Edwin Conde Villarreal
El mimo francés Philippe Bizzot, que asume este año la dirección de la Primera Escuela de la Pantomima de China, desarrolló su trabajo como autodidacta y durante más de 30 años, luego de recorrer todos los continentes, creó un estilo propio, muy singular que lo ubica como uno de los más destacados exponentes del ‘arte del silencio’ del mundo. En esta entrevista exclusiva con Cambio, después de concluir un taller con jóvenes de la ciudad de El Alto, revela su gran afecto por Bolivia, un país que considera que atraviesa por un proceso maravilloso al transformarse en un Estado Plurinacional. “Por el importante respeto que surgió a las comunidades, a la gente, a cualquier gente, y hacer de Bolivia un país pluricultural...¡es genial!”, dijo el actor de pantomima.
–¿Qué piensas del actual proceso por el que atravesamos en Bolivia?
–Pienso que es una idea maravillosa. Me encanta esa idea de lo pluricultural. Ojalá que siga con amor, mucho amor y que se paren esas diferencias, esas cosas cotidianas que maltratan el proyecto. Que se abran los corazones de una vez y que sirva Bolivia de ejemplo al mundo. Yo sigo con mucho cariño, amo al país porque hace 18 años que vengo, y la vez que llegó coincide con la reelección de Evo Morales, entonces suerte al proyecto, porque se puede ver sobre todo el respeto a la dignidad humana. Cuando he visto las fotografías de la posesión de Evo Morales en Tiwanaku, pude percibir los colores de fiesta, de belleza cultural. Eso me fascina mucho.
–¿Cuándo descubriste que ibas a ser mimo y que tenías un arte innato dentro de ti?
–Bien joven, yo era niño de 8 años, y como todos los niños jugaba con mis amigos y me decían: ‘¿Philippe, tienes una pelota en tu mano?’. Ellos me decían que notaban que tenía una pelota entre mis manos, pero no había. Mientras yo sentía que la tenía, sentía el peso de la pelota, la forma y el color visualizaba todo. En un principio tenía miedo de eso, mi cuerpo me daba signos increíbles de la presencia de objetos invisibles. Me presenté la primera vez como mimo a mis 17 años y gané el premio mundial de pantomima, después de ello nunca más paré de actuar.
–Sabemos que tienes muy buenas ideas con el trabajo que cumplen las ‘cebras’ con el tráfico vehicular en La Paz. ¿Cuáles son esos proyectos?
–Lo que he hecho con las ‘cebras’ me parece bien nuevo, quiero sacar a ellos de este trabajo de prevención urbana y quiero hacer de ellos actores reales de la vida cultural de la ciudad de La Paz. Por eso empecé un trabajo de código gestual urbano diferente que seguro va a asustar y gustar mucho a la gente. Quiero poner a los chicos y chicas ‘cebras’, que son lindísimos, en los lugares artísticos culturales como una señalética cultural nueva, porque son chicos que tienen talento, que hacen estudios y bien cariñosos, por lo que se merecen salir de la cotidiana señalética de ‘cebras’ que conocemos. El 27 de febrero presentaremos una obra con ellos en el colegio Calvert.
–Entonces, ¿se puede realizar educación urbana a través del arte del mimo?
–Claro que sí. Hace varios años que me preocupo por los chicos de la calle. Lo que me encanta es buscar una señalética, una estética urbana, porque la estética de la belleza da una dignidad más alta a los que la practican y otorga a la persona que mira algo más que gusta y que interesa, por lo que empieza una nueva forma de comunicación.
–¿Tienes un proyecto de poner en escena alguna obra con las ‘cebras’ en las calles?
–Sí, vamos a hacer una obra en los siguientes días, que será una sorpresa. Por ejemplo una cena, quizás en el paseo de El Prado, va a ser un evento que tendrá el primer tren urbano. Los chicos y chicas van a llegar vestidos como azafatas bien lindos, bien vestidos y con champán invitarán a los ciudadanos a sentarse en el tren. Estará sobre sillas de ruedas y al pasear por unos 30 metros se detendrá, porque no se puede pasear con sillas de ruedas por la ciudad de La Paz. Son efectos como éstos por los que se va a hablar con la ciudadanía.
