aquellos pueblos que cuentan con 30 a 50 familias, las cuales no tienen capacidad económica para recuperarse de los flagelos de la naturaleza.
“Lo que amerita es que tengamos lomas artificiales con el fin de reconstruir las comunidades y que la gente no esté en carpas y no tenga que habituarse a formas diferentes de vida cuando se producen estos desastres”, sostuvo.
Justiniano dijo que por lo pronto se requerirían de cinco a 10 lomas artificiales en una extensión de dos a cinco hectáreas para los casos de emergencias, las cuales deberían ser levantadas en las provincias Yacuma, Mamoré y parte de Moxos.
“Eso posibilitaría a las personas seguir viviendo en su hábitat y luego retornar a sus lugares de origen, se quedan y comienzan a reconstruir su trabajo cotidiano”, manifestó. El proyecto no queda ahí, pues Justiniano dijo que las lomas no sólo deben cumplir una función de cobijo, sino también de recreación y trabajo, de tal forma de contar en el lugar con “una plazuelita o una canchita”.
Ante los costos que implicaría levantar las lomas, Justiniano señaló que los comunarios están dispuestos a poner la mano de obra, siempre y cuando se les dote de maquinaria e insumos para realizar el proyecto.
El jefe de la Unidad de Contingencia Rural, Lucio Tito, no ve la propuesta imposible y, es más, dio la razón a los pueblos indígenas en su pedido. “Las lomas son la única estrategia real para proteger al ganado, no hay otra posibilidad”, aseguró. El técnico advirtió que con cada año que se inunda el sector ganadero de Beni, la capacidad económica de las población disminuye, así como la cantidad misma de ganado, de la que los pequeños ganaderos y productores son los más afectados.
“El pequeño ganadero no tiene la posibilidad de movilizar recursos, insumos veterinarios, atención inmediata, por eso nuestra mirada debe ser para ayudar a los pequeños productores”, manifestó. Insistió en que las respuestas que se deben dar frente a los desastres naturales prevenibles son medidas estructurales de largo alcance, con impacto real en los pobladores.
Se debe recuperar la tecnología del Gran Moxos
La directora del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), Elva Terceros, afirmó que el levantar lomas artificiales en las tierras bajas significa recuperar la tecnología del Gran Moxos y aplicarla como una respuesta de largo plazo.
“Es necesario pensar en aquello (lomas artificiales), se han hecho estudios de esta tecnología, se están aplicando los proyectos, hay algunas ONG, algunas instituciones de Beni que han hecho varios estudios que demuestran el valor de esta tecnología y lo importante que sería revisarla con cuidado”, manifestó. La autoridad dijo que es hora de empezar a mirar al país con respuestas estructurales a los problemas, pues “si mira las llanuras benianas y si se utilizaría esa tecnología (milenaria) podríamos evitar ver tanta gente perder sus cultivos, sus casas y tener que reempezar siempre”.
Destacó la gran sabiduría de los pueblos milenarios que vivieron en el mismo periodo tiwanacota en tierras bajas y que sin conocer la rueda pudieron no sólo levantar lomas artificiales, sino también hacer lagunas artificiales y plataformas.
“De sofisticado sistema hidráulico”
En los “llanos de Moxos”, hábitat tradicional del pueblo mojeño, se han encontrado considerables extensiones de trabajos en tierras que datan del periodo precolonial: lomas, terraplenes, canales y camellones que constituían un sofisticado sistema de control hidráulico, tanto en la pampa como en el bosque, que permitió jugar con las limitantes ambientales de la región para la agricultura, a saber las inundaciones estacionales y la pobreza en nutrientes de los suelos. (Extracto de Pueblos indígenas de Bolivia).
Texto y foto: Amazonía de Bolivia
Danza de los Yarituses: El baile con Dios

Los Yarituses quieren llegar al cielo. La mejor forma es bailar para su Dios Piyo; por eso, decenas de chiquitanos, del municipio de San Javier (Santa Cruz), intentan acercarse antes a su protector, para cuando llegue el momento de partir al reino de las alturas.
