viernes, 12 de junio de 2009

Países ricos y Banco Mundial matan por hambre, mientras en Cuba florecen los cultivos urbanos


Ernesto Carmona
Argenpress


El capitalismo mundial mata por hambre a los países pobres como resultado de tres décadas de globalización neoliberal de los alimentos del mundo, mientras el Banco Mundial sigue aplicando recetas que agravan la hambruna en vez de resolverla. La excepción es Cuba, que ha hecho frente a la necesidad creciente de alimentos provocada por la destrucción de los huracanes con novedosos jardines alimentarios urbanos.

El sistema alimentario mundial vive una fusión estructural como resultado de tres décadas de globalización neo-liberal del mercado de alimentos del mundo, según un artículo publicado en www.Grain.org. La especulación en el mercado de materias primas influye en el precio de los granos, tal como ocurre con el precio del petróleo crudo: la única diferencia que es la gente tiene que comer, cueste lo que cueste.

Los países más pobres del mundo han sido forzados a abrir sus mercados y tierras al negocio agrícola global, a los especuladores y a las exportaciones alimentarias subsidiadas por los países ricos. Hoy, más del 70% de los llamados países “en desarrollo” son importadores netos de alimentos.

El precio del trigo subió más de 130% en 2007/08, en tanto el arroz duplicó su precio en Asia sólo en los primeros tres meses de 2008. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU estima que los recientes aumentos de precios significan que otros 100 millones de personas nunca más podrán permitirse comer adecuadamente.1

El Banco Mundial también somete por hambre

Mientras la crisis económica global golpea al propio EEUU, las naciones pobres (llamadas “países en vías de desarrollo”) reciben golpes mucho más duros, en gran parte debido a las imposiciones del Banco Mundial. En su Informe del Desarrollo Mundial 2008, el banco reconoció que sus políticas comerciales ponen en situación de hambre a muchos países pobres, al exigirles eliminar sus tarifas de importación y reducir el rol de los gobierno en la inversión en agricultura y gestión de recursos.

Los préstamos que continúan imponiendo “ajustes estructurales” como trayectoria hacia el desarrollo económico, en lugar de convertir a esos países en exportadores agrícolas los hacen cada vez más dependientes de la importación de comida en medio de la volatilidad extrema de los precios de los commodities alimentarios. El Salvador, por ejemplo, era un exportador neto de arroz hace 20 años, pero ahora importa del 75% al 80% de lo que consume.

En Honduras, 23.000 cultivadores de arroz salieron del negocio después que el gobierno liberara los aranceles. Las granjas hondureñas suministran ahora el 17% de la demanda nacional de arroz, muy por debajo del de 90% de auto abastecimiento que existía antes que se hicieran cumplir los ajustes estructurales ordenados por el Banco Mundial, mientras en 2007 y 2008 los precios de las materias primas que alimentan al mundo subieron en 82%.

El Banco Mundial “ha dado consejos constantemente incorrectos”, dijo José Ramos-Horta, presidente de Tímor Oriental y ganador del premio Nóbel de la paz 1996. “Su consejo de que comprar externamente es mejor que producir [internamente] ha dado este resultado”, dijo.2

Cuba se alimenta de cultivos urbanos

Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, Cuba sembró millares de jardines cooperativos urbanos para reemplazar los volúmenes de comida importada. Como consecuencia de tres huracanes que destruyeron más del 30% de las cosechas de las granjas de Cuba, el país ha regresado de vuelta a los cultivos urbanos para mantener a su gente alimentada.

El 15% de la comida del mundo se está produciendo en zonas urbanas, una práctica que se espera crezca al ritmo del aumento de precios de los alimentos, mientras crecen las poblaciones citadinas y se incrementan las preocupaciones ambientales.

Los jardines urbanos han florecido en Cuba en parcelas vacantes, junto a estacionamientos e incluso en tejados de la ciudad. Saltaron de un plan militar para la autosuficiencia de la isla en caso de guerra y se han desarrollado como un modelo mundial para la soberanía alimentaria y su sustentabilidad.

Los cultivos urbanos han demostrado ser extremadamente populares, ocupando 35.000 hectáreas (86.000 acres) de tierra a través del territorio insular caribeño. Los jardines venden su producción directamente a la comunidad, son también inmunes a la volatilidad de los precios del combustible y del transporte y, por necesidad, incrementan sus cosechas orgánicas. En septiembre de 2008, el gobierno comenzó a alquilar tierras de propiedad del Estado a granjeros y cooperativas.3

*) Resúmenes de historias periodísticas ocultadas por la gran prensa de EEUU y el mundo, elegidas entre cientos de noticias estudiadas por el Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State de California para la selección final de 25 historias relevantes a publicarse en el anuario Censored 2009/2010.

Fuentes:
1) Investigación de Leora Johnson y Natalie Dale
“Making a Killing From Hunger”, publicado originalmente en grain.org, en abril de 2008
(http://www.grain.org/articles/?id=39).
2) Investigado por Victoria Masucci
Evaluado por Roberto Girling, profesor de administración de empresas “World Bank’s ‘Wrong Advice’ Left Silos Empty in Poor Countries” Alison Fitzgerald and Helen Murphy, Bloomberg, December 10,2009 http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601086&sid=aSueX0nYxMrg#
3) Estudiante investigador: Caitlin Ruxton / Evaluador académico: Chip McAuley
–“In Eat Local Movement, Cuba is Years Ahead”, Esteban Israel, Reuters, 12/16/08
http://www.commondreams.org/headline/2008/12/16-6.


Texto: Rebelión


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