–¿Cómo lograste obtener el poderoso grito del silencio en tu arte?
–Soy completamente autodidacta, he trabajado solo toda mi vida, pero he tenido la fortuna mayor de tener un maestro espiritual. Conozco todos los estratos sociales, desde los más altos presidentes, reyes y a los más pobres. No hago distinción alguna, porque no hay jerarquías en la vida, al final todos vamos a morir un día. Entonces puedo entrar a cualquier parte de las poblaciones en el mundo, y yo robo y robo las historias cotidianas de las personas de los pueblos, y entrego las formas de esas mismas historias sobre el escenario, y la gente se reconoce en ellas, por eso hay un cariño, un amor fantástico de la audiencia para mí y de mí para la audiencia, son tantas cosas a la vez.
–¿Es como nutrirse del mundo?
–Sí, soy un viajero pero del alma, conozco todos los circuitos internos de la felicidad, de la angustia, del miedo, de la soledad, del amor, y conozco todo, pero estoy buscando la simplicidad de la vida. Cuando actúo me digo que la gente nunca ha visto la pantomima, entonces es un murmuro suave en el que digo: acércate, acércate más y más...a mí.
La obra ‘You and me’ con Andrea Ibáñez
El mimo francés presentará su pantomima You and me, que fue actuada en Pakistán, Bolivia e Indonesia. Bizzot dice que es una historia de un fracaso sentimental de alto nivel. “No hablo de mi vida privada, pero es una observación de mi vida personal y he querido poner en escena algunos recuerdos de mi vida”, dijo el artista francés.
El mimo francés Philippe Bizzot, que asume este año la dirección de la Primera Escuela de la Pantomima de China, desarrolló su trabajo como autodidacta y durante más de 30 años, luego de recorrer todos los continentes, creó un estilo propio, muy singular que lo ubica como uno de los más destacados exponentes del ‘arte del silencio’ del mundo. En esta entrevista exclusiva con Cambio, después de concluir un taller con jóvenes de la ciudad de El Alto, revela su gran afecto por Bolivia, un país que considera que atraviesa por un proceso maravilloso al transformarse en un Estado Plurinacional. “Por el importante respeto que surgió a las comunidades, a la gente, a cualquier gente, y hacer de Bolivia un país pluricultural...¡es genial!”, dijo el actor de pantomima.
–¿Qué piensas del actual proceso por el que atravesamos en Bolivia?
–Pienso que es una idea maravillosa. Me encanta esa idea de lo pluricultural. Ojalá que siga con amor, mucho amor y que se paren esas diferencias, esas cosas cotidianas que maltratan el proyecto. Que se abran los corazones de una vez y que sirva Bolivia de ejemplo al mundo. Yo sigo con mucho cariño, amo al país porque hace 18 años que vengo, y la vez que llegó coincide con la reelección de Evo Morales, entonces suerte al proyecto, porque se puede ver sobre todo el respeto a la dignidad humana. Cuando he visto las fotografías de la posesión de Evo Morales en Tiwanaku, pude percibir los colores de fiesta, de belleza cultural. Eso me fascina mucho.
–¿Cuándo descubriste que ibas a ser mimo y que tenías un arte innato dentro de ti?
–Bien joven, yo era niño de 8 años, y como todos los niños jugaba con mis amigos y me decían: ‘¿Philippe, tienes una pelota en tu mano?’. Ellos me decían que notaban que tenía una pelota entre mis manos, pero no había. Mientras yo sentía que la tenía, sentía el peso de la pelota, la forma y el color visualizaba todo. En un principio tenía miedo de eso, mi cuerpo me daba signos increíbles de la presencia de objetos invisibles. Me presenté la primera vez como mimo a mis 17 años y gané el premio mundial de pantomima, después de ello nunca más paré de actuar.
–Sabemos que tienes muy buenas ideas con el trabajo que cumplen las ‘cebras’ con el tráfico vehicular en La Paz. ¿Cuáles son esos proyectos?