En ese grupo de devotos se destaca don José Taseó, quien parece recobrar su juventud cuando oye sonar una tamborita (un pequeño tambor). Al comunario de 70 años no le cansa caminar 15 kilómetros desde su pueblo, San Joaquín, para asistir al ritual en la capital sanjavierana. “Antes eran pocos los que querían bailar y Los Yarituses estaban a punto de desaparecer, ahora entran unos 100 y hasta 200 danzarines en las fiestas patronales”, comenta con entusiasmo Felipe Macoño Flores (39), responsable de la Unidad de Turismo de la Alcaldía de San Javier, a 230 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz. Esta representación cultural se encuentra ligada a las estrellas y al periodo de caza y pesca que se inicia a fines de junio en esa región del país.
Los primeros pobladores del municipio de San Javier son Los Piñokas o los adoradores de los cerros, en idioma nativo bésiro chiquitano. Durante la colonia, este grupo étnico vivía de la caza y de la pesca en la zona que hoy es la Chiquitania cruceña.
Los indígenas de este territorio tenían la creencia de que, cuando alguien se moría, una inmensa ave llegaba para llevarlo al cielo. “El elegido era trasladado para pasar una serie de pruebas; si en vida se había preparado muy bien en la cacería, podía afrontar cualquier problema y salir airoso”, cuenta Macoño. Si el escogido superaba los exámenes, el ave regresaba para transportarlo ante el Dios Piyo (avestruz en bésiro) y así vivir eternamente al amparo y el cuidado de sus alas. Si en la tierra el elegido fue malo, no entraba a ese reino del dios alado.
Inspirados en esa leyenda, los piñokas bailaban en el cerro Yiritux (los que danzan en los cerros), palabra de la que proviene yarituses, que son los descendientes directos del pueblo piñoka y que ahora representan esta danza anual en honor del dios avestruz. Esta imagen estaba relacionada con la constelación astral de la Cruz del Sur, el protector de estos indígenas.
Antiguamente, los comunarios llevaban frutos y algunos animales hasta una colina, como ofrenda a su Señor. “Ahora también agradecemos a la madre naturaleza por los primeros productos que nos entrega”, expone Macoño. Con pedidos para tener una buena temporada de caza y pesca, se completan los ruegos al Tata Piyo.
En ese grupo de devotos se destaca don José Taseó, quien parece recobrar su juventud cuando oye sonar una tamborita (un pequeño tambor). Al comunario de 70 años no le cansa caminar 15 kilómetros desde su pueblo, San Joaquín, para asistir al ritual en la capital sanjavierana. “Antes eran pocos los que querían bailar y Los Yarituses estaban a punto de desaparecer, ahora entran unos 100 y hasta 200 danzarines en las fiestas patronales”, comenta con entusiasmo Felipe Macoño Flores (39), responsable de la Unidad de Turismo de la Alcaldía de San Javier, a 230 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz. Esta representación cultural se encuentra ligada a las estrellas y al periodo de caza y pesca que se inicia a fines de junio en esa región del país.
Los primeros pobladores del municipio de San Javier son Los Piñokas o los adoradores de los cerros, en idioma nativo bésiro chiquitano. Durante la colonia, este grupo étnico vivía de la caza y de la pesca en la zona que hoy es la Chiquitania cruceña.
Los indígenas de este territorio tenían la creencia de que, cuando alguien se moría, una inmensa ave llegaba para llevarlo al cielo. “El elegido era trasladado para pasar una serie de pruebas; si en vida se había preparado muy bien en la cacería, podía afrontar cualquier problema y salir airoso”, cuenta Macoño. Si el escogido superaba los exámenes, el ave regresaba para transportarlo ante el Dios Piyo (avestruz en bésiro) y así vivir eternamente al amparo y el cuidado de sus alas. Si en la tierra el elegido fue malo, no entraba a ese reino del dios alado.
