domingo, 18 de abril de 2010

“Injusticias y abusos de los patrones me llevaron a ser un diputado”


Superó las enfermedades en un pueblo que no contaba con médicos, llegó a la zafra y fue albañil. Vivió en carne propia los abusos de los latifundistas y de quienes tenían más dinero. Vio atropellos laborales a mujeres guarayas y eso le indujo a llegar al sindicato y luego a la Asamblea Legislativa, desde donde se propone defender a los suyos.

Bienvenido Zacu Mborobainchi, diputado especial por el pueblo indígena guarayo, presidente de la Comisión de Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesino de la Cámara Baja de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), nació en Urubichá, a 360 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, al noreste colindando con el departamento del Beni.

Es quinto de nueve hermanos de los cuales sólo sobrevivieron tres debido a que los demás murieron por enfermedades pulmonares y fiebres propias de su región y la falta de atención médica. Las necesidades, la explotación y el maltrato por parte de los “patrones” hacia sus “hermanos” hizo que se inserte a la vida sindical para defender sus derechos como seres humanos, comentó. Ahora, cuando llega a la Asamblea Legislativa Plurinacional, es para mejorar la calidad de vida de los guarayos y contribuir a consolidar las autonomías.

En la antesala del hemiciclo parlamentario, Zacu, con su cuaderno de apuntes, con una actitud apasible, accede a la entrevista con Cambio.

–¿Cómo fue la transición de su pueblo indígena guarayo a la ciudad de Santa Cruz?

–Yo crecí en el cantón indígena que se encuentra en la provincia Ñuflo de Chávez. En el año de 1990 se creó recién la provincia Guarayos. La gente de mi pueblo se moría por falta de atención médica, tenían dolores de cabeza, fiebres, tos “de ahogo” entre las enfermedades comunes de mi región; más bien yo sobreviví. Mi madre sustentaba el hogar con la artesanía, ella hacía hamacas y también trabajaba en el chaco cosechando. Sólo estudié hasta el ciclo básico –en la época de la misión católica– porque había una sola escuela y hasta ese nivel. No había secundaria.

A mis 16 años me trasladé a los alrededores de la ciudad de Santa Cruz para trabajar donde ese tiempo les decíamos “los patrones”, carpiendo caña de azúcar y cosechando algodón. Posteriormente, a mis 20 años me vine más cerca de la ciudad e ingresé al cuartel en Montero, para cumplir con mi servicio militar en los boinas verdes; ahí aprendí muchas cosas, me instruyeron para ser “defensor de la patria” ese es mi lema para luego impulsar mi vida sindical. También salí de ahí contramaestro en construcción y ejercí como albañil los años posteriores.

–¿Cuándo y por qué ingresa a la vida sindical?

–En el año 1986 recién conformamos la organización indígena guaraya en Urubichá, mi primer cargo fue el de responsable de consumo. Ingresé a la vida sindical porque muchos de mis hermanos, mi gente, mi raza, mis paisanos, hemos sufrido atropellos y maltratos de parte de los patrones en las haciendas y de los que tenían dinero. Por ejemplo, las mujeres que eran muy trabajadoras sufrían daños físicos por parte de las comerciantes de hamacas, quienes les exigían que les entreguen a la brevedad su producción. Y a los varones no les pagaban el jornal justo por su trabajo.

Además, no teníamos atención en salud y educación para nuestros hijos y tampoco derecho al territorio, a nuestra tierra. Los hacendados cada vez ponían sus alambrados por todo lado y nos avasallaban minimizando nuestro espacio, y al mismo tiempo saqueaban nuestros recursos forestales en frente nuestro; no nos respetaban. Los gobiernos de ese tiempo elaboraban leyes en favor de los patrones y nosotros sólo estábamos de mirones, toda esa injusticia hizo que yo busque formas de defensa de mi gente, dejé mis herramientas de trabajo y luché por las reivindicaciones del pueblo guarayo.

Logré ser presidente local de la Central Comunal Indígena Urubichá y presidente de la Central de Organizaciones de los Pueblos Nativas Guarayos a nivel provincial; posteriormente dirigí la presidencia de la Coordinadora de los Pueblos Étnicos del departamento de Santa Cruz, representando a los pueblos guarayo, chiquitano, ayoreo y guaraní. Fui miembro de la Cidob y ahora llegué a la diputación especial.

–¿Hasta ahora, qué se logró para los guarayos?

–Hemos logrado que los bachilleres indígenas mediante institutos sean preparados para profesores y no se queden solamente en la instrucción básica y secundaria. Lo más importante: hemos consolidado la titulación de las tierras las TCO (Tierra Comunitaria de Origen), hemos logrado la aprobación de la Ley INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria). Se realizó el censo indígena de las tierras bajas, por primera vez en la historia constituimos concejales indígenas para los municipios, entre otros. Con el reclamo nuestro, hemos logrado que los madereros construyan colegios y postas sanitarias en el pueblo guarayo.

–¿Qué se siente ser el primer diputado indígena guarayo?

–Muchos años vengo discutiendo no sólo con el actual Gobierno, sino con los anteriores acerca de reivindicaciones de los pueblos indígenas y de leyes políticas. Me acuerdo cuando elaboramos el proyecto de ley de recurso del agua y diversidad biológica, entre otras. Yo estuve de esa forma capacitándome, aprendí mucho de los profesionales como de los abogados y ellos también aprendieron mucho de mi realidad, de mi pobreza, de mi situación, porque no la conocen, sólo tienen referencia en teoría, por historia.

Yo no tengo nada escrito, sólo les transmití mis vivencias y las de mi pueblo, lo que sale de mi conciencia; aprendí lo técnico, lo jurídico de ellos y ellos aprendieron lo social. Ahora que me encuentro en la diputación apoyaré más de cerca como parte del Órgano Legislativo para que mejore mi pueblo, que lleguen los proyectos y beneficios.

“Aprendí de los profesionales lo técnico, lo jurídico, y ellos aprendieron mi realidad, mi pobreza, lo social de mi pueblo”.

“Ahora somos un pueblo sin patrones”

El diputado indígena Bienvenido Zacu declaró que su deseo es mejorar la calidad de vida de los habitantes del pueblo guarayo. “Quiero mejores días para mis hermanos guarayos, que no vivan sin trabajo, no es porque sean flojos, sino porque así se dieron las condiciones. El municipio guarayo es pobre, es el último a escala nacional, quiero revertir esta situación”, agregó.

Dijo que gracias a sus ancestros, quienes no les dejaron algo material, sino sólo conocimiento, el pueblo guarayo en estos días se sigue sustentando con la artesanía (bolsos y hamacas), con la fabricación de violines y con la música.

“Desde la creación de las organizaciones indígenas, seguimos en la lucha por nuestras demandas permanentes, de que seamos actores principales en el desarrollo de nuestro pueblo, que seamos autónomos; ahora recién estamos siendo reconocidos con las autonomías indígenas. Ahora nos queda organizarnos mejor, constituir una institución seria que pueda administrar nuestros recursos económicos para el pueblo. Estamos satisfechos, ya no vamos a depender de alguien que venga a gobernarnos, somos un pueblo sin patrones”, agregó.

Zacu anunció que pronto se hará efectiva la construcción de dos hospitales en Urubichá y Yotawa, y un mercado indígena campesino para su región, además de proyectos productivos.

Texto: Cambio
Foto: servindi

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