–Lo que he hecho con las ‘cebras’ me parece bien nuevo, quiero sacar a ellos de este trabajo de prevención urbana y quiero hacer de ellos actores reales de la vida cultural de la ciudad de La Paz. Por eso empecé un trabajo de código gestual urbano diferente que seguro va a asustar y gustar mucho a la gente. Quiero poner a los chicos y chicas ‘cebras’, que son lindísimos, en los lugares artísticos culturales como una señalética cultural nueva, porque son chicos que tienen talento, que hacen estudios y bien cariñosos, por lo que se merecen salir de la cotidiana señalética de ‘cebras’ que conocemos. El 27 de febrero presentaremos una obra con ellos en el colegio Calvert.
–Entonces, ¿se puede realizar educación urbana a través del arte del mimo?
–Claro que sí. Hace varios años que me preocupo por los chicos de la calle. Lo que me encanta es buscar una señalética, una estética urbana, porque la estética de la belleza da una dignidad más alta a los que la practican y otorga a la persona que mira algo más que gusta y que interesa, por lo que empieza una nueva forma de comunicación.
–¿Tienes un proyecto de poner en escena alguna obra con las ‘cebras’ en las calles?
–Sí, vamos a hacer una obra en los siguientes días, que será una sorpresa. Por ejemplo una cena, quizás en el paseo de El Prado, va a ser un evento que tendrá el primer tren urbano. Los chicos y chicas van a llegar vestidos como azafatas bien lindos, bien vestidos y con champán invitarán a los ciudadanos a sentarse en el tren. Estará sobre sillas de ruedas y al pasear por unos 30 metros se detendrá, porque no se puede pasear con sillas de ruedas por la ciudad de La Paz. Son efectos como éstos por los que se va a hablar con la ciudadanía.
–¿Cómo lograste obtener el poderoso grito del silencio en tu arte?
–Soy completamente autodidacta, he trabajado solo toda mi vida, pero he tenido la fortuna mayor de tener un maestro espiritual. Conozco todos los estratos sociales, desde los más altos presidentes, reyes y a los más pobres. No hago distinción alguna, porque no hay jerarquías en la vida, al final todos vamos a morir un día. Entonces puedo entrar a cualquier parte de las poblaciones en el mundo, y yo robo y robo las historias cotidianas de las personas de los pueblos, y entrego las formas de esas mismas historias sobre el escenario, y la gente se reconoce en ellas, por eso hay un cariño, un amor fantástico de la audiencia para mí y de mí para la audiencia, son tantas cosas a la vez.
–¿Es como nutrirse del mundo?
–Sí, soy un viajero pero del alma, conozco todos los circuitos internos de la felicidad, de la angustia, del miedo, de la soledad, del amor, y conozco todo, pero estoy buscando la simplicidad de la vida. Cuando actúo me digo que la gente nunca ha visto la pantomima, entonces es un murmuro suave en el que digo: acércate, acércate más y más...a mí.
La obra ‘You and me’ con Andrea Ibáñez
El mimo francés presentará su pantomima You and me, que fue actuada en Pakistán, Bolivia e Indonesia. Bizzot dice que es una historia de un fracaso sentimental de alto nivel. “No hablo de mi vida privada, pero es una observación de mi vida personal y he querido poner en escena algunos recuerdos de mi vida”, dijo el artista francés.
La actriz boliviana que compartirá el escenario con Bizzot es Andrea Ibáñez, que para el mimo ha dado “su humor, su fantasía y su talento’”.
Ibáñez, que fue alumna de Bizzot, dijo que You and me es una historia de amor muy poco convencional porque hay amores enfocados a diferentes objetivos. “La obra tiene diferentes facetas con partes muy sutiles y delicadas, pero también cambios radicales en base a muchas sorpresas”, agregó.
Ésta es una nueva versión de la obra en la que se produjeron nuevas escenas y es algo “muy de los dos”, una travesura muy grande, agregó Ibáñez, que actúa desde hace 19 años y que fue alumna y ahora actriz en la obra de Bizzot.
Texto y foto: Cambio
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