Inspirados en esa leyenda, los piñokas bailaban en el cerro Yiritux (los que danzan en los cerros), palabra de la que proviene yarituses, que son los descendientes directos del pueblo piñoka y que ahora representan esta danza anual en honor del dios avestruz. Esta imagen estaba relacionada con la constelación astral de la Cruz del Sur, el protector de estos indígenas.
Antiguamente, los comunarios llevaban frutos y algunos animales hasta una colina, como ofrenda a su Señor. “Ahora también agradecemos a la madre naturaleza por los primeros productos que nos entrega”, expone Macoño. Con pedidos para tener una buena temporada de caza y pesca, se completan los ruegos al Tata Piyo.
La veneración al avestruz siguió hasta la llegada de la colonización, cuando los evangelizadores jesuitas permitieron, en principio, que continúe; pero luego condicionaron a que se lo haga en honor de San Pedro y San Pablo, cada 29 y 30 de junio. La imagen de la Virgen María representada en forma de cintas de colores, también está presente en el vestuario actual de los yarituses. Éstas no son las únicas particularidades del baile de raíz ancestral.
Pablo Soliz tiene 60 años. Nacido en el pueblo de El Carmen, a 50 kilómetros de la capital San Javier, el indígena es uno de los personajes centrales de Los Yarituses.
“Don Pablito”, como le llaman sus amigos, es uno los espíritus vivos de ese añejo grupo. Vestido con un saco, una máscara de tatú (quirquincho) o una peta (tortuga), lleva una vara de mando con la cabeza de un ave y en la espalda un sugestivo morral. “Es una mochila o panacú que se hace de palmas, en la que se lleva las primicias o primeros frutos que nos entrega la tierra, a la que también le agradecemos durante este ritual”, reseña Macoño.
Para ser un Abuelo Yaritú, una de las condiciones es haber bailado al menos cinco años, luego se les considera para asumir esta figura, que viene a ser como un sacerdote de la danza. Hay más de dos abuelos yaritús. “Uno, que también es conocido, es don Francisco Rodríguez (55), que está en el grupo hace 15 años; junto a él danza don Antonio, de la comunidad Montecristo”, complementa Magno Cornelio, el guía turístico especializado en las misiones jesuíticas en San Javier y toda Santa Cruz.
A los abuelos les siguen dos pequeñas tropas. Los hombres visten una túnica y pantalón blancos, en las pantorrillas llevan unas sonajeras —para espantar a los malos espíritus—, en la espalda un manto de colores, en la cabeza una toga, en el rostro una máscara de tela con dibujos de la flora y la fauna del lugar, junto a plumas de avestruz, y en la mano derecha portan una vara adornada con cintas de colores. Las mujeres o mamas, una túnica blanca con vivos de colores en los brazos. Ellas no eran admitidas antes, ahora forman parte de este baile junto a los niños y las niñas.
La festividad por San Pedro y San Pablo empieza el 28 de junio. Esa noche, Los Yarituses participan de la víspera en la celebración por los dos patronos.
Mientras las mamas se toman de la mano para bailar, las sonajeras anuncian el paso de los hombres. Todos y al unísono cantan, agradecen y rezan al Dios Piyo en idioma bésiro chiquitano. “La canción de La Víspera, que tiene una hermosa melodía, es interpretada por los músicos, seguida por el coro de los danzarines”, expone Cornelio. De fondo, La Tamborita —músicos indígenas— marca el ritmo con pequeños tambores, cajas y flautas hechos por los mismos pobladores.
Al día siguiente —el 29 por la mañana— salen en procesión los dos santos desde el interior de la iglesia de San Javier. Los fieles y Los Yarituses escoltan a las dos imágenes. El 30 se repite la marcha. Un vaso de chicha de maíz calma la sed de las decenas de danzarines en la fiesta.
Cornelio explica que ésta es una de las pocas festividades en las que dos santos entran de manera simultánea durante los dos días de la celebración. Más que coreografía, el yaritú representa una ceremonia devocional que no se ejecuta en cualquier lugar. Hay un sitio reservado.
La piedra de los Apóstoles
Primero los piñokas y luego Los Yarituses tuvieron siempre una relación especial con las rocas. En la región de Chiquitos, en Santa Cruz, también existen piedras y algunas formaciones líticas muy respetadas por los pobladores en el pasado.
Uno de esos sitios es La Piedra de los Apóstoles. El espacio se encuentra a dos cuadras del parque principal de San Javier y es por excelencia el peñón yaritú. “Desde tiempos inmemoriales, este lugar siempre fue elegido por nuestros ancestros; con la evangelización, le pusieron el nombre de La Piedra de los Apóstoles”, explica Cornelio, el especialista en esta danza.
Enclavado entre rocas, éste es el escenario natural de este baile ceremonial, un lugar que además es testigo anual del compromiso que los bailarines le hacen al Dios Piyo y a los santos. “En el altiplano hacen promesas de bailar tres años, pero aquí las hay de cinco y hasta diez años de compromiso por devoción a nuestros santos y al Señor”, sostiene desde la oficina de turismo Macoño, que espera ser parte de Los Yarituses este junio próximo.
Otros significativos espacios, donde también se interpreta esta expresión cultural, son el cerro de Muchurú y La Piedra de San Francisco; “al final se dio un sincretismo cultural y nuestra cultura se combina ahora con la religión católica”.
Si bien la mejor ocasión para apreciar a Los Yarituses es a finales de junio, cuando llegan pobladores desde las 48 comunidades, a fin de bailar en honor del dios alado, la Alcaldía Municipal de San Javier tiene un grupo estable que también se presenta en días especiales del año. “Ellos están tramitando su personería jurídica para hacer otras actuaciones en el interior”, dice Macoño que entonces enseña un tríptico con toda la información sobre esta bien conservada representación. Los trabajos para promocionarla han empezado y una de las primeras labores es la difusión de la misma en el departamento, a partir de esta iniciativa, será lanzada en el resto del país.
El 29 de junio del 2008, la tamborita tronó en San Javier. Ese día, el municipio sanjavierano reconoció de manera oficial a la danza de Los Yarituses como Patrimonio Cultural e Inmaterial. Todo el pueblo saludó la resolución que así dio inicio a las fiestas patronales por San Pedro y San Pablo.
El año pasado, la Prefectura cruceña elevó al rango de Atractivo Turístico este baile y en este momento se efectúan gestiones para que sea calificada como un tesoro departamental. El mayor reto es que sea reconocido por el mundo.
El país quiere verlos danzar
“Es cierto, queda mucho camino por recorrer para que sea reconocido como Patrimonio de la Humanidad”, admite Macoño; sin embargo se alegra ante las invitaciones que llegan desde el resto del país para que se conozca esta expresión de la cultura cruceña. Una de ellas les llegó recientemente desde la ciudad de La Paz y sólo falta que les confirmen la fecha para una presentación en la sede de gobierno.
Si al final se consigue el anhelado título mundial, se salvaría también —según Raquel Sánchez, presidenta del Concejo Municipal— al antiquísimo idioma del bésiro chiquitano, que los abuelos de la zona aún utilizan para comunicarse.
San Javier es visitada por centenares de turistas que llegan cada semana para conocer su Templo Misional, el Museo Misional, los Tumbos, Aguas Calientes y Tibias y la laguna Soroboquí; si al paquete se le suman los yarituses, Sánchez cree que el impacto será mayor. “Estamos preparándonos para recibir a más turistas y con esta danza estamos convencidos de que San Javier será una de las principales paradas turísticas del país y en particular en toda la región chiquitana”, añade la concejala, que ingresa cada junio como una de las mamas en este histórico baile.
El responsable de turismo, Felipe Macoño, cree que este año, al menos 300 personas danzarán por devoción al Dios Piyo, San Pedro y San Pablo. Uno que ya aseguró su presencia es don Pablo Soliz, el hombre de 60 años a quien no le interesa caminar 50 kilómetros, una vez más, como cada junio, para danzar y perpetuar esta ancestral expresión chiquitana.
Texto y foto: Amazonía de Bolivia
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