F. Xavier Iturralde
La oposición boliviana no se convence de que Evo Morales ganará las elecciones de diciembre 2009 sea por más o por menos, pero las ganará, debido a un simple hecho: la mayoría de la población no quiere saber de los políticos que tuvieron algo que ver con el pasado y los que desean postularse, vienen de entre ellos o novatos ligados a sus partidos.
La receta para la realidad actual que tenemos es una composición que ha madurado 54 años, medio siglo. Entre sus principales formulas está el haber hecho mal una Revolución como la de 1952, donde resalta una reforma agraria que generó minifundios y la reestructuración de un ejercito revolucionario sobre la Célula Militar del MNR que se convirtió en el más represivo de la historia boliviana (Barrientos, Ovando, Banzer, etc). Sin olvidar el Acta de Independencia Económica que creó una COMIBOL y dio nacimiento posterior a una COMSUR, además de una YPFB transformada en una burocracia privilegiada de unos pocos que se suministraban servicios, equipos y maquinas, etc. vendidas por sus empresas privadas.
A lo que se debe añadir algo de mirismo entroncado con las banderas de abril bien posesionado en la hiperinflación de la UDP, cuando no cruzando puentes de ríos de sangre o como en el 2003 aliado con Sanchez de Lozada. Además de lo de Karachipampa que fue la salvación de la quiebra de la alemana Salzgitter y dio ganancias a los familiares de Jorge Lema Patiño, accionistas de Gundlach, representante de Klockner. A lo que no podía faltar una cereza en la torta como un Garcia Meza y sus asesores económicos, banqueros de los quilates de Fernando Bedoya Ballivián y Jorge Lopez Pacheco, negociador de la deuda externa boliviana con la banca privada internacional capitalizando intereses y alcanzando USD 2.800 millones, mientras la libra fina de estaño llegaba a USD 7,60. Como joya principal faltaba un DS 21060 que legalice al narcotráfico, especificando en su art. 142 que autoridad alguna podrá exigir el origen de la procedencia de los bienes que sean aportados a mejorar la economía nacional. Para completar la receta, por último pero no por ello menos importante, vino la Ley de Capitalización y todo el desmadre de Carlos Meza, cuando Presidente decidió prorrogarse en el poder por más del año que inicialmente se propuso.
Por lo que no corresponde que la oposición se intoxique de un optimismo, como para autosugestionarse a la Romain Rolland, que en sus épocas se vivió en los mejores de los mundos de 1952 a 2006, años en los que los detentores del poder casi siempre eran los mismos y terminaban sus procesos dictatoriales o democráticos representativos con las eternas victorias a la mala o a la buena, lo que les daba la sensación de ser aceptados y eternos. Aspecto que, sin duda alguna, les extravió la memoria de lo que hicieron, porque simplemente pretenden proponernos su retorno victorioso al poder para darnos nuevas dosis de sus medicinas.
Texto y foto: Bolpress
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