lunes, 8 de febrero de 2010

A mis comadritas


Ramón Rocha Monroy

Un parentesco dulce y duradero, que probablemente es más antiguo que el cristianismo, es el acto de designar padrinos y madrinas para nuestros hijos, que nos convierte en compadres y comadres. Una red espiritual de esta naturaleza da consistencia y fe al matrimonio, porque no es bueno ser padrino o madrina, compadre o comadre, y ser al mismo tiempo wistu vida o khencha padrino.

Por lo general las comadres y los compadres están apetecibles, cualidad que se acentúa por la tácita prohibición y el respeto mutuo que conlleva este parentesco, que es de almas y no de cuerpos. Por eso un avance en esta dirección no tiene futuro y puede malograr una amistad de años, de décadas.

Doble motivo para amar espiritualmente a mis comadres y desearles que la gracia y la belleza las acompañen hasta la tumba, en la grata compañía de mis compadres.

Ellas han convertido el Jueves de Comadres en la fiesta central del Carnaval, más animada que la propia ch'alla del martes. Me encanta la euforia con la que salen para festejarse, unas en el Mercado, otras en reuniones privadas, y una legión de las más jóvenes y bonitas en busca de propuestas nuevas.

Entre ellas, una muy especial es la que ofrece La Tirana para festejar Comadres. Allí, en el segundo piso, se reunirán puras comadres con un show iniciático en una de las disciplinas más plásticas y sensuales de la danza: el pole dance o danza del tubo, que tiene dos instructoras de calidad y prestigio: Paola y Maya Salinas, a quienes tuve el gusto de conocer desde niñas porque son hijas de dos grandes amigos. Paola dice que la danza ha sido la pasión de su vida desde los cuatro años, en diversas especialidades. Maya hace danza contemporánea desde los 13 años.

Paola dice que la danza del tubo es una maravillosa combinación de danza, sensualidad, acrobacia y fuerza, que en otros países se practica como un fitness. ¡Nada más terapéutico y reconfortante que bailar!

Paola y Maya estudiaron para instructoras de pole dance en la Argentina, con Daniela Schmoll, de Fit Vertical Dance. A su retorno, abrieron un hermoso estudio que se llama Esp. G y tiene numerosas alumnas. Paola dice que "allí se brinda a las mujeres un espacio donde pueden trabajar y cuidar su cuerpo, aspecto muy importante para nosotras las mujeres, combinado con potenciar, descubrir o redescubrir nuestra sensualidad, lo que nos hace sentir mujeres mas seguras, lindas. Porque la belleza no radica en un cuerpo o cara perfectas, va mas allá realmente es una cuestión de actitud, toda mujer es sensual a su manera, las mujeres tenemos un mundo tan maravilloso que se manifiesta cuando liberamos la mente."

"Al principio la gente no entendía la diferencia entre esta disciplina y el table dance. Pero ahora veo a las mujeres más tranquilas comentando que practican esta disciplina, a maridos que apoyan y asisten a los exámenes o muestras, incluso he visto papás orgullosos sacando fotos...eso me alegra mucho. Una persona comienza a ver las rutinas y queda maravillada por los trucos, la fuerza, giros, el morbo queda atrás y se puede apreciar la parte artística. Pero ya no es algo que me preocupe, esto ya se está conociendo por lo que la gente ya logra notar la diferencia", concluye Paola.

Pena que no pueda ir, porque es reunión de puras comadritas en el segundo piso de La Tirana hasta la 1 a.m. En la planta baja, los compadres las estaremos esperando.

Texto: Bolpress
Foto: blog.projects-abroad.net

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