Bishelly Elías (*)
La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos - EMAPA desde finales de 2007 viene apoyando a los pequeños productores de arroz, maíz, trigo y soya en Santa Cruz, Cochabamba y Chuquisaca, a través de la provisión de insumos agrícolas y la compra de su producción. Un ejemplo de este trabajo es el apoyo a los pequeños productores de arroz y soya en la zona de expansión y el norte integrado de Santa cruz con provisión de semilla y agroquímicos a crédito para la producción y luego comprándoles su cosecha. La empresa además participa en la transformación de la producción y en la comercialización de alimentos en el mercado nacional como el arroz y aceite.
La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos - EMAPA desde finales de 2007 viene apoyando a los pequeños productores de arroz, maíz, trigo y soya en Santa Cruz, Cochabamba y Chuquisaca, a través de la provisión de insumos agrícolas y la compra de su producción. Un ejemplo de este trabajo es el apoyo a los pequeños productores de arroz y soya en la zona de expansión y el norte integrado de Santa cruz con provisión de semilla y agroquímicos a crédito para la producción y luego comprándoles su cosecha. La empresa además participa en la transformación de la producción y en la comercialización de alimentos en el mercado nacional como el arroz y aceite.
En la anterior campaña agrícola (2007/2008) los principales resultados del actuar de la EMAPA fueron dos: primero, el cambio de intermediario que tuvieron estos productores, pues antes recibían este tipo de crédito de las empresas agroindustriales y ahora es a través del Estado pero en mejores condiciones; y segundo, el incremento en el precio que recibe el pequeño productor, pues EMAPA les pagaba el mejor precio del mercado por su cosecha.
Sin embargo, aunque se podría esperar más beneficios de la intervención estatal, por ejemplo impactos en la seguridad alimentaria de las familias con las que trabaja, regulación de precios o algún tipo de beneficio por producir más sosteniblemente, estos no se han dado. Es más, algunos productores de soya que trabajan con EMAPA nos comentaron que antes con el TCP-ALBA tenían un precio mayor si vendían soya producida con rotación de cultivos y biorreguladores. La EMAPA al no dar esta preferencia, ha contribuido para que algunos productores sigan sembrando soya de manera convencional y en algunos casos transgénica, pues no hay diferencia en el precio que se recibe.
En la campaña 2008/2009 la EMAPA ha ampliado su trabajo hacia el Beni y la Amazonía boliviana, queriendo apoyar a la producción de arroz bajo este mismo modelo. Sin embargo dada la fragilidad de las sabanas benianas y la vocación agro-forestal de la Amazonía, impulsar la expansión de este modelo agroindustrial de Santa Cruz significa ir en contra de las mismas estrategias campesinas indígenas, estimular la deforestación y la contaminación de fuentes de aguas. En resumen, es un terrible prejuicio ambiental y social a mediano plazo, a pesar de que pueda significar ingresos económicos a los pequeños productores en el corto plazo.
La EMAPA es uno de los principales instrumentos del Estado para contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria del país, pero probablemente resulte ser uno de los principales causantes de la expansión del modelo agroindustrial hacia otras zonas. La deforestación y degradación de suelos que se tiene en las regiones productoras de Santa Cruz no son un ejemplo a seguir, ni coinciden con el tipo de desarrollo rural que se plantean en el Plan Nacional de Desarrollo y en la nueva Constitución Política del Estado.
Es importante que EMAPA pueda dialogar más profundamente con las familias de las comunidades indígenas donde pretende trabajar, para conocer sus lógicas y estrategias productivas. Algunas de estas comunidades han visto ya cruzar la frontera agroindustrial de Santa Cruz hacia el Beni y los primeros impactos que este modelo de producción trae consigo, y en algunos casos han rechazado la entrada de maquinaria para el desmonte.
EMAPA puede contribuir a un verdadero desarrollo rural integral sustentable en la Amazonía y en Bolivia pero no a través de un modelo basado en el monocultivo, sino más bien apoyando la producción bajo sistemas agroforestales diversificados, viendo el potencial de la amazonía para el aprovechamiento sostenible de recursos naturales y la producción agroecológica, tal como son las estrategias de las familias campesinas indígenas en estas zonas. Así mismo podría incentivar la certificación orgánica de los productos con los que trabaje, que sean potenciales de exportación.
En la zona cruceña, EMAPA puede incentivar una producción menos perversa, pagando un precio diferenciado a quienes produzcan en rotación de cultivos y no utilicen agroquímicos ni transgénicos; de esta manera, además de los beneficios sociales y económicos logrados hasta ahora, puede lograr beneficios ambientales y el cambio de la lógica de producción monoproductora hacia un modelo más sostenible.
Por último, EMAPA puede tener un rol estratégico en la seguridad alimentaria nacional apoyando en la mejora no sólo cuantitativa sino cualitativa de la producción, la planificación de la cosecha de productos básicos para la seguridad alimentaria y regulando precios y normas para obtener precios adecuados para los pequeños productores y los consumidores, abasteciendo el mercado nacional.
(*) Bishelly Elías es Responsable de la Unidad de Acción Política del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, UAP – CIPCA
Texto: www.cipca.org.bo
Texto: www.cipca.org.bo
Imagen: EMAPA
No hay comentarios:
Publicar un